A través del tiempo de Rafael Jiménez Vela.

vela

  • Publisher: Libertarias  1ª ed. (March 27, 2013)
  • Language: Spanish
  • ISBN-10: 8479547340
  • ISBN-13: 978-8479547349
  • Product Dimensions: 8 x 5.2 x 0.6 inches
  • Shipping Weight: 9.9 ounces

Siempre me ha interesado el turismo. Crecí­ en él. La gente viene para satisfacer alguna curiosidad. Así­ es el imán. Esto no es novedad alguna, todos van a algún lugar para encontrar lo que la lectura les indujo. O lo que han escuchado. La historia del mundo está basada en un decir. El máximo decir. Lo antes escuchado. Por estos dí­as ya no es así­, por lo menos no entre la plebe. La élite es la única que sabe disfrutar del nuvou decir y sus maquinaciones que tejen las telerañas que antes eran el lujo de las multitudes, ahora, solo quedan en un libro para aquellos que saben cómo leer.

No es que el turismo de lectura sea novedad, desde muy antes ha fascinado al mundo del lector aquellos lugares que un libro describe. Solo que hasta ahora parece toda una industria. Parece, lo he dicho así­. Y es que la lectura es una industria tan antigua como la prostitución. Solo que ahora hay agencias que se dedican a algún tomo como Dan Brown’s Da Vinci Code para explotar el turismo de la geografí­a en el tomo. No es novedad, lo he dicho. Ahí­ tengan ustedes a Mankell y su Ystad. O Byron y su Grecia o Dante y sus infiernos internos.

Pero creo que para ser exactos no hay como las cartografí­as de Colón. Esas lecturas no tienen iguales. Una equivocación que ha marcado el mundo entero. Un giro mal tomado.

Así­ pues el libro de Rafael Jiménez Vela.

Lo compré porque querí­a saber de Sevilla. Así­ de sencillo, pregunté por un libro que estuviese situado en Sevilla y el clerk del negocio me dio el tomo en cuestión. Ni la pensó dos veces. Después me di cuenta, al recorrer varias librerí­as en Sevilla, que hay espacios dentro de las tiendas, exclusivamente para tomos sobre Sevilla de toda í­ndole. Hasta me sentí­ como si hubiere llegado tarde a la fiesta.

Supe de Sevilla. ¿Me adentré a Sevilla? Claro que no. Ni le rasqué la superficie. Pero me entretuve leyendo lo poco que pude cartografiar de ello si es que así­ se le puede denominar a la lectura que hice del libro de Vela.

Hay muchas malas criticas al libro. Una es que es un libro lleno de Dan Brown á la True Blood á la Vampire Diaries.

Y bien lo tiene merecido pero para darle un poco de mérito al libro habrá que decir que esto ni indicio da alguno hasta por terminar la historia dentro del libro. O sea que buena parte de la lectura no está dedicada al vampirismo o minucias de grupos ocultos sino muy hasta el fin. Pero para los que han visto la pelicula de Da Vinci Code sabrán ya mucho sobre la estructura de la lectura.

En sí­, lo que vale la pena de la lectura es que recorre calles de Sevilla contando historias del pasado de las calles y sus antiguas civilizaciones.

Sevilla no es solo una ciudad española sino también una de esas cunas de la hispanidad mundial.

 

í–de Christine Falkenland

ode  Autora: Christine Falkenland
Publicado por: Mí¥npocket
Tomo: Pocket
Idioma: Sueco
Impresión: 200409
Páginas: 136
Peso: 84
ISBN10: 9170011885
ISBN13: 9789170011887

He terminado de leer mi tercer libro de una de mis escritoras favoritas aquí­ en Suecia. Las recensiones suecas de la obra alaban el labor de esta autora y están fascinados por la narrativa que Christine Falkenland ha desarrollado durante su carrera como escritora. Adentrarse al mundo de Christine Falkenland es un tour de force para el que quiera comprender un poco de cómo es que se vive en pequeñas comunidades en Suecia. También lo es para aquellos que quieran experimentar un poco los actos mentales que en realidad están generalizados en el psique sueco. Para todo el que ha vivido un poco en Suecia notará como es que los suecos les gusta sumergirse a un mundo lleno de angustias y obsesiones por detalles que hacen de un vaso de agua una tormenta inexplicable de traducir al lenguaje siempre y cuando es un mundo lleno de subjetivismos que colectivamente se viven. Estos están viviendo el efecto mariposa y desde la perspectiva del aleteo de la mariposa ya que cada aleteo les causa una crisis menor por las repercusiones tanto éticas como morales que podrí­an repercutir en ellos mismos y no ya en el mundo, venga, por algo se les conoce como individualistas y por ende su opción de distanciarse tanto del mundo como de ellos mismos. Claro, todo esto provocado por los valores luteranos que marcan el devenir del sueco y mucho más esa austeridad emocional con la que deciden vivir.

La mentalidad del sueco está llena de interpretaciones subjetivas que marcan su apariencia fí­sica ya que raro suelen reí­r o mostrar emoción, no que no lo hagan, sí­, pero entre más se adentra uno a Suecia menos indicios muestran de su estado mental como si mostrar el flujo de los pensamientos internos al mundo exterior o mostrar alegrí­a por vivir serí­ase algo fuera de lo normal. Esto a veces conduce a un hoyo negro de depresiones personales y el robo de toda felicidad posible, aquí­ no existe la dicha de la ignorancia, les tortura cada acto y la narrativa se torna un dimes y diretes sin fundamento alguno. Todo acto conlleva con sí­ un juez que califica lo hecho como bueno o malo y la tortura mental (inducida por el desasosiego) por haber hecho una mala obra repercuta dentro del estado mental del individuo. Más si se vive en una comunidad homogénea y pequeña y como reza el dicho, pequeño pueblo, infierno grande.

La novela trata la relación sicológica entre un cliente y un sicólogo y la terapia que se lleva acabo para resolver los problemas mentales de una chica con un pasado que le causa una crisis existencial femenina, muchos acontecimientos le hacen hacerse preguntas por lo que ha hecho. Sus decisiones, la falta de una madre más atenta, un aborto espontáneo, sus proyecciones de amor fallidas, hacen de una existencia un caldo lleno de azufre.

Pero me he quedado insatisfecho por la obra. Conozco un poco de sicologí­a y sus terapias y en este caso la autora no supo sacarle la vuelta a una serie de problemas relacionados con la terapia y más entre la relación entre el sicólogo y el cliente en cuestión. No sé porqué, quizá se debió a que la autora sintió presión por entregar la obra, o es parte de la obra en sí­ ser como es.

Solsticio del Estí­o

Que risa descubrir después de muchos años que el solsticio solar del estí­o es tan solo parte de una vieja costumbre de preservar la familia. El solsticio solar es ser parte de una familia y un sistema solar empecinado en dejar atrás a otros y todos somos Pluto, ese planeta que dejo de serlo y ese planeta enfriado  por estar tan lejos de los demás.

Acá en Suecia hoy, aquí­, viernes, 21 de Junio, se celebrará con auge el solsticio. Con familia. Con amigos y sin esa parte de la sociedad que a no ser parte de la piedad que embarga la emoción no saldrí­a a festejar quienes saben qué.

Para muchos inmigrantes en Suecia este dí­a es un dí­a de anuncios de ofertas para otros que pueden comprar los objetos anhelados. Los comerciales te pintan ese deseo de ser parte del deseo en cuestión, es muy bonito, hay gente preciosa, la comida tradicional que el extranjero ni sabe cómo llegó a la mesa y claro, al fin del comercial, te das cuenta que ni tienes tiempo para ello ni las conexiones adecuadas como para ser parte de esa tradición sueca que parece que todo el mundo tiene medios para disfrutar de ello menos tú. Y es que el antojo no se va nada más porque sí­, más si eres un extranjero que disfruta de los mismos ví­veres que los suecos y que adoran al mismo dios del vino que uno. Uno quiere reí­rse también, pasarla bien, disfrutar un buen ambiente, pero no, eso no es para los extranjeros, ni aquí­ ni en China.

La celebración del solsticio del sol es una fiesta para los nativos y sus invitados, no para foráneos que han alargado su visita en este paí­s. Mas si uno es viejo, solo y sin más propósito en la vida que seguir viviendo. Se limita uno a vivir el dí­a, estar en la noción de que se celebra algo, ¡alas! la licorerí­a y las demás tiendas están cerradas,

Qué significa celebrar el solsticio, nunca lo sabré ni quiero saberlo tampoco. Lo único que sé es que parece divertido. Como una estrella en el cielo, solo me limito a ser espectador.

Sin embargo, mañana es un dí­a lleno de Jimmy í…kesson, muy sueco y solo para suecos.

La noche de Jekyll

Tratar de comprenderse a uno mismo es una ardua labor. Mas si se trata de apacigíüarse a uno mismo. Creo que no hay mayor incomprensión al ser humano que la incomprensión de uno mismo. Tenerse paciencia, ser comprensivo con uno mismo, luchar contra los demonios que le acosan a uno con el solo propósito de liberarse de ellos para poder lograr un poco de sanidad, cordura, adquirir un nirvana del presente sin tener que lidiar con fantasmas del pasado y tratar de comprender el enredo, pues eso.

Hay que luchar por la paz interna. Parece que no se sabe apreciar la paz interna pero es uno de esos tesoros que nadie sabe de él hasta que otros la adquieran y de repente todos desean obtenerla. Las religiones, cuyo monopolio en este terreno es indiscutible, saben explotar esta mina. Estar en paz con uno mismo vale su peso en oro. Yo creo que por eso admiramos la luna, las olas estrellarse en la arena, el momento que nos elude y que anhelamos. Queremos poder ver sin que nos afecte, queremos admirar sin dejar que influya en las venas que corren por el cuerpo de uno. Pero el ver requiere un precio. Para poder disfrutar de las linduras de una luna brillosa, de un mar espumoso, y ver el ideal delante de nosotros, tenemos que sacrificar todo lo que hay hoy y por delante. Tendremos que burlar al burro con una zanahoria.

La tranquilidad cotidiana es una comodidad fácil de adquirir. De hecho, se presta a cualesquier situación y es disponible a cualquier hora. Lo es porque la paz interna es un estado mental que todos pueden controlar. Como todo, hay que pasar por el puente cuyo guardia es un cerbero. Para poder llegar a esa paz mental habrá que pasar el puente entre el alma y la carne. La carne siempre tiene prioridad primordial durante el dí­a y durante la noche, la carne sabe que ella y solo ella controla a la mente y el alma y para poder obtener libertad de ejercitar sus poderes tendrán primero que tomar las riendas de lo corporal. La carne es un cerbero celoso de sus dominios, hará todo lo posible por dictar al ego mental y espiritual, achicarlos, no mucho, lo suficiente como para darles esperanza de poder remodificarse, de poder reinvindicarse ante la carne.

Uno de los chistes de estos negocios es saber que la paz está siempre enfrente de nosotros. Saber cuando abandonar y dejarse abandonar es una de esas claves esenciales para poder disfrutar de una buena paz, dejar todo transcurrir y darle paso al tiempo y que corra como corre el tiempo para cicatrizar las heridas. Es un proceso de transformación lenta pero rápida y eficaz. Tan rápida y eficaz que habrá que tomar conciencia de ella y dejarla escurrir con los segundos que parecen eternos y que sacan de quicio hasta las almas más pacientes del mundo, ergo Jesus y su grito de miedo al sentirse abandonado.

democracia mental

47 años. Parecen como si nada. La tendencia es mirar hacia atrás, pero estoy cansado de vivir en el error. Llevo años torturándome por actos cometidos en manijas de reloj de un ayer que hoy solo está grabado en mi cabeza, mi memoria y su tenaz locura de hacerme revivir los errores que me causan estragos mentales y psí­quicos emocionales. Se la pasa uno quieriendo corregir los errores siendo que no se puede hacer nada, es un desgaste emocional y mental que le chupan la vida al presente. Y el futuro. Es fácil caer en esas conjeturas endemoniadas de echar todo a la chingada y apostar al fracaso y la futilidad de la impotencia que le embargan a uno su existencia. Pero me mantengo en mis 5.

Es una ardua lucha poder mantener la cordura. Se escatima el hecho de luchar por mantenerse mentalmente sano. Es un trabajo poco apreciado, ni uno que esta al frente de sus demonios que insisten en derrotar la existencia y que nutre y da valor a la existencia, sabe apreciarlo. No es que sea falso reí­r o sonreí­r en público, ni bañarse, ni aparentar una vanidad a medias sino poder lograr llevar acabo los deberes que le dan sustento al dí­a. Platicar, elaborar, salir, tener hora y lugar, cambiar de sitio, aprender, errar, eso.

Que fácil es decir que uno puede cambiar de perspectiva mental, salir adelante y hacer todo lo contrario que pueda dañar el intento de salir adelante y sacarle al dí­a todo lo que se les debe de sacar. Dejar el pasado y que este no interfiera con el presente cuesta mucho labor y esfuerzo, y a eso me dedico estos dí­as de mi vida, sentirme bien, para el bien de todos los mios. La locura no puede dictar mi todo yo y esa victoria no me la quita nadie, ni siquiera el sentirme mal por lo que debí­ haber hecho, lo que no se hizo no se hizo y ya.

inf

The thing about seeing reflections is that they appear as ghosts. From the corner of the eye. Then the imagination reins free, to the detriment of the mind.

Said reflections are more than visual. They drag the past as it scurry’s to make sense of the seen stuff whilst the mind hurries to make into words what just happened.

This confluence of images and words are a juxtaposition that want to direct into a darkness that never accomplishes its full eternity.

It eats up the soul in unnecessary unwant

Is this not hell and if it aint

does hell mean doublemore than this?

I often dream of the eternal fire.

I fear the demon I confess. More than Jesus itself.

Curious is the new religion

 

AE2034

Me parece una incredulidad que entre más pienso que ya no pienso en ti  solo acabo pensado más en ti.

Creo que nunca sabrás como es que haz vuelto loco a un pobre mexicano sin esperanza de poder tenerte en sus/tus brazos.

Te quiero y nunca podré decí­rtelo en tu cara. ¿Cuántas cartas así­ no se habrán escrito ya en la humanidad?

 

Costumbres protestantes

El dí­a que descubrí­ la diferencia entre los católicos y los protestantes fue cuando leí­ a Max Weber hace ya años, en California.  El libro lleva por tí­tulo, en alemán, Die protestantische Ethik und der Geist des Kapitalismus. Weber es un sociólogo que escribió muchos libros pero solo uno me abrió los ojos para poder entender a mis copaisanos estadounidenses de extracción anglosajona. Fueron unas cuantas lí­neas. En esas lí­neas aprendí­ sobre un comportamiento que transpira por todo el mundo protestante.  Esta costumbre es la de sacarle utilidad a una cosa y darle valor a esta última tanto y cuando la utilidad del valor genere producción para un propósito superior. Ya cumplida la utilidad y su utilidad acabada, el valor de está última cesa de tener valor productivo y se hace a un lado siempre y cuando el valor disminuido de la utilidad impide que lo productivo genere producción. Ya explotada la utilidad, se deshecha y se hace a un lado ya sea con delicadez, siendo la cuestión en mano, una persona de carne viva o con menos delicadez siendo esta no humana.

Para mí­, comprender esto me abrió los ojos mucho. Y hasta hoy en dí­a me sorprende  ver cómo es que estas maneras de ser, costumbres de un pueblo pues, giran en el devenir del dí­a y las reuniones de las plebadas. Un caso muy extremo que me tocó ver en la televisión sueca es la de un doctor de tercera edad avanzada, llorando, quejándose, de que ya nadie se acordaba de él.  Su lamento era basado en que antes era útil, que hoy ya no lo era, y por ende, su aislamiento social, ya nadie sabí­a nada de lo que algún dí­a hizo él. Era pues esa carencia, de ser necesitado para algo o ser apreciado por lo que alguna vez fue, de querer sacarle un valor a algo ya inexistente lo que se manipulaba y la televisión sueca aprovechó lo último con una canción de fondo apropiado a la emoción. La sociedad sueca ya no le importó más al doctor.

Comento esto porque llevo años trabajando para una escuela en medio de lo que me gusta llamar como in partibus infidelium y me ha tocado ver cuantiosas despedidas de empleados que se retiran de la vida laboral por cuestiones de jubilación. Lo comento porque no deja de sorprenderme cómo es que toda una vida laboral se ve reducida a decir unas cuantas palabras de despididas, expresiones de gratitud porque es impensable derrochar emociones de ingratitud en esos eventos (es improductivo) y un ramillete de flores cuyo simbolismo es en realidad un sí­mbolo de clases sociales dentro del mundo escolar puesto que los profesores reciben un ramillete mientras que los de más rango autoritario suelen recibir bouquets más representativos a su rango.

En fin, eso.

Dí­as de ocio

Me entusiasma la idea de que estaré en Sevilla en Julio. Creo que la pasaré muy  bien, me veo caminando las calles de esa gran urbe tranquilamente no ya ebrio sino sobrio y con brí­os de los buenos para disfrutar a bien lo que la ciudad brinda.

Supuestamente me tatuaré en la ciudad que toma como principio esa empresa llamada mestizaje. De ahí­ salieron los primeros europeos que después arribaron las costas mis tierras. Todo eso ya de antaño pero cuya historia alimentó gran parte de mi imaginario cultural durante gran parte de mi vida hasta estos dí­as pues uno de los principales motivos mientras llevo planeando mi estancia de 14 noches en Sevilla ha sido ver los lugares desde donde partieron mis antecesores mí­ticos que el estado mexicano me impartió como educación primaria y que la lengua castellana que uso para escribir relata con sus alegorí­as culturales de esto u aquello u lo otro de este tipo de personaje o de las explicaciones de los origines de uno. Salgo para Sevilla no para divertirme sino para ver y vivir el pasado. Un pasado, del cual por cierto, no sé si siquiera es mio. Sí­, nací­ en México, Baja California, Tijuana; sé castellano y he aprendido mucho de él, llevo imprimido en mi código lingíüí­stico las historias que alimentan la cultura de la lengua en mi pero no sé ni sabré si soy quienes dicen que soy, pero por lo tanto, es un poco divertido ver el argíüende de la lengua. Iré a ver la tumba de Colón, y si hay chance, escupiré la tumba como escupí­ el edificio de la DRAE o por lo menos dentro de su atrio. Por otro lado, estaré también en Itálica, lugar de Adriano que ya he explicado con anterioridad por ahí­ en otro post.

Acá en Suecia, y ni siquiera en México, les entra Sevilla como una ciudad de importancia, pero lo deberí­a de ser para todo buen mestizo. Claro que esa Sevilla ni rastros quedan de ella a juzgar por las noticias que uno lee de la crisis española pero por lo menos recorrer el pasado me hará sentir el presente que el futuro eso solo los sevillanos lo sabrán. Sevilla es muy grande y la realidad me la imagino un tanto distinta a Madrid, ciudad que siento que no me perderí­a si así­ fuese hoy mismo ahí­. Sevilla es nueva.

Como he dicho, la pasaré muy tranquilo de seguro. Me veo más calmado y sin prisas de ver todo como muchas veces otras en que mi neurotismo me lleva las de ganar.

Dije que me tatuaré. Lo tengo pensado así­ que buscaré un lugar apropiado para llevar acabo esa pequeña empresa de mejorar mi tatuaje que llevo en la espalda.

 

Daughters

I have two daughters. One (19) won’t talk to me and the other (16) only calls when there is a need for money. I think that there is a point for a man when it is blatantly obvious that daughters and fathers are a contentious issue.

The ladies I speak to always encourage me to wait. I let days and weeks which turn into months and now years, go by. Still the equation remains the same. I see no improvement in the situation and I am ready to throw the towel in. If I already haven’t done so.

As I sit here now I realize the situation isn’t going to get better. Nor it will. I realize the situation does not merit any hope for any change at all.

As a man I can only see to it that certain safeguards are met. Said safeguards include me staying behind until the kids turn 18 and then move on elsewhere. I harbour no hope of being part of their lives nor of being a traditional family member because I don’t belong in those worlds as my destiny has clearly made it obvious for me and my fate.

I suppose that I rue many things and that I am bitter for not being able to partake in family related activities since everything surrounding me oozes values that live up to said culture. Life has a sense of sarcasm if anything. But fortunately enough it doesn’t eat me up. As far as I am concerned the lot of my kids is loads better because at least they got to see, live and experience their father for which a judgement has been laid and the judgement is lived up to and hence, they can see who I was and what I was or am etc. Whereas my own luck did not afford me that, so my kids are luckier than I am.

Holding onto hope in this sort of matters is of no help. Sooner or later the bonds of families break and the whole process begins all over again. Life just makes it agonizing in many ways. We hold on to some precious memories and wish wholeheartedly for everything to get back the way it was, for some.

We regret we were different and I am no different in that respect, I do regret many of my actions but in this world there is no turning the hands of times.