Sé que se me considera ateo. Como no participo en el exégesis del virus judeo-cristiano que bien domina la mente del occidental pues ahí que para ellos sea un ateo. Eso les hace la vida más fácil. No es que no crea en la deidad que ellos tanto adoran. Adoré esa misma deidad por muchos años y desenredarme de la maraña del sistema cristiano no fue una decisión de la noche a la mañana. De hecho hay días que me veo hablando con él. Y confieso que mucho del sistema ético que rodea nuestra sociedad, sea en Suecia o Tijuana, está prácticamente bajo la influencia de dicho sistema. El compás moral de mi vida es sin duda aún impulsado por el magnetismo bíblico. He perdido varias amistades valiosas que antes de saber que no creo en ese sistema eran candidatos aptos para un buen sinfin de suculentas conversaciones. Ahora que saben que no participo en el exégesis de su religión toman distancia de mi.
Y es que para mí el eje central de la vida es el humano. Hay varios que se molestan ante esto. Como si Copernicus de repente les dijese, la tierra no es el centro del universo, pero a menos escala por supuesto.
He sido Católico, qué va, sigo siéndolo por eso de la costumbre de persignar a mis hijas antes de irse a la escuela. No sé ni por qué lo hago, quizá sea por la misma razón que les digo a mis estudiantes de que no creo en la biblia o las sectas que normalmente se ocupan de seguir al pie de la letra lo que ahí se dice pero que ellos no deberían de decir ligeramente que no son cristianos, ya que a mí me tomó muchos años decir que no soy cristiano. En el fondo, siempre he creído que todo joven debería de gozar de un buen fundamento religioso. Así mismo he participado en mmiles de ceremonias católicas y me sorprendió mucho que la biblia católica tuviese más libros que la protestante. Fortsätt läsa ”Losing my religion”