Reacción Centrista

Partido Unión Americana (PUA) del doctor Ernesto G. Messina

Me pregunto qué se preguntaran los de la generación panista.

Porque a estas alturas de nuestra historia democrática en México uno bien cabrí­a en preguntarse eso de generaciones polí­ticas. La de los bajacalifornianos empieza en 1989 y lo demás es historia. Los panistas han tenido la oportunidad de hacer un cambio desde hace 22 años atrás. Me imagino que querrán algunos otros 50 para demostrar que no son mejores que el PRI.

Me pregunto qué pensarán esos jóvenes cuya edad oscila entre los 20 y 30 sobre los asesinatos en Juárez y en particular los vinculados al consulado, que ocurrieron ayer 14/3. ¿Sufrirán ese mismo dualismo que yo sufrí­ cuando esas desgracias ocurren?

Me imagino que no.

Mi generación es bastante un producto de la Revolución de 1910. Hemos sido un blanco peor que la entera maquinaria que la CIA impuso a la generación Reagen en EEUU y tierras allende amén de la cruenta Guerra Frí­a. Nosotros somos una generación en que nos creí­amos mexicanos. Hemos sido burlados, claro, en hacernos creer parte de una nación cuyos lideres insisten en hacerse pasar por los buenos mientras nos están chingando los hí­gados. Lideres cuyo estilo es derramar la sangre chingaquedito. Nos hacen vernos la cara a cámara lenta. Nos hacen ver cómo nos roban en ese momento en que no parpadeamos. Tenemos lideres sadistiscos para no decir más. Esos lideres, bueno, para qué decir más.

Y uno se pregunta, claro, al leer las noticias, las editoriales de los periódicos centristas como el Astillero, como Bajo Reserva:
¿Sabrán que en el Norte, esos mexicanos que han finado, nosotros los consideramos también mexicanos? ¿Sabrán esos del Centro Mexicano, que en Chihuahua, que en Baja California, no existen ya esos mexicanos que la maquinaria del PRI querí­a nacionalizar mediante varios trucos y demás extorsiones?

Uno se pregunta.

¿Por qué se sienten tan indignados esos del Centro cuando ni siquiera en más de 170 años y pico nunca han procurado lo que el Norte es para nosotros los norteños más allá de querer de proteger una raya cuya importancia nunca ha sido más que un yugo para uno?

Y como viejos soldados que no saben que la guerra ha terminado, marchan ambos, El Astillero de Julio Hernández, y Bajo Reserva de El Universal, en Lock Step:

Aquí­ la sensibilidad de el Astilero: Y, mientras el escándalo internacional por los muertos VIP de Ciudad Juárez Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2010/03/15/index.php?section=opinion&article=008o1pol

Y el Universal: Barack Obama se dijo ayer “indignado” por el asesinato de tres personas vinculadas al consulado de EU en Juárez. Fuente: http://www.eluniversal.com.mx/columnas/82909.html

El indignado soy yo que veo que México sigue igual de centralista como, bueno, no quiero insultar inteligencias.

Lo indignante de todo esto es que los norteños más que nadie más en México sabemos el valor que un mexicano tiene a escasos centí­metros de ambos paí­ses.

Superioridad

Me parece que estos últimos dí­as sufro de algún complejo de superioridad o la cruel verdad es que estoy rodeado de seres de inferiodad intelectual. No sé qué creer ya. Quizá deberí­a de dejar que mi ego albergue nociones de inteligencia superior porque la verdad no quiero creer que mis colaboradores, vecinos o colegas sean los imbéciles que aparentan ser. Rehúso creer que la gente sea lo que son. Esa es mi debilidad.

Lo malo que es que mi ultra sentido de superioridad intelectual, según yo, off course, no logra convencer a nadie más allá de mí­.

Qué bonita bendición.

¿Debemos entonces dedicarnos a hacer ver a los que no ven? ¿Debemos de generar energí­as para dedicarnos a enfocarnos a una meta efí­mera? ¿Debo de dejar el orgullo dañado a un lado para seguir la labor?

Uno nunca sabe lo que uno quiere. Yo ya no sé qué quiero. Nunca me habí­a pasado que no sé qué es lo que quiero. Pero háganme aquí­. Sin saber qué es lo que quiero.

Quizá sea eso una seña más de inteligencia sin control.

A esa

Marí­a Esther Martí­nez Lucero, Tijuana, 1961

El vací­o le molestaba. Deberí­a de sentir algo, pero no sentí­a nada. Le molestaba, no querí­a que el evento perdiera el significado y la trascendencia del acontecer.

La mente registraba que algo no funcionaba con el cuerpo de las emociones que deberí­a de transcurrir por todo su ser. Una especie de trastorno mental era lo mí­nimo pero él seguí­a inmóvil, inquieto y molesto porque no sentí­a nada. Quizá vivir con puras mujeres le afecto lo masculino que insistí­a manifestarse, quizá una cruenta lucha por la esencia del sexo libraba batalla. Quién sabe.

Buscaba inquieto por todo su cuerpo alguna seña y nada, no habí­a ni el indicio de que algo estaba por gestionarse. Y así­ pasó, sin acontecer aquel entierro.

Murió ella. Esa mujer que solo vagos recuerdos dejó y un testimonio de que ella era su madre. Solo creyó como la gente cree en Jesucristo y tomo por hecho de que así­ es, ella era su madre. Los testigos de que era mi madre eran voces de la familia. Ellos sabí­an más que yo y por voz de boca creí­. Dizque una vez la mandaron por un pastel para mi cumpleaños y la señora me llevo galletas y leche mejor. Han de haber sabido una delicia.

Un dí­a tuvo una conexión con ella. Quizá el primer recuerdo de que ella era la madre. Lo curioso es que él sabí­a que ella era la madre y ella lo reconoció. Era una madre que no querí­a saber de hijos o por lo menos de crianza de hijos. Fue en la calle segunda, rumbo a un destino que la memoria no tiene registro, quizá como miles de niños en México por ese tiempo en Tijuana, a comprar tortillas; caminó por esa calle rumbo a la Alba Roja y la vio barriendo una habitación que relucí­a azulejos, supo él que ella era la madre y se detuvo. La madre ni lo invito a entrar a la habitación. Solo un saludo y ya. Lo curioso es que no esperaba más. Solo la alegrí­a de verla le bastó. Le gustarí­a saber cómo es que supo que ella era la madre, pero cosas de niños, cosas de madres y así­.

Después, en otra memoria ella le elogiaba una camisa, amarilla. Ella dijo que le quedaba bien. í‰l miró con aprobación el elogio y alzó la mirada a sus ojos para ver a la madre complacida de ver a su hijo con una prenda que le quedaba bien a él.

Y un buen dí­a ella murió de un cáncer intestinal. Unos dijieron que las vagancias de bar en bar le llenaron las tripas de ese mal; otros que fue por tener tantos hijos. Las memorias y los años llenos de vací­os largos largos hicieron de las emociones una distancia imposible de juntar con las emociones que suelen redondear los funerales, los entierros y solo un adolescente confuso por la gente que se llama familia y el dolor que otros creí­an que tení­a por la perdida de ella llenaban el espacio de ese hoy lejos del presente. Algo no cuadraba, todos esperaban una emoción llena de dolor creí­a él, y pretendí­a con esfuerzo natural sentir algo y él tení­a solo ojos para ver, fingir y no fingir, recordar para otro dí­a, lo que ese dí­a pasó, ese año sin dí­a, sin año, sin fecha pero con imágenes que claman aún la calma frí­a que retumba como eco sin fin por los dí­as, años y mi vida. El túnel del eco atraviesa el principio de un Alzheimer que borra lazos sanguinos y deja a la existencia desnuda con pocas posibilidades que aceptar con fervor que en verdad así­ fue.

Insight

King of the Gypsies - (183X 153 cm) 2007 Canvas, Acrylic, Spray, Collage, Marker, Dymo av Andreas Torverud

I don’t consider myself a man of God though I like to think that whatever communion I hold with higher powers at least is in the vicinity of God. Though I haven’t specified what sort of God you and I tend to think of the same God, this is English and English speaking people, for the most part, where I come from anyways, tend to worship the Judeo-Christian deities.  Though I don’t like to think of those deities in that religion as deities I worship I often find myself prey to their old rhetoric and certainly my background is afilled with rites and traditions having to do with what is known as Christianity. While I pray and talk to a God this God is a close relative of the Judeo-Christian variant. I believe there is a higher power which more oft than not nourishes or finds nourish in the old Luther variants and the old Catholic faiths.  No matter what I do and think, when I connect to a higher power, the old forms of addressing the Gods reenter myself. Suffice to say, I can’t rid myself of my Christian background no matter how much I rationalize my relation to God by denying Christianity altogether.

I am brought to this soon to be baptized as an old personal conundrum of mine because, here in Sweden, at work, there is this man who is a practicing Christian. He recently engaged in an act of charity that has left me quite baffled and thinking about my own charity activities. This person at work gave money to a couple of gypsies, or Romani as they are known here in Sweden. I’ll just let all your prejudices run amok while I get to what I am saying. So, I was introduced into the picture because these Romani people had difficulty in speaking Swedish and the man in this pair was able to speak Spanish due to several stints in Spain. I had seen them before in the town. I often saw the man playing accordion music coupled with a deep hollow look in his face while I was on my way to the liquor store, systembolaget, as it is known here, and at other times outside the store where I buy my groceries. He made his living by playing the accordion hoping some kind souls would throw in a coin or two into his hat. This is easier said than done because in small suburbia Sweden this sort of pandering is often the cause of perplexity and amazement more than an appeal to charity. This tends to throw off realities in disarray in picture perfect socialist Sweden which prides itself of higher standards in taking care of its people. That someone would even dare to consider to play music for money and this in plain winter in Sweden is more than an affront to the senses of the Swedish. It just bodes ills and certainly the harsh winter and cold weather don’t make the heart of the Swedish people any less merciful just because someone is daring the weather to try and cash in on some easy alms specially when someone is indirectly thrashing the old Craddle to the Grave philosophy. Summer perhaps, but winter? Of course this doesn’t give the Swedes a good reputation and since many people consider the Swede as a cold being well, you get the picture. This particular type of Romani people came from a country in the Balkans and they are despised with all might in Europe all over.  So they tend to create small schisms in the daily affairs of small town suburbia here in Sweden, you just don’t do that.  Especially in small towns where every aspect of behavior is closely monitored and inspected for flaws. I kid not, this is 1984.

Well enter I.

Not only do I cringe at the sight of accordion playing gypsies because I know Swedes will not react well to it, I associate myself to their lot because they also have black hair and are immigrants. I would not have made anymore deal out of it until X from work, the practicing Christian, asked me if I could help him as an interpreter for him. I went along and we decided to meet at his church. There they were. The dark haired and dark skinned Gypsies I had seen playing the accordion before. Now, because I have rejected all notions of Christianity in my life I am a full blown cynic. I just don’t trust people’s intentions and specially, let’s be honest here, gypsies. Boy did I have baggage there. I fought off my own prejudices and certainly I wasn’t  about to help them, it was the Christian, so what the heck. I went neutral and the doubt shadows were repressed even more further down the I gutter.

I listened and interpreted what was said and learnt a thing or two about their lot in frigid Sweden. I could not help but get a whiff of a stench that was reeking a scam a mile away. Woe humanity if I ever am in charge of pity because I had my bullshit detector on full detect.  Shame on me. I could not help draw images of what I would do where I destitute in a foreign country and basically rely entirely on the compassion and care of others though the images and perceptions of being manipulated allowed more room for skepticism than anything else. Perhaps that’s why we are drawn to church. I left the interpretation run its course. I was certainly not there to offer a helping hand more than my intellectual traits gave forth and I thought more than enough was done on my behalf by listening and letting thoughts and actions, ideas whatnot sink in. The Christian guy though had a tough cookie to chew on. He was left with the responsibility of helping the Romani people and find a solution to their economical and housing problems. Yes, they turned to Christianity to solve their problems which made me feel like a shepherd dog looking out for the lambs. I was open about my impressions and forwarded these accordingly by the way. Yes, it was another one of those open and sincere observations by cynical me.

The days marched on and snow covered the landscape with meters of the white stuff until I caught up with the Christian guy on his way to catch a train. We chatted a little and found out that the Romani people were taken by car to another bigger town up north in Sweden and not sufficient with that they payed the first month’s rent for the poor Romani accordion player guy who knew a bit of Spanish. I was frankly in awe at the leap of faith my fellow college and his church made, I certainly would not have done nearly as much. But they did.

I suppose that is the gulf that separates us, his belief system and mine which is seriously deficient in acts of charity. I have a hard time giving and furthermore giving in the name of the Lord. I wonder how is it possible to abandon the cruelties that accompany every day and how is it possible to abandon in total ignorance those acts that chip away at our own charity until we become cynics like me. No, am not about to trust people like my Christian friend did, which I said, is a tremendous leap of faith no questions asked kinda guy. Am just asking because it is certainly a hard act to follow. One must be ready to abandon this world and enter one where we are to trust blindly that we are helping, that we are not being fooled and that even if are being fooled there is a price for that somewhere.

Malplaced Autoctono

Ha de ser verdaderamente triste para la raza blanca de México vivir en México por estos dí­as. La historia se repite, se quieren largar del paí­s de indios brutos, del mal tercermundista que la misma élite que los gíüeros apoyan, hacen del hogar que los hace a ellos superiores. Qué triste.

Los gíüeros de México son los más desdichados que el mundo caucásico pueda presumir. La verdad, presumir de blancura en México, un paí­s que posee un mar de hombres del color de la tierra, ha de ser como presumir de perlas en el muladar porcino. Ha de ser gacho, la verdad, tener ojos azules en México. No porque sea un defecto sino porque automáticamente te hace blanco de una superioridad no deseada y habrá que luchar, habrá que justificarse ante los demás por qué uno es así­. Lamento mucho lo que ellos tienen que sufrir, la verdad; ahora lo comprendo en su totalidad. Y es que ellos más que otros sufren ese ostracismo de justificar su presencia y jode, habrá también que justificar el porqué y el cómo de tal procedencia, de hecho nadie es más cuestionado de su procedencia como los gíüeros en México. Es un infierno personal, me imagino.

Todos los dí­as ver ojos negros con ojos azules y tener que mitigar la fuerza de que querer apantallar a los demás de que uno es de color preferido por el simple hecho de poseer tez blanca y ojos de color, vaya. Y el recordatorio mexicano, el vestigio añejo: soy producto de un proceso de mejorar la raza. Qué triste es llegar a ser blanco en México. La verdad. Porque a partir de ahí­ empieza una nueva vida llena de viejos vestigios y habrá que ver todo con ojos nuevos con los parpados cerrados. Habrá que reinventar la historia, habrá que ver la historia de México bajo nuevos ojos y querer hacer de ello algo distinto lo cual no sorprenderí­a, después del todo. Pero a tientas, a ciegas. Y ni cómo identificarse con un paí­s como México cuya narrativa excluye la narrativa del blanco, del negro.

Como han de sufrir ante tales circunstancias tales seres de tez blanca.

Yo vivo en un paí­s de blancos y he visto tanto ojos azules que ya hasta aburren, la verdad; quiero con ansiedad ver ojos negros. Quiero ojos marrones, avellanos, como los mios.

Y es por eso que me pregunto cómo es que viven los gíüeros en México.

Y es que los mexicanos que vivimos en el extranjero damos cuenta de varias cosas que la élite de México no quisiera que nosotros supiéremos o rendir cuenta de ello. Una de esas es que el blanco en México es el más viejo de los extranjeros en México. Es el más viejo anhelo de retornar a la madre patria, es el más antigíüo deseo del Eterno Retorno.

Que triste es, pues, ser, una vieja expresión no cumplida, una frustración jamás cumplida como lo es el anhelo eterno del Eterno Retorno así­ presuma mil viajes mentales, nunca podrá presumir que es de aquí­ porque el hoy no es de él ni jamás podrá serlo.

Diario de un acontecer o dos

Doc Martin's

Según yo casi no iba a usar la computadora hoy. Tengo varios tipos de comportamientos como el anterior, ese es uno; el otro es ingerir bebidas alcohólicas. En este caso, vino de Jerez o cerveza. Suele ser que me engaño a mí­ mismo con una determinación llena de una hipocresí­a que convence, esta vez sí­, no haré x. Sí­, así­ es cada mañana y al transcurso del dí­a como si alguien me observara desde lejos, desde un tiempo inhóspito como el narrador de Bartleby the Scrivner describe a sus empleados, cambio al atardecer mi parecer. Hago lo contrario y justifico con gran hazaña la traición a la determinación del cambio que la mañana proferí­a con tanto entusiasmo, ahora sí­.

Salí­ a caminar hoy muy temprano. No es algo que haga todos los dí­as, por lo menos no como hoy. Sin más ni menos por puro impulso, recojí­ las pocas materias que tení­a para ir a reciclar, unos periódicos, unos anuncios de ventas de la tienda local de aquí­, unos tenedores y cuchillos viejos, un teléfono que no sirve, un teclado y un mouse inalámbrico, cables y una botella de Jerez que me injerí­ hace dos dí­as atrás; también puse en la bolsa unos calzones viejos amén de unos calcetines. Los calzones viejos y los calcetines no los aceptan en la tienda de segunda a la cual por lo regular les mando lo que ya no uso de ropa, mejor los dejo en una caja que colecta ropa para mandarla al ífrica, tengo entendido, y allí­ acabaron mis chones y calcetines. Y desde que una viejita del edificio me explicaba las manijas del secador para echarlo andar me acuerdo de la manera en que tentó un par de calzonzillos mí­os para ver si estaban secos. Los nórdicos no tienen pudor sexual si es algo natural como los calzones, pero para un mexicano, las prendas í­ntimas adquieren un tono muy personal, así­ que al ver sus dedos apretar los calzones por donde cuelgan mis testí­culos sentí­ un ligero shock cuyas réplicas han repercutido hasta hoy. Seguí­ escuchando como si nada ese dí­a. Stupid incident. Sé que cometí­ un crimen al echar en el estanque de plásticos duros mi viejo tecleador, el mouse, el teléfono. Pero no hay estanques para aparatos electrónicos. Pensé y espero que alguien sepa hacer lo que yo no supe hacer pero es que yo no los querí­a en mi casa.

Caminé dos horas. Hace frí­o y la nieve se acumula cada dí­a más y más. Ya ni blanca es. Los vehí­culos la han tornado negra, marrón, amarilla de borrachos y perros y otros animales que se dejan mensajes, gris. Me dí­ cuenta que mis Doc Martin’s no guardan calor, bueno, eso ya lo sabí­a. Lo que no me cabe es que mis tennis shoes den más calor que unos Doc Martin’s. En realidad no se puede caminar por las calles de mi pueblo sueco. Pero se camina, la gente está empeñada en hacer vid entre tanto frí­o, tanto ruido por hacer a un lado la nieve. La nieve da para trabajar, muchos están haciendo a un lado varios meses de nieve y el asfalto se ve cubierto de un hielo que traiciona fácil al incauto.

En mi caminata me di cuenta de que mi tinitus me ha hecho olvidar de mi preocupación por mis oí­dos. Antes me preocupaba dañar mis oí­dos. Too late. Así­ que ahora escucho más música. Mucho más que antes y como han dicho que es bueno darle batalla al tinutus mediante música pues venga. Escuche música y me acordé de las preguntas que mi hija me hizo ayer, ¿qué música escuchas? No supe contestar. Ni cómo decirle que me gusta el metal, techno, industrial, dance, corridos, mariachis, música sueca.

Me comí­ dos naranjas hace rato. Se me estaban haciendo viejas. No me gusta comer así­. Ni comprar comida de más. Pero desde que me separé, ahora vivo solo, se me da el caso de que la comida a veces me sobra y como hoy, me tuve que comer dos naranjas ya pasaditas su punto pero no malas. Estaban buenas. De por cierto, según yo iba a comer lo menos posible hoy, eso me dije también en la mañana. Y van cuatro cookies de chocolate de sobra. Un plátano y una pí­ldora de vitamina D. Pero lo bueno es que me acuerdo de la cuaresma, mis intenciones me dan el gane a veces. Así­ soy yo a veces.

Julio: Ní¤ssjí¶

Schism Lingua

No entiendo por qué es que mis giros lingíüí­sticos en sueco suenan gramaticalmente bien para mí­, siendo que son un obvio error para el nativo del sueco. ¿Qué es lo que ignoro, qué es lo que sacrifico y cómo es que logro burlarme a mí­ mismo?

La verdad, no deberí­a de ser un gran problema poder aprender otro idioma. No soy un experto en la materia, pero si hacemos una lista de las cosas que uno deberí­a de aprender, o poder manipular, en este caso sueco, son pocas. Ahora, no estoy hablando de las partes de un lenguaje que se requiere para poder hablar otro idioma sino de las partes de un lenguaje para poder hacer todo ese malabarismo mecánico llamado gramática que se requiere para poder comunicarse con las partes que se requieren para poder comunicarse. Aquí­ no importa la semántica o la frasearí­a sino el aparato que hace que todo eso fluya sin contratiempo.

Aunque me imagino la lista larga en verdad, para mí­, lo único que me parece aquejar es la concordancia gramatical. Aunque el sueco es un idioma que no importa que tan gramaticalmente hables el idioma no tiene validez ante el nativo del idioma sino pronuncias el lenguaje en su forma natural, y como el sueco es una lengua tonal pues te hacen la cara de fuchi por más correcto que hables el idioma si es que no pronuncias el sueco a ritmo que para ellos es aceptable. De hecho, a estas alturas estoy dispuesto a decir que el orden de esos dos conceptos serí­a, que primero habrí­a que dominar el tono del idioma antes que la cuestión gramatical, como dije, no soy un experto en esto y solo lo digo por experiencia propia y como aprendiz del idioma sueco. Y quizá sea por eso que digo que lo que a mí­ me aqueja es la concordancia gramatical.

Cosa que aunque se escriba en singular es un concepto que alberga varios conceptos, como género, número y cuestiones verbales. Me basta decir que en las cuestiones verbales los únicos problemas visibles, a mí­ parecer, para mí­, es el pluscuamperfecto. Dónde sí­ tengo problemas y que no los escucho y que me burlan en hacerme creer que digo las cosas correctamente es en género y número.

Y así­ al principio de la pregunta, ¿qué es lo que hace que para mí­ suene bien mientras que el nativo sabe por intuición que está mal? Me atrevo a responderme a mí­ mismo puesto que presiento que lo que me tiene en jaque es que de alguna manera el error se debe a que lo que yo creo está gramaticalmente correcto encaja muy bien con las otras gramáticas que poseo, en este caso el inglés y el español.

Tendré que afinar más mi conciencia gramatical sueca. No hay de otra.

i fredens tjí¤nst

I fredens tjí¤nst quiere decir en servicio a la paz.

De antemano: aquí­ respetamos la paz de los caí­dos en servicio militar.

Dos soldados suecos han muerto en Afganistán.

Y esto es un acontecer de importancia cuya trascendencia transcurre más allá de los familiares más cercanos. Lo curioso de este caso es que uno de ellos ni siquiera rellena esos requisitos de lo que un nórdico podrí­a aparentar para ese complejo mundial que sujeta a ciertos patrones lo que uno es o cómo es que uno deberí­a de ser nórdico.

Uno de esos que han tupido ante el fuego militar allá en Afganistán tiene la apariencia Asiática.

Hoy les han brindado un servicio póstumo en la televisión. Grandes potentados han estado ahí­ dirí­a Yoda de Star Wars.

Tienen ya varios dí­as masticando la noticia acá en Suecia.

Dos soldados han muerto.

Chingaquedito, nos han hecho saber la gran tragedia. No se ha hecho esperar el manuscrito escrito recitado ante tal ocasión. Todos saben lo que dicen, con mesura nos quieren hacer saber que sí­, es una gran tragedia. Y para aminorar la gran tragedia y para comprender el gran dolor, los que han sufrido bajas en su compañí­a serán remplazados por una compañí­a nueva.  Habrá que digerir la tragedia en paz. Habrá venganza dicen los que saben de estas cosas entre la muerte, la vida.

Miro las noticias suecas en mi tv, y veo generales, personas de la élite, compartir nuestra perdida. Y lamento que no pueda ver más allá de la hipocresí­a. Quisiera ser más gullible. No sufrir problemas por no creer, por no ser parte del flujo que transmite el hoy. Yo, por naturaleza, o por vejez, una de dos, veo más allá de la retórica.

I fredens tjí¤nst escucho en el aparato que transmite en vivo desde alguna iglesia. Y sé de antemano que esa frase pasará desapercibida entre la población porque es una frase ideológica. Y es que los suecos se creen pacifistas. Ellos son amantes de la paz y no han hecho guerra por más de quién sabe qué cuántos años.

Amén.

Sí­, dí­ganme traidor ya.

Suecia no es una paloma blanca para los que saben. Pero tampoco ha dicho que lo es.

En honor a dos soldados suecos muertos en Afganistán.

denles cran

En mi estado natal de Baja California, en la ciudad de Tijuana, darle cran a alguien es acabar con algo.

Me viene a la mente está expresión porque así­ me imagino las ordenes que recibieron los asesinos a mansalva que apretaron el gatillo que abrió las puertos del rí­o í‰stige y puso manos a la obra de Charón para que los jóvenes que han perecido durante lo que va del 2010 en México pudieren cruzar los canales del cono Dante cuyos subterráneos que dan al imperio Mictlantecuhtli no supieron brindar hoy.

Denles cran.

No sé que tipo de sacrificio requiere la conciencia mexicana para marcar rayas pero hemos que muchos jóvenes han muerto ya lo que va de este 2010. Y justo por qué jóvenes no se sabe porqué con justa razón, quizá sean jóvenes los que matan a jóvenes pero ahí­ está la cruenta realidad que no cesa de darnos ese opio que nos hace insensibles, o nos quieren hacer creer que somos insensibles, ante la realidad que nos presta el diario devenir del mexicano. El caso va a que el futuro está en la lí­nea del fuego.

Me parece casi una ironí­a de esas crueles; nuestra generación, que años atrás presumí­a de su juventud como fortaleza para el futuro en las oratorias y discursos que declamaban paciencia ante el yugo del régimen prí­ista es hoy el verdugo del futuro presente.

¿Dónde está esa apuesta de esas naciones y comentaristas que pedí­an una apologí­a por una dictadura cuya transición requerí­a de paciencia, que demandaba paciencia para llevar acabo un cambio que llevarí­a tiempo?

¿Cuánto tiempo, se pregunta uno, es suficiente para que uno viva en paz y qué paz anhela uno verdaderamente? ¿Sabemos lo que deseamos? ¿Sabemos lo que en verdad queremos?

Nuestra generación, cuyas proezas cantaban las naciones extranjeras como los EEUU no hace ni dos décadas atrás, al mencionar que, sí­, tenemos una dictadura light en México, pero es una nación joven, y de seguro vendrá un cambio, es hoy un precursor de cambios sumamente violentos.

Es mi generación la que aprieta el gatillo.Y no estoy nada orgulloso de eso.

Aquí­ no hay obsidiana para calmar los dioses invisibles sino solo balas fabricadas en el extranjero dándole cran al futuro que Slim, Calderón, el PRI o el PAN y el PRD prefieren sea un Cabañas, o una discusión sobre bodas Gay porque la verdad, nadie sabe ya lo que que hay que aplacar a a estas alturas y esas muestras de escándalos son manejables y no perniciosos como la matanza de jóvenes a manos de engendros que ellos mismos han creado.No pasa nada aquí­. Ya me lo decí­an antes y no lo creí­a ni yo mismo. Confieso que fui la primera victima de incredulidad ante lo que mis paisanos me decí­an durante el régimen de Fox. Yeah. So there you have it, another sucker.

Y ahora, ¿quién labrará el suelo, quién hablará por teléfono, quién habrá de ser oposición si estamos matando el futuro? Lo seguro es que siempre habrá un patrocinador dispuesto a ayudarnos a sostener la ilusión de un gobierno; no es sino más de lo mismo, y esa leyenda de American Bank Note resuena de nuevo.

Según reza el dicho, la ciudadaní­a ha sobrepasado al gobierno y creo que algunos potentados en mi paí­s creen que jamás podrán ser rebasados, puede que así­ sea. Pero alguien está jugando con mechas en un lago lleno de gasolina.

Y a petición darling.