In Sunshine or in Shadow: Stories by Irish Women
Edited by Kate Cruise O’Brien and Mary Maher
Delta Trade Paperbacks, a division of Random House, Inc. February 1999
ISBN:0-385 33335-8
No es que sea una recensión. A mi lo que me importa relatar es cómo adquirí el presunto tomo y cómo lo leí, esa es la historia de mis libros. Cada uno con su historia. El egoísmo primero y después lo demás. Venga pues. Recuerdo sin duda alguna que iba a algún destino cuya puerta de partida me llevó a Estocolmo. Recuerdo subir unas escaleras con maleta en mano, una de esas que llevan una manga larga, la maleta que no la escalera. Entré a una Akademibokhandeln, que es una tienda de libros de esas de cadena y que existen por doquier por estas tierras y busqué algo que leer y pues lo compré. Las emociones y las sensaciones por lo cual lo compré son tan efímeras como las sensaciones que me llevaron a consumir literatura como la presente. De seguro pensé que lo leería en una sentadita por ahí, así como cuando compro tomos por aquí y allá con esa ilusión de que los leeré tan rápido que los podré consumir bien pronto cuando la realidad es otra, o sea, la fantasía es mi consumidor preferido de libros.
Pues no, el libro lo acabé leyendo en mis visitas al WC en casa. Y no hasta este 2013. Digo, lo compré hace más de 7 años atrás, por lo menos. Y así, empecé este libro. Un libro que se jacta de relatar en historietas cortas cómo es que legislación introducida a Irlanda afectó a las mujeres, a eso va el libro, relatar en ficción, el drama de un pueblo católico y (el proceso democrático) de rechazar la prohibición del divorcio, cuyas víctimas, a juzgar por las historias, fueron las mujeres. Y no que no es que no lo crea, venga, el patriarcalismo en las sociedades católicas le han hecho la vida a las mujeres de cuadritos, como bien dicen en mi tierra. Lo que pasa con la literatura y las historias que de ahí se derivan, es que suelen contarse por personas adineradas, que cuyo pasado, no por minimizarlo, ni nada, deja un sabor a afluencia que ni los que hoy en día sufren del patriarquismo rudo del catolicismo sabrían saber cómo identificarse con él. Por ende, el prejuicio. Quizá los hombres también sufrieron. Pero venga, libros para alimentar ideologías nacieron en la Guerra Fría. Y este último no es la excepción a no ser que se trata de una lucha, una batalla, en ese marasmo frontal que se denomina Feminismo.
¿Son buenas las historietas? Sí. ¿Vale la pena leer el libro? Sí. Es gente que ha sido educada a tocar el corazón con sus letras. ¿Es eso malo? No.
Aquí habrá que recorrer calles en un taxi, subir paredes para ver lo que hace el vecino, soportar la soledad de la ama de la casa, la espera del marido, la traición del marido que no sabe ser fiel, la aceptación y subyugación del diario devenir para poder salir adelante en esas broncas y normas femeninas que ellas solo entienden, seguirle el hilo a las eternas discusiones entre un hombre y una mujer o la curiosidad de una niña en ciernes a ser mujer.
Poder. De eso trata el libro, del suspenso que marca la vida cuando esta última se ve rígida por leyes injustas que no comprenden lo que pasa en la vida de los sexos. Unas historietas valen más que otras pero lo que sí hace el libro y lo hace muy bien es enganchar al lector. Siempre es interesante leer sobre los problemas que las mujeres afrentan y por ende la satisfacción de poder haber leído el libro, si tan solo para ver desde ese marco visual, cómo es que la mujeres resuelven sus problemas con ese otro sexo del cual yo pertenezco. Es importante relacionarse con el sexo opuesto y lo que ellas sufren o disfrutan para poder así comprendernos mucho más mejor.