defrag my Tj

No me cabe la menor duda que de todas las identidades mexicanas la del tijuanense es la más fragmentada. De ese espejo roto mexicano a nosotros nos tocó ser no los pedazos del espejo sino las esquirlas del vidrio, el polvo que queda al estrellarse, de ese resto que más cala. Y mucho más desde que Rosarito decidió ir por su propio camino. Ya tiene desde el 1995 y aún así­ la ciudad insiste en relacionarse con Tijuana. El gentilicio Rosaritense no es uno que se cuelgue la gente con orgullo, por lo menos no la gente de mi generación. Esa gente aún se considera tijuanense. Existen bastante tijuanenses que son de rosarito pero que por alguna razón u otra insisten en identificarse como de Tijuana, quién sabe porqué.

Aparte tenemos frente de nosotros a los nuevos tijuanenses, no los advenedizos, habrá que enfatizar. Sino a los nuevos crí­os que crecen lejos del centro de lo que solí­a darle identidad al tijuanense, la frontera. El contacto internacional será quizá mí­nimo pero de ninguna manera menos intenso. La única diferencia entre los nuevos tijuanenses y uno es que ellos tendrán otra especie de contacto con el gringo. Este contacto se verá limitado a la esfera religiosa de algún desbalagado bienhechor que quiere cambiarle la vida al mexicano en Tijuana. Tampoco tendrá esa fuerza que la frontera provoca en algunos de largarse de México. Hay más resistencia a la fuerza de ese imán. Con esto ultimo digo que serán más mexicanos en el sentido que tendrán más sentido nacional que el de uno. ¿Serán menos tijuanenses por ello? No, simplemente serán menos agringados que uno. No desdeñan al sur tanto como lo harí­a uno de mi generación, por ejemplo. De hecho es cuestión de ver cómo es que el acercamiento entre sur y norte ya no es causa de tanto desprecio. Existe, sin embargo, todaví­a, latente, listo a causar divisiones. Mas la brecha social está siendo conectada con esa costumbre fronteriza de negociar entre culturas, ese es nuestro fuerte, saber comunicarse interculturalmente.

Mi generación es un descuido del proyecto nacional mexicano, uno que creció entre dos mundos cuando estos no tení­an fronteras. Nuestra arrogancia nos llevo a presumir bastante, pues nunca necesitábamos permiso para ir al Otro Lado. O eramos nacidos allá o cruzábamos a nuestras anchas. Conocí­amos el terreno y les pasábamos a nuestro antojo. Ahora no. Ese dejo de nuestra identidad está ya en los anales de los mitos, de lo que fue. Solo existe en la intrahistoria que tenemos en común. La idea de querer preservar una identidad tijuanense basada en un pasado que ya no es serí­a renunciar a todo lo que Tijuana representa, un cambio que no cesa de cambiar dí­a tras dí­a. En Tijuana siempre hay esperanza y eso es querer un mañana que sea mejor, eso es Tijuana, un futuro en puerta. Así­ que para poder preservar una identidad tijuanense habrá que renunciar al pasado para poder darle un futuro. No dejar que los prejuicios de mi generación, esos prejuicios que desdeñaban al sur, formen parte del presente. Ellos están aquí­, con sus padres, con sus madres, ellos somos nosotros ahora.

Anneberg

Anneberg es un pueblo pequeño en los altiplanicies de Suecia. Su población abarca los 900 más menos depende, como mi pueblo natal, de los que están de paso, pero a una mucho más menor escala. Hay tres iglesias, o denominaciones religiosas, dentro de la llamada Iglesia Sueca que siempre me ha impresionado por su número. He vivido aquí­ por cuestiones de mi cónyuge la quien es nativa de aquí­ y cuya familia es de Anneberg cuyos parientes cuentan con una relativa sana presencia en el pueblo a lo que años implica, algunos cientos. Es gente del pueblo pues. Han sido doce largos años que han significado una montaña rusa de emociones. Puedo resumir el paso de años con el sabor de saliva que tengo en la boca ahora pero creo que eso serí­a simplificar un tanto todo el espectro de emociones por las que he tenido que pasar al vivir. Lamentablemente estas emociones no son compartidas y es de entenderse ya que el carácter sueco no conlleva a compartir emociones del tipo que yo he tenido que sobrevivir aquí­. Amén de que los suecos raramente son extrovertidos. Muy al contrario son introvertidos y mucho más aquí­ en los altiplanicies. Ejemplos de ello abundan y el que más viene a mente es el hecho de que desperdicié 12 años en un pueblo que no entendí­ y un pueblo que no me entendió o que no me quiso entender. En retrospectiva creo que el pueblo era feliz solo saludándome de vez en cuando sin mayores repercusiones. Sé de antemano que la gente habla de mí­, eso que ni que, si hay una delicadeza que los paladares locales disfrutan con antojo eso es descuartizar personalidades locales. No que eso sea una costumbre particular de Anneberg o de Suecia. De hecho me sorprendió descubrir que tanto aquí­ como en México les da por disfrutar de un taco de lengua, en eso coincidimos bastante, venga, eso es la verdad. La diferencia yace, sin embargo, en que aquí­ recalca más sentir en carne propia el descuartizadero. Algo así­ como si Dexter te sonriere todos los dí­as.

La casa que habito es amarilla. Es de tres pisos contando el sótano. Tiene varios nombres, como toda la topografí­a sueca. De hecho la topografí­a es un aspecto interesante por varias cuestiones. Aquí­ todo tiene nombre, no hay cosa que no escape el nombre. Y como si eso no fuere bastante, hay nombres sobre nombres. Me sorprendió bastante enterarme de esto. Algo así­ como enterarte de que tu calle no es una calle sino parte de una manzana. Me imagino que al sorprenderme y darles a entender a mis cercanos de que me enteré les habrá de haber provocado cierta temereza a mis cercanos. Aunque aquí­ en Suecia eso de que existe la privacidad es meramente una ilusión como la democracia misma. La casa se llama Villa Bergdhal. Así­ de simple. La casa tiene historia local. O sea, para los nativos de aquí­ esto significa algo. Venganza, añoranza, romantización, qué sé yo. Para mí­ es una casa más y además una casa que nunca pude amansar en el sentido de que es una casa que demanda mucho de parte del individuo. Siempre requiere alguna manita de gato. Su fabricación es de esas de otra era. Su construcción data de 1929. Uno pensarí­a, fuck. Pero no, la casa es tan estable como el dí­a de su erección. Viagra jokes apart, le quedan otro centenario antes de empezar serias reparaciones interiormente. La madera es de calidad, en pocas palabras. Pero tiene sus defectos.

Fue mi vieja la que tuvo la iniciativa de comprarla, ella tuvo visión en eso. Y los padres la apoyaron aunque pagar la cuenta por los trastres rotos fuéramos nosotros, o sea, mis suegros fueron unos simple prestanombres, algo así­ como si uno prestara fe a ciegas. Nunca me he sentido bien de ese hecho, cosa que hay que recalcar. De hecho recuerdo vagamente todo el proceso, creo que los efectos etí­licos de ese entonces ofuscan un tanto la memoria. Y ahora estoy por mudarme de aquí­ un tanto mejor sobrio.

Gripe

gripeAcá en Suecia me he vuelto blanco pero no por falta de sol ni por la nieve que cae sino blanco de las ineptitudes de Felipe Calderón El Espurio. Como acá no cunde el pánico por eso de la gripe porcina pues todo tranquilo aunque los suecos no pierden oportunidad por ser parte de la comunidad internacional. No desperdician una chanza para ser parte del muladar que es el planeta este nuestro. No hace falta quién haiga por ahí­ que se rockstarea  por el solo hecho ya sea de estar en México o estar en la vecindad de algo remotamente cercano al N1H1. No es mentira, salen las fotos alegres de la gente en los periódicos locales que con gusto dan por menores desde ground zero como si estuvieren exponiéndose la vida misma para que el pueblo esté informado y clara no hace falta el reportaje de los parientes preocupados por sus crí­os. Vaya heroí­smo nuestro de este siglo. Seremos la pena ajena entre historiadores del fututro que de seguro tacharan lo nuestro como el principio de la era de Dark Ages en el segundo milenio. Pero la verdad no me molesta que la gente que me tiene fichado como mexicano acá en Suecia [hay gente que piensa que soy ¡Inglés!] me felicite por vivir en Suecia ni el hecho de querer saber si mis familiares estén bien o quieran saber a detalle la geografí­a mexicana que para los suecos significa un paí­s cuatro veces mayor que Suecia. Entre esa verdad y la vil ignorancia de mis paisanos que solo anhelan vivir al estilo Suede pues ¿qué hay que decir? Ese es mi devenir en en año del puerco.

Aunque para ser francos ha de ser un voto de gran confianza que la gente se atreva acercarse a mí­ por estos dí­as. Pero eso no es en realidad lo que fastidia, como vil nopal uno nunca deja de ser mexicano nada mas porque uno esta por otros lares. Lo que me molesta es la ineptitud del Espurio y si fuéremos un tanto más listillos hubiéremos anticipado la reacción de FeCal en base de la reacción que demostraron ante Burger King. Ante la gripe porcina pensaron los de la administración de head hunters que la solución radica en la mercadotecnia. Right. Un anuncio sirve para dosificar de estupidez a la nación mexicana. El opio de los nopales, pues es la baba que escurre entre las rajadas que se cocinan en la imaginación de uno.

Lo que sí­ saca de quicio es que el gobierno se preocupe por la discriminación que los mexicanos sufrimos en el exterior. Deberí­a mejor preocuparse por la discriminación que nuestros connacionales sufren en el interior del paí­s. No lo entiendo, el mexicano en el exterior tiene hasta la fecha buena reputación pero una que desgraciadamente ha sufrido unos embutes terribles recientemente y gracias a todo por los polí­ticos que tenemos y esos los recientes que presumen de inteligencia y renovación. En serio, no miento al decir que la gente mostraba gusto al encontrarse con mexicanos, se les dibujaba una sonrisa de oreja a oreja y todo gracias a la comida y el tequila, por eso nos veí­an con buenos ojos, hoy ya casi no, ese imagen se está borrando cada dí­a y está siendo reemplazada ahora por los problemas que se les dibuja en los rostros a la gente al mencionar que uno es mexicano. Las asociaciones son otras, otras ideas circulan por el colectivo de la imaginación de los extranjeros. Como decí­amos de niños, vamos de Guatemala a guatepeor. No es justo, hay que hacer algo, porque el gobierno federal ya no hace nada bien. Artí­culo 39 cobra vida please.

*Gripe en inglés significa refunfuñar;queja.

Plasma tv

plasmaUnder the influence: Yu Hua

La televisión parecí­a un mundo aparte. Era uno de esos televisores delgaditos, llamados en el parlar del gringo como Plasma TV. Miró el aparato a través de vidrio hasta que el guardia de la tienda le dijo que se fuera de ahí­. Algo raro existí­a en su mirar, era un tiempo no de aquí­ ni de ayer era un mañana que lograba entrar en su existencia. Miraba cómo le brillaban los ojos, ya no estaba entre nosotros, sino que le daba de vez en cuando entrar a un mundo aparte al que conocí­amos, el de las drogas, el del hoy. Y me daba envidia verlo poder lograr lo que yo no lograba ni con todas las drogas disponibles a mi alcance, largarse unos segundos del aquí­, alucinar bien chilo, de aquellas, dejarlo todo. A lo mucho que podí­a lograr era perder la conciencia, él no. Miraba el aparato y se podí­a sentir que trazaba sus planes. A mí­ la necesidad me traiba juido y ni cómo tirar barra.

Vender plasma es uno de esos pocos secretos de San Diego que Tijuana nunca admite pero habemos centenares de nosotros que nos da por vender plasma por unos cuantos dólares. Lázaro habla siempre de sueños al vender plasma. A diferencia de mí­, claro, que vendo plasma para sobrevivir mis vicios. Es una enorme diferencia entre él y yo. Yo quiero sentirme algo y el quiere ser algo. Me gustarí­a probar ese dulce le dije una vez y solo logré contagiar con mi agria realidad retornarlo al presente. Mirábamos un estante que una gente de Celaya puso en nuestro camino. Ese segundo me bastó para entender que lo de él no era vivir el hoy. Y comprendí­ que habí­a metas a trazar pero que nunca me propuse.

La aguja penetró con sigilo y para cuando acabé lo único que mis ojos observaban eran el jugo de naranja y un llamado Danish bread. Dulce y veinte bolas, o sea dólares. Una pequeña fortuna en sí­ que nunca supimos apreciar. El culpable de ello fui yo, no me cabe duda al respecto. Siempre hay manera de convencer a un soñador. Y gastábamos como reyes las horas que nos daban felicidad.

Tengo años que no sé de Lázaro. Hace años que tornó una esquina en San Diego y después se esfumó, así­ de simple. Hasta la fecha no sé quién engaño a quién.

***

Hace años que no sé de Antonio, hace años que no vendo plasma. Me recuerda nuestras andadas en San Diego, burlar la migra por todos lados, cruzando a nuestras anchas, no habí­a fronteras en aquel entonces. Hoy existe la única realidad que sé, soy miembro de Narcóticos Anónimos. Es la sobriedad que reina en mí­ ahora. La frontera que existí­a entre mi realidad y la de otros desvaneció hace varios años. Y hoy en esta fila para vender plasma hace que recuerde. La televisión muestra Europa, hay problemas en todo el mundo. ¿Qué le pasarí­a a Antonio? ¿Porqué me viene a mente todo esto justo hoy? Recuerdo que me daba carrilla por creer que siempre andaba algo más loco que él. Mochate me decí­a. Nunca supe a lo que se referí­a, siempre comprábamos la misma loquera pero él insistí­a. Una vez lo miré esculcando mis clavos, pero era la misma loquera de siempre, nunca entendí­ su desesperación. Siempre andaba bien sobres el gíüey, viendo a ver qué se jambaba. Soportaba sus injerencias en mi vida personal, me protegí­a, sabí­a que era el más debil y si no terminé puto fue porque la carrilla de voltearme la canao era intensa, algo habí­a en esas amenazas que no me dejaban seguir las fuerzas de mi deseos carnales. Era cura chingarse viejitas por unos dólares pero otra cosa terminar gustándole a uno que los putos del barrio fueran amigos. Qué memorias. Nunca creí­ volver aquí­, vender plasma serí­a lo último que hubiese hecho hace 3 años atrás y hoy regreso a mis mañas. Y ni que hacerle, las coas no dejan para otra con familia.

Nunca he entendido eso de que Tijuana sea el culo de San Diego. Me imagino que es falta de imaginación al respecto, después del todo nos han enseñado a ser victimas. Algunas de mis amistades me han dicho que es un vicio pernicioso ajeno a Tijuana y que se debe mucho a influencias ajenas a los nativos de Tijuana y culpa de unos cuantos que dispuestos a tragarse el verbo han aceptado la metáfora sin respingar. De hecho me sorprende mucho que muchos acepten que Tijuana sea el culo de Tijuana cuando nosotros crecimos pensando lo contrario. Siempre pensamos que los débiles eran ellos y nunca nosotros.  Solí­an correr rumores de que los gringos nunca jugaban con tierra y por eso eran enfermizos, pero ahora no. Ahora somos el culo, la mierda. Pero en esta frontera nos damos la cara en las buenas y en las malas así­ que culo es como decir 69, 619 es el código telefónico para el área de San Diego. 619, es de visualizar.

– Sir! is this the first time you’ve been here, sir?

– What? No, I’ve been here before, several times during the early 90’s under several names.

– We will need to run several tests before we allow you to continue sir. Please take a number and answer the following sheet of questions to your best of abilities, it won’t take long.

*

La sala de espera es la peor creo. Antes no notaba más que la avaricia y la suerte. Tení­a en mente que el dinero era la meta. Hoy es diferente, la óptica ha cambiado un tanto. Veo la desesperación de la gente en los ojos de los que están aquí­ para vender plasma por comida y los que están aquí­ para vender plasma con una mirada que pide que no se les delate. Todos los demás vemos a qué vienen menos los servidores de la institución. Ellos pasan por nuestro lado absortos en papeles que estoy seguro les sirve más para esquivar miradas que lectura, pero es como si pasaran por un campo lleno de ganado rumbo al rastro. La existencia solo tiene medios y no fines. Este anglicismo es un error de mi parte, lo confieso pero el español no cubre está especie de abuso humano en su vocabulario. Y qué mejor. ¿Para qué quiere el castellano dichos en los que se ignora la humanidad para poder sacar provecho a costas de unos cuantos debiles y pobres con el solo fin de proporcionar ganancias?

– You’re kosher A. I’ve seen your file, you know the drill. Pull up your sleeve. Anything we really need to know?

– No. Don’t you trust your methods anymore? I suppose probing morals is never wrong.

Cerré los ojos y al abrirlos habí­a un jugo de naranja y un pan extramadamente dulce. Y es extraño perder liquidos que forman parte de uno, siempre es así­.

Go read Charkoman

í‰ktor es una de esos blogueros persistentes en decir la verdad agriamente con un dejo de humor negro que exige calidad y seriedad en un solo suspiro al comtemplar el panorama de las letras en Baja California. En especial sobre literatura de Tijuana. Hagan de cuenta un cruel entrenador que te hace sufrir porque te quiere ver triunfar aunque muchos lo malinterpretan, suelen ser sujetos que no han aprendido a leer entre lí­neas y eso que se dicen fronterizos. Por estos dí­as ha escrito acerca de las garrapatas del show literario tijuanense que ni pichan ni cachan ni dejan batear.

– Take a break amigos. Dejen que otros salgan a flote. Please. –

Por ahí­ salgo yo nombrado pero solo porque no le doy crédito a Ludvig von Crosthwaite.

Si quieren enterarse  de las actividades locales de la literatura en Tijuana í‰ktor is the man to read.

Go read í‰ktor now!

Norteamericano

Estando en Suecia nunca hace falta la pregunta en mi diario devenir que intenta clarificar de ’on soy oriundo. Se puede reducir a un simple, y a todo esto, ¿de on’ eres pues tú? No es una pregunta que se hace después de tres cervezas, para nada, se hace después de los pasos de los años, algo así­ como 4 ó 5 y cae como el veinte en la rocola. íšltimamente me da por decir que soy de Norteamérica.

Uno como Xicano las cosas esas de geografí­a son sutiles y delicadas. La frontera tiene lí­mites y todos sabemos que eso parte el agua como Moisés partió las suyas. Sin embargo acá no quiero identificarme con solo México así­ como no quiero identificarme solo con los EEUU.

Con eso de los EEUU quiero abrir un paréntesis. Es bien sabido para todos que serí­a mejor identificarse con los EEUU y no me hacen falta los métodos para decir que soy gringo. Lo he hecho antes, jode, soy de la generación de Tijuanenses que cruzaban la frontera con decir Am an American Citizen. Así­ que camuflaje no me hace falta, pero ¿para qué hacerme la vida difí­cil? O sea, que para los expatriados mexicanos que nos encontramos en Europa sabemos de antemano que es más beneficio para uno que se nos confunda con gringo que con nopal, esa es la cruenta realidad.

Así­ que por estos dí­as mejor digo que soy de Norteamérica. No miento, soy norteamericano. Soy de Tijuana. Jode, y que alguien me desmienta por favor. Y es mejor así­, me localizan más pronto al explicarles que soy de la Baja, para citar un ejemplo al delinearles mi identidad. Como que el mundo adquiere un matiz nuevo, un vale, vale, hace efectivo lo que una onza de oro harí­a por un dólar. Y es que como bajacaliforniano no quiero que se me asocie con aztecas ni mayas ni mucho menos el DF. Decir en el extranjero que uno es de México trae diversas asociaciones que lamentablemente tienden a excluir lo que es el Norte. Para el colectivo imaginario del continente europeo México es una gran pirámide y mucho narco. Esas es la imagen que tenemos. Y va para la famosa colombianización. Aunque aquí­ debemos de enfatizar que eso no ha causado mucho impacto en sí­, por estos dí­as uno de mis alumnos vacacionó en Cancún. Y eso es decir que la reputación de México en el extranjero aún no sufre el embute de la mala propaganda. Pero ese es uno de los otros tantos que no han desperdiciado la oportunidad para expresar su asombro de las noticias que leen en los periodicos locales de aquí­, los que por ganarse unos centavos de más, llaman la atención del lector con lo escandaloso que es vivir en México al margen del terror de los narcos. Es por eso que es algo irrisorio que el cadre diplomático del espurio Felipe Calderón se enfoque en un comercial de hamburguesas más que en la imagen que cada dí­a adquiere mayor circulación en el imaginario del resto del planeta sobre lo que México es. Pero creo que eso es desviarme del tema un tanto.

Soy norteamericano les digo. Y se les encienden los ojitos. Piensan en los EEUU y cuando les digo que soy de Baja California, lo exótico hace su entrada y luego los paseo por mi historial californiano. Al terminar el GPS del imaginario puedo ya sentirme en casa, es decir, me localizan mentalmente en otra óptica que los medios de noticias no pintan, eso lo pinto yo. Es más fácil así­.

La araña

I now know Spring is here.

Arachnid traces whirl outside my window.

The multilayer colored string plays its tune.

This silent music rings hollow.

I see but the wind play yet its vibrations fall in deaf ears.

Yet I delight so
in
the colors
the sun strikes
on its silk.

How I wish I could hear it sound.

Sexo en Suecia

Creo que no es un secreto que la perspectiva que uno tiene sobre el sexo varia según el paí­s. A nosotros los norteamericanos se nos inculca ya sea reprimir la idea o no hablar sobre el sexo a toda costa. En especial los católicos que no quieren ni saber del acto en si. Ya no se hable de los puritanos quienes la solo idea es una abominación y afrenta a Dios. Pero en Suecia la cosa es diferente. No hace mucho salió un comercial de comida acá. En el sale un niño que hace preguntas sobre un libro de Kama Sutra que encontró en el apartamento del papá. Aquí­ les dejo el video para que vean la cosa.

El caso va a que a pesar de lo liberal de la situación sexual yo simplemente no me acostumbro a adaptarme a la idea de que uno debe de hablar sobre sexo. Y es que eso implica en si despojarme de varios prejuicios y controlar varios impulsos vergonzosos. Creo que me entienden de lo que les hablo.

Pero a pesar de todo ello existe un fenomeno sexual en Suecia que no acaba de dejarme sorprendido cada vez que lo oigo mencionar. El fenomeno es conocido como kk lo que es un acrónimo de knull kompis. Knull kompis quiere decir simple y sencillamente amistad copular. Si, leyeron bien, amistad, amigo, amiga para culiar, cojer, hacer el amor, tener sexo et cetera ad nausem. Aquí­ en Suecia uno puede tener sexo sin las pesadas condiciones ni las artimañas de una relación sin la mayor pretensión de hacerse el favor el uno al otro. Uno coje y ya, no existen lazos comprometedores. Y al otro dí­a, con esa fantástica estrategia de olvidarlo todo que tienen los suecos de un dí­a para otro, pues como si nada. Ya lo pasado pasado dirí­a ese famoso cantante mexicano, José José.

Las dinámicas de este fenomeno social son varias. Por lo general ocurre dentro de la población de adolescentes y rara vez lo he escuchado mencionar entre los adultos los quienes por obvias razones poseen un sistema de sentimientos mayor desarrollado que el de los jóvenes. Este acto no es causa de una ola de indignidad entre la población de Suecia, para nada, se habla hasta en la mesa de merienda y no es para el mayor escándalo que los jóvenes anden por ahí­ dando las nalgas para el sólo propósito de la satisfacción sexual. De hecho me sorprende cómo los padres de familia admiten que sus hijos u hijas traigan a la casa a amiguitos para pasar la noche juntos y no exagero que hasta ni les molesta escuchar todo el repertorio de ruidos asociados con tal actividad ni sienten el menor pudor al otro dí­a por las actividades de la noche anterior. Es nada más de tomarse el cafecito y como reza el dicho mexicano, aquí­ se rompió una tazita y cada quién pa’ su jacalito. Otra dinámica es que los jóvenes son expuestos a fenómenos sexuales desde una edad temprana, aquí­ no hay pudor que impida hablar sobre lo que los animales hacen y el por qué lo hacen así­ como tampoco se les es extraño explicar por qué sufre uno los cambios emocionales con el curso de los años, y en este caso, en pos del desarrollo y después del desarrollo.

Para aquellos que quieran mayores detalles de cómo iniciar una de esas relaciones creo que les voy a defraudar, la verdad es que yo solo alcanzo a escuchar sobre el fenomeno ya sea mediante revistas o conversaciones pasajeras y no tengo ni la más remota idea de cómo se inicia una de esas relaciones. Y como dije, es un fenomeno entre jóvenes.

Crónicas de un mercader de sangre

Leí­do en sueco: 许三观卖血记, XÇ” Sānguān Mí i Xuí¨ Jí¬) (1995) ISBN 1-4000-3185-0
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Me doy cuenta que me relaciono a la pobreza. Sé sobre pobreza y la reconozco. Es como cuando escuche o leí­, no recuerdo, que Sandra Cisneros dijo que al decidirse sobre de qué era experta, ella concluyó que era una experta en la pobreza. Uno sabe lo que vivió. No es como el Chango100 lo pinta, no es que sea medioclasero y que me queje de la pobreza en Tijuana, sino que la reconozco y sé algo de ella.

Así­ el libro este de Yu Hua. Estoy leyendo su segundo libro. Me sorprende mucho la sencillez de la escritura, es un arte en si describir y evocar emociones sobre un tema tan común como la pobreza. Se torna palpitante, oprime, reconocemos el dolor. Yu Hua pinta un paisaje que los mexicanos reconocemos en la labor de Azuela, pero esto va más allá de un momento histórico, aquí­ se siente los sedimentos de la historia hasta las rodillas. Aquí­ el dolor es de hambre, de costumbres a pesar del dolor de la hambruna, de la paciencia, de la obediencia. Y del individuo impotente ante el colectivo. Si hablamos de estudios de géneros aquí­ hay bastante para explorar. A la vez, podemos sacar múltiples deducciones sobres geriatrí­a y ante todo vigencias sobre el rol masculino en las novelas de Yu Hua. Pero eso serí­a adoptar una óptica totalmente occidental. Especialmente en esta novela en la cual un mandilón es el héroe de nuestra novela.

Go figure.

Vicios suecos

A pesar de todas las buenas cualidades que puedan existir dentro de la sociedad sueca existen detalles chingaqueditos que aguan la fiesta por así­ decirlo. Y aquí­ paso a un tema que los suecos odian como los gatos el agua: hablar mal de ellos. Por lo general, hablar bien de Suecia es casi obligatorio. Existe un consenso general entre la población sobre este menester público que es regulado tanto en lo macro como en lo micro. Me explico, por lo general la gente del pueblo le pregunta a los extranjeros que si uno disfruta del paí­s, como si uno disfrutara las playas de un paí­s cálido, y la respuesta anticipada es que saben que uno hablará mal de Suecia. Esto último me tardó varios años en comprender. Como buen extranjero que soy, las primeras veces que me preguntaron sobre mi bienaventurada estancia en Suecia solí­a responder con mucho candor y detallaba sin menor escrúpulo los beneficios y maleficios que existen vivir aquí­, en Suecia. A la vez, tardé también en darme cuenta del tamaño poblacional de Suecia, o sea de 9 millones, no las cifras por supuesto, sino el tamaño poblacional que tiende a causar ciertos aspectos psicológicos en la población comparado con un paí­s como México o los EEUU. Para ser francos, a nosotros nos vale gorro lo que la gente piense de uno. Mi mentalidad es la de está última, aún, hay que marcarlo y recalcarlo, así­ que al darles mi respuesta sobre mi satisfacción de vida en Suecia no incluí­a esta ecuación: paí­s/población=estado mental-extranjeros. Este tipo de confrontación cultural que se desarrolla bajo una guerra de baja intensidad mediante preguntas inocentes como la anterior debí­ yo de anticipar desde hace mucho antes, pero no, sigo siendo un burro y lento para entender menesteres diplomáticos y eso que me da por la psicologí­a. Debí­ haberlo descubierto cuando notaba que sus rostros adquirí­an una sombra de enfado al mudarme de los beneficios al maleficio. Así­ que mediante una pregunta tan inocente como la anterior, se negocian todo tipo de prejuicios en ese ámbito del negro y blanco, literalmente. El consenso general es pues que la respuesta no será positiva y por ende uno termina en la lista negra de los suecos, la pregunta es pues ¿por qué se toman la molestia de preguntar si es positivo vivir en Suecia? Me imagino, retomando la ecuación anterior, que los suecos necesitan, más que un mexicano, o estadounidense, sentirse bien de su paí­s. Suecia siempre está en modus operandi de marketing de ensalzar lo positivo más que lo negativo. Pues bien lección aprendida hasta ahí­, en lo general, pero en lo particular, esa es otra historia que me tardó varios lustros en cachar.

Varias de las cualidades de los suecos que se admiran bastante son la sinceridad, la honestidad, el nivel moral de sus acciones y ciertos otros comportamientos que no toleran como la corrupción y su deseo de mejorar las cosas para el beneficio de otros. Uno bien harí­a en deducir pues que los suecos tendrí­an problemas hablar mal de alguien. Pero no, los suecos son unos expertos en descuartizar a la gente cuando estos últimos no están presentes. Los suecos hablan pestes de las personas y deciden en consenso hasta tomar acciones para llevar acabo decisiones ya sean positivas o negativas, aunque supongo que mayormente negativas, sin la menor participación del perjudicado o beneficiado para poder defenderse de las acusaciones que se le embargan. Para un buen norteamericano como yo este último compartimento mientras que no se me es ajeno sí­ es un tanto molestoso porque, seamos francos, nuestra sociedad norteamericana gusta de que no se nos hable de detrás de nuestras espaldas y procuramos que si hay defectos en nuestro comportamiento que se nos lo diga en nuestra cara, bueno, ese es el ideal. Pero aquí­ el cuento es otro. Y bien reza el dicho que las buenas intenciones son el principio del camino al infierno. Bueno, creo que eso dicen en inglés y me lo apropio al español. Y es que hablar mal de alguien siempre tiene su función beneficiaria. Es en verdad un viejo cui bono sin ese drama latino que lo acuñó, el dicho pues. Hablar mal de alguien suele ser porque algo anda mal. Para mí­ es sorprendente cada vez que me piden mi opinión sobre mis colegas. Ahora comprendo que es un ritual para indagar si mis colegas son eficientes en sus labores o ya están en decadencia. Si las imágenes de un ritual viejo de vikingos se os viene a mente creo que comprenderéis la idea un poco mejor. Es sabido que los vikingos les daba por matar a sus viejitos una vez que estos últimos hubiesen terminado de ser útiles. Mucho tiene que ver con la religión por supuesto, y es que los vikingos les hací­an un favor a sus viejos lí­deres, pues de morir de viejos terminarí­an en el infierno. Y creo que es por eso que no les da remordimiento ser ojetes puesto que están pensando en el bien común de la población. Aún así­ no deja de molestar que me pregunten sobre fulano o zutana para asesorar el nivel de eficiencia entre mis colegas. Lo malo es que quieren que yo contribuya a la piscina de pestes que quieren que recaiga sobre las personas en cuestión. No es raro que para este juego este un tanto viciado, pero tampoco soy la mayoria, así­ que mientrás sean peras o manzanas, tendré que acostumbrarme a tolerar este tipo de comportamiento entre los suecos mientrás viva aqui.

Spare me that’s all I’ve got to say.