de la vista gorda

Acá en Suecia hace viento, más en los altiplanicies que bien hago llamar mi hogar. El cielo está despejado, el sol brilla como no lo ha hecho desde hace un buen par de meses y las hojas marchitadas del otoño 07 son presas fáciles de las ráfagas del viento nórdico. Nos cuentan por la radio que es una tormenta, que no salgamos de casa y que procuremos tener nuestros hogares listos para la ventisca que se avecina. Yo me entretengo viendo las nubes pasar a mil por hora y derivo placer de ver el césped limpio, cortito, las calles lucen limpias y el sol resplandece. Ni quién se acuerde este dí­a de aquella mala noticia que rezaba que en diciembre sólo hubo unos cuantos minutos de sol durante todo diciembre, era para entristecerse esa nueva.

Y contemplando todo esto me acuerdo de ti, Tijuana.

Hoy viniste a dar a mi mesa de desayuno. Uno se sorprende de las noticias que salen de Tijuana, pero hasta la fecha nunca habí­an llegado a formar parte de mi periódico local, ese que me aleja de ti Tijuana y me recuerda en dónde estoy, directo a mi cocina. En el apartado de noticias internacionales ahí­ saliste, Tijuana. La noticia hace recuento de lo que pasó el jueves negro de la semana 3 del 2008. El sólo hecho hasta opaco la noticia de que un senador de la república mexicana que representa a Baja California fue asaltado. Sobre esa noticia resaltó que la ciudadaní­a de la red tijuanense ni siquiera expresó sentimiento por el polí­tico, ladrón que roba a ladrón … rezaban las consignas más benévolas hacia el senador mexicano.

En Tijuana todos somos cómplices del crimen. Es lo más común: uno se hace de la vista gorda por costumbre local. Es nada más de observar la cultura de los blofstars de Tijuana. Todos conocen a uno que otro que se chinga sus pasesitos o unos churros como diversión alterna, jode hasta yo conozco quién vende y no vende, es lo más fácil del mundo de hacer, como ir a la tienda y comprar un litro de leche. Por algún lado han de conseguir las drogas toda la bola de ofendidos, indignados por las balas, el crimen, el show del miedo que cunde por las calles de mi tierra natal. Los tijuanenses mismos alimentan el circulo vicioso del crimen organizado. De hecho la cultura de la ilegalidad en Tijuana es parte de la cultura de Tijuana, hasta el vecino más santo ha hecho tranzas cuando a este u ésta le ha rendido arriesgarse el pellejo una pizca y hacerse de una buena prenda, joyita, o negocio que dé una buena inversión. En Tijuana, todas estos trueques no están regularizados ni existen canales legislativos para poner orden al constante tráfico de bienes entre una persona u otra. No existen ni siquiera la voluntad polí­tica para ello. Y no por falta de modelos de dónde escoger, a qué van a San Diego todos los de Tijuana sino a sentirse un poco de lo que es estar abrigado dentro del marco de la ley, dónde se regulariza hasta lo que se vende en los famosos garage sales o yard sales.

Esta cultura ilegal está muy bien asentada en Tijuana, siempre hay tranzas que hacer, llevar a cabo y todo siempre al margen de la ley. Es por eso que uno se sorprende de los polí­ticos advenedizos de otros lados de la república mexicana que quieren resolver una problemática de costumbre en un año. Lo que hay que hacer es educar a la gente, legislar para que actividades al margen de la ley desaparezcan como cultura de la población, que se regule toda actividad ilí­cita. Que todos sean iguales ante la ley. Pero no, el miedo a que nos agringuemos nos impide emular el modelo del vecino, no vaya a ser que se insulten allá en el centro de la república mexicana.

Lo peor de la cultura es que es internacional, o sea, la cultura abarca dos paí­ses que se alimentan sus necesidades, de hecho, el trafico de todo lo que se pueda vender viene tanto del sur como del norte. Del sur de los EEUU y del norte mexicano. No es novedad, pero lo que sí­ es novedad es que a nadie le importa poner orden a este tipo de cultura porque esa cultura la componemos todos los tijuanenses. Lo que no podemos hacer en San Diego lo hacemos en Tijuana y viceversa, en ello se ha derramado mucha tinta ya que hasta flojera me da mencionarlo porque alguien ya lo dijo y hasta mucho más mejor que yo. Todos somos victimas, todos somos culpables, todos somos testigos.

No es que no comprenda el dolor de mis conciudadanos y ni comprenda la dimensión del problema que llegó a mi mesa de desayuno esta mañana o haga burla de los blogs tijuanenses que escriben atónitos de lo que ellos viven en las calles nuevas de Tijuana, no, lo que digo es que a lo mejor ya es hora de mirarnos a nosotros mismos y ver como podemos nosotros, como individuos, aminorar el impacto que nos causa ver el desorden social que invade y viola nuestro entorno.

posibilitet

En Octubre del año pasado obtuve por fin los últimos créditos, o calificaciones, para obtener mi diploma como profesor, o por fin terminé mi carrera magisterial para poder enseñar lo que acá se considera bachillerato y en mi ciudad natal de Tijuana como preparatoria.

O sea que soy maestro de idiomas, en este caso, inglés y español.

Las posibilidades son muchas.

Ahora podré, como el buen pavo real que ahora soy, presumir del tí­tulo.

No que eso realmente importe y más a una persona como la que escribe esto, los tí­tulos, como el buen anarquista que soy, nunca han decidido mucho para decidir lo que soy, mucha inseguridad, sin embargo, ha cundido por este cuerpo humano para lograr lo obtenido.

Una es que soy maestro en un paí­s extranjero que tengo a bien llamar mi hogar, Suecia. Lo logré bajo las pautas que ellos imponen y que hicieron a la misma vez que facilitaran mis logros. Amén de que en menor parte lo hice con el mal sueco que sé y que no sé cómo lo logré, quizá fue, como el profesor de mi primaria le dijo a mi madre, pasó a quinto, pero de panzaso y la imagen que se me grabó en la cabeza aquel dí­a fue una de él rascándose la cabeza al decir, de panzaso ….

He pedido información a las autoridades Baja Californianas para ver cómo serí­a posible poder enseñar allá en mi tierra natal. Sé de antemano que eso significarí­a un salario menor al que obtengo acá en lo que se podrí­a llamar la neopatria. A la misma vez me da tentación de enseñar allá donde los boreales nacen, el norte extremo de Suecia así­ como por igual me da por aprovechar las oportunidades de enseñar español en España por eso de que uno es ciudadano europeo. O quizá por otros lares, de voluntario what not.

Lo peor es que una vez obtenida la meta ahora me encuentro restless. No sé qué hacer, tengo dos años ejerciendo mi profesión y cada dí­a que pasa mejoro. Y es que soy de los de esos, como el buen mayordomo de The Remains of the Day de Kazuo Ishiguro, Stevens, el quién se esmera en perfeccionar la profesión que él ejerce. Así­ que por estos dí­as estudio un cursillo para electricistas y curso un curso de inglés a distancia para dedicarme a obtener más conocimientos en inglés. Quizá por allá en Abril me dedique a estudiar para obtener mi licencia de manejar.

consumidor de medios

He estado escuchando ciertos audios pero de los cuales no he escrito nada al respecto por varias razones, no le veo mucho mérito en ello y no que los audios sean malitos ni nada de eso sino que no me da por reflexionar sobre ello bajo las auspicias de la palabra escrita. He escuchado Bartleby de Melville, la mayor parte de Poetics de Aristotle y el último que me fascino bastante y procuraré escuchar más, William S. Burroughs class on the technology and ethic of wishing. Todos estos audios pueden ser obtenidos mediante los servicios de LibriVox los quienes graciosamente proveen a limosneros con garrotes like yours truly, como tú comprenderás a excepción el del William Burroughs y cual puede ser obtenido en Learn Out Loud. Habrá que, sin embargo, recomendar mucho el del William Burroughs. Nunca habí­a escuchado al viejo heroí­nomano hablar. Habí­a visto un pelí­cula basada en uno de sus libros, Naked Lunch y el escritor sólo lo he escuchado mediante las voces que componen leyendas, como aquella de que pasó tiempo en Lecumberri y que mató a su esposa y así­, un sinfí­n de imágenes me han acompañado durante el proceso que se le podrí­a llamar como pop culture en nuestra sociedad en lo que concierne a William Burroughs.

Ayer vi la pelí­cula The Punisher en Joox.net, no la más moderna sino la más viejita, de 1989 con Dolph Lundgren. Ni sabí­a que habí­an hecho una anteriormente a la nueva, así­ que fue una agradable sorpresa para mí­ dar con ella. Lo malo de ambas pelí­culas es que quedan relegadas a la categorí­a de B movies no importa quién sea el actor que represente a Frank Castle y por mucho que la del 2004 haya querido subirse a la ola de popularidad que de repente Stan Lee ha tenido de recién para acá, ambas tienen ese cheesy feeling que nada más no convence. Me imagino que ha de ser por eso de lo cuadrado que los actores están pues están, como dicen en mi tierra, bien ponchados, o sea, que su fí­sico es una exageración que desafí­a hasta la misma ficción. Hay ciertas pelí­culas así­, ahí­ tengan a Barb Wire la quién es una super mujer que tiene todo y se las sabe de todas a todas. Either way, me gustó más la viejita ya que está última no peca de tanto cheeseness como la del 2004.

Otra de esas movies que me acabó de quemar es Death Sentence que es basicamente una especie menor del mismo genero que The Punisher. Está dos-tres, una de esas movies que hay que ver cuando no hay nada mejor por la red, es una buena tragedia pero cheesy hasta el cansancio.

Spitting image

I pride myself in being able to detect other people’s place of origin. My rate of accuracy these days rounds to about 70% and in worst cases a least I get the continent where they from right. It used to be loads better when I lived in good’ol Aztlán. On occasions I can even detect another Hispanic within meters from me or at times a mile or so. I can sense they speak Spanish. So my ethnic radar is fully functional for the most part even though I seldom use it up here in the Swedish Highlands. My radar, which used to trigger itself on at the minor indication that an id was needed only suffered a minor glitch at the beginning of my residency here in Sweden. I could not distinguish a Pole from a Finnish. Heck, they were all white, blond and blue eyed to use a general saying. This, however, changed over time. I can, at the very least, distinguish who is a Swede and who ain’t it though it is tricky at times. One would even think that Swedes are a very homogeneous people but one would be surprised to find out the rate of interracial marriage over here. The only difference is that this interraciallity is for the most part white on white.

Either way, I was aghast the other day that somebody confused me for being an Arab. I would not otherwise be bothered by this comparison but being here in Sweden it did shake my foundations and hit right about my San Andreas fault. It hurt my American pride the least to say. Ignorance is an enemy not to be underestimated because it can strike where one least expects it. So what does one do in said circumstances? I am afraid the reader might know the answer already. Yes, one bites the bitter pill and swallows whole heartedly the poison present before one.

Jano

Con estas cuestiones del año nuevo nunca faltan las promesas de lo que uno se propondrá a hacer o de lo que uno no se propondrá a hacer. Creo que es la primera vez en mi vida que resuelvo no caer en esas nimiedades de lo que se podrí­a considerar como rutina en la vida de nuestros tiempos o de nuestra humanidad. Claro está que me refiero a los siglos que nos aquejan en este presente, el siglo xix, xx y el siglo xxi y todas sus influencias anglosajonas. ¿Quién se preguntarí­a a estas alturas sentir el palpitar de los siglos anteriores como uno los siente hoy en dí­a en carne propia? es tan fácil escribir los siglos hoy en dí­a que hasta parecerí­a que uno estuviere hablando de ellos como uno habla de ayer, martes, miércoles. Quizá yo, tú, los demás que somos mexicanos y que no podemos olvidarnos de los nuestros, pues es menester puntualizar que en México nadie muere.

Caray, no está de más puntualizar que, por lo que concierne al ente hispano, formular promesas sobre lo que uno hará o no hará durante el proceder del año es tan ajeno al alma hispana como hacerle creer al tibetano que no existe la reencarnación. Comprendo que es difí­cil aceptar la última tesis. Carece de un sustento más válido para nuestra premisa. Caer en estos argumentos delante de nosotros merece un poco de paciencia pues conjurar tales aseveraciones requiere de una comprensión total del alma hispana, por suerte, sé de lo que estoy hablando. ¿Cuál tiempo rige al hispano? Cronos no es una deidad hispana. Cursar las edades sí­, es como hablar de siglos como si fuere ayer, eso es ser hispano. Contrario al argumento de que hay que hacer una promesa para lograr un resultado, nada más foráneo podrí­ase inventar para uno, pues nosotros no tenemos tendencias de mirar mucho al futuro y hacer promesas para lograr un cambio es mirar hacia el futuro, en pocos palabras, por falta de costumbre las promesas de fin de año para el año entrante están destinadas al fracaso total. Costumbre es lo que nos hace falta y costumbre no tenemos de proponernos propósitos y llevaros acabo hasta ver el resultado. Curioso es pues ver como aquellos hispanos que están totalmente corruptos dentro de su hispanidad intenten llevar acabo un proceso ajeno que no es el de uno. Cabida hay aquí­ para criticar a las personas que se jactan de ser hispanos puesto que la mayorí­a de los hispanos tienden a ser hedonistas por naturaleza y es curioso como es que algunos hispanos dentro de la constelación hispana deciden, por ejemplo, no beber, no fumar, bajar de peso et cera.

¿Cuál serí­a pues lo nuestro? Cada pueblo, cada religión tiene sus ritos para alejar la mala suerte y atraer la fortuna. Con lo nuestro esto quiere decir que deseamos que el año entrante sea uno más mejor, es por eso que se desea un próspero año al por igual la razón el comerse 12 uvas antes de que inicie el año, cada uva representa cada mes por venir:

Sin duda, comerse 12 uvas al son de las campanadas es la tradición más popular durante la Nochevieja. No hay campanario donde no se congreguen personas con ganas de fiesta y con 12 uvas, se dice de la suerte, en la mano. Al ritmo de la campanadas, se deben formular 12 propósitos o deseos, al mismo tiempo que se comen las uvas. Las uvas en España son una tradición muy reciente (los años 20 del siglo pasado) y debida a que los viticultores catalanes tuvieron un año de producción excesiva, pero se ha extendido por el mundo hispano y se supone que cada uva tragada traerá un mes bueno.

Claro que las uvas no son los únicos amuletos a los que nos encomendamos para tener salud, dinero y amor durante el año que empieza. Algunos depositan un anillo de oro en la copa con la que brindarán por la llegada del Año Nuevo.

Queda claro pues que las resoluciones a las que muchos hispanos se atan no son más que nuevas costumbres cuya infiltración dentro del cosmos hispanos no es más que una costumbre extranjera como alguna vez lo fue el comerse las doce uvas antes de la medianoche.

Imported Cerveza

This morning I am drawn to a particular memory that I cherish very much. It is its poignancy that made it last in my neurons. The event in question took place last year, 2007, during the month of July. I was off in Tijuana on a vacation that I had long awaited to take. During that period of my life I was very much on the lookout for beers, a particular interest of mine which I enjoy very much and whenever there is a chance to try out something new I eagerly seek it out. During a little stint in San Diego I went with my aunt and uncle of Chula Vista to an old part of San Diego called Old Town. This particular haunt eeks out a living by caving in to tourists who wish to remember the Old San Diego when it used to be Mexican although most of the trinkets sold there have as much to do with Old México as waterpipes have to do with Eskimos. Now, one would think that its o.k to draw attention to the fact that México lost territories to the US during the 1848 war which it is off course true but the fact that one cannot bring about the fact to gringos that Old Town was once Mexican is not so palpable. It just makes it all too real for gringos for the mere fact that those usually asking tend to be Mexican themselves.

This little nitch of business housed on historical property is even more bizarre to the eye because the warping of authenticity bellies a glowing shine of falsehood all over its facade. Need I also mention that for a historical site this joint is also a distortion of several pieces of history but by the time one comes to that conclusion one is engulfed by the silly old bliss that permeates the atmosphere and just permits us to let go and let be. Eitherway, the kin and I decided to check out a restaurant that sold Mexican food. Now, you must take into account that San Diego is very close to México, so close that if had we but decided to go back to México and eat Mexican food in México it would have taken us less than 10 minutes to do so. So México is like a spit away so to say. This also ties in with my little description of Old Town because being so close to México San Diego’s Old Town is a poor copy of its old self bearing in mind that one could be better at refurnishing Old Town with its former glory had one but only wished so. So there we are, in that restaurant and me being eager to try out something new by way of beers I decided to ask for the imported variety. I swear to god that when I heard the list of imported beers my insides just went into shock mode. I do not know if this state of being betrayed my exterior but I remember I remained silent, in shock at hearing the list, but silent.

The list of imported beers all bore names of the town next door, that is Tijuana, México. Now technically it is imported beer but for the love of christ how much can one deceive itself. And it is this sort of daily deceit gringos play on one another or at the very least make the local native swallow to separate them from the rest of the frey called México.

in with the new:2008

Boy, I face my life with little obstacles at all. Either that or am in terrible denial. I am a teacher and I have a job. For the most part, here in Sweden this would just as well be enough but there is the business of that little American worm squirming in my intestines. I want more. Not only have I signed up for more English courses at a university here in Sweden, I also asked to learn how to be an electrician. Not content with that I think that I am about to learn how to drive. In my whopping forties. All that learning. If only this learning would be reflexive so that I could draw some lesson about learning but I guess that is to stand out in the cold. Perhaps I should take like a sabbatical and let things rest, enjoy being a teacher and draw lessons out of my career. Maybe I should enjoy kicking it back.

I guess I am no Mexican in that fashion. I am always doing something. Not that Mexicans arent doing something all the time but like the Swedes they too tend to settle down on one thing and call it a day. What is it that I want? That is the real question.

One of my co-workers, who happens to be an immigrant, has said that I want to be better than the Swedes. I confess that when I first heard this I was somewhat taken aback. I have never entertained the idea of becoming better for the sake of becoming better than another person or ethnic group in this case.

Goodbye to all that: 2008

It be only befitting I should finish the year by writing my last post in the vernacular. Am in a Xicano mood. So I spiffed up the good old haunt Yonder Lies It. Mind you, it is the only blog that has consistently kept its name since its inception. Lest you’ve forgotten I maintain several other blogs. Well, the short lived xicano blogsphere vanished or I just ain’t aware of its whereabouts. I don’t wanna go down that path. I believe I already kissed the old porslin queen as much as Richard Rodriguez puked red and green in an Argument with my Mexican father. There is very little to add up for the year 2007 in English or xicanismo at that.

Though I still find myself at odds with a language that for so long tortured me by means of questioning my English fluency and nativeness to only come to Sweden and realize how deeply ingrained English is in me only to default to Spanish as my primary source of communication all unconsciously off course. Suddenly, Spanish became the language to be had and English ceased to be a source of joy. Before blogger I ate, thought and wrote in English. There was no room for Spanish.

I have no ready answer for this. I have put forth the question several times before and the answer eludes me. English, after so many years of struggling to make it mine and suddenly realizing it is mine become a lost cause only to be taken for granted and never straddle more the fear of abandonment. It is a small victory of sorts for me. Yet I now long and miss the old chap so much that I can not quench my thirst to hear good old English again.

The idea that am an English native speaker tends to work in many weird ways in Sweden. They see a brown, black haired person that speaks fluent English and they stand baffled before me. They don’t expect a person like me. A so called non-American being so American. Many fail to understand the multicultural aspects of our society even though many strive and look towards the US as a model for this very multi-kulti, as is it called in Sweden, society.

The fact that I lack American citizenship, political at that, does create confusion in the best of them. Specially to the ones that fear Americans. They can then be free to speak their mind without having to offend the very entity they fear most: the gringo American. I stand before them defending a culture that denies me yet a culture I form part of. Am baffled at it in as much or moreso then they do themselves.

*

I suppose that the best of 2007 was that I leave it as a teacher. Here in Sweden people tend to wear their titles as a pride badge of sorts. They actually play the part. It is not in my nature to do so because the Swede tends to become a sorts of authority on the matter which it is not to be questioned at all. I am of a different nature. I cannot be that authority yet. It must be my americanness that delimits my ego or vanity from acquiring said attitude. It is deeply engrained in me that I can always do more and better before I can even contemplate the idea that I am a teacher. An apprentice of the craft am I for sure.

I have learned a lot yet I feel I have loads more to learn. I am not done learning yet despite the fact that it is advised I stop from learning at my age. I am supposed to let go. Can I let go?

*

There is, however, a small bit of comfort that I am a teacher because I am an authority on something, in this case, the English and Spanish language. Moreso because I am a native speaker of said languages.

*

Don Porfirio Dí­az – audio

Recuerdo mucho cómo mi abuela recontaba la historia de Don Porfirio quién por alguna razón transmitió el nombre como pérfido. No creo que exista un hombre como él. Dentro de mi pequeña infancia él fue el villano singular por muchos años, esa fundación de mi mexicanismo me hizo odiar al viejo dictador aún después de tantos años de su muerte, pues tan viejo no estoy. Quién sabe qué tipo de indoctrinación recibirí­a mi abuela, pero válgame la santí­sima, sí­ que bien hizo a hacerme de mi un enemigo del gíüero a huevo.

Hoy en dí­a hasta parece que la historia se repite pero eso es harina de otro costal. Recuerdo cómo hasta leyendas entorno al malvado sujeto me contaba desde el arcón de sus recuerdos. Me decí­a que hasta mandó construir una ciudad debajo del agua. Que tení­a harto dinero. Que salió del paí­s huyendo diciendo que pronto volverí­a y la indignación se transmití­a hací­a mi con odio singular. Aquella infancia resguardada por los rebozos de mi abuela me dejó un mexicanismo que amaba lo indí­gena, el pueblo y despreciaba el gobierno.

Es por eso que me dio mucha risa interna y curiosidad aparte escuchar la voz de Don Porfirio Dí­az. El mal héroe ahora tiene voz.

Audios 2007

Bueno, en esta nueva-vieja forma de hacer lectura mediante la narrativa oral por medio de auriculares, u otros medios que requieran de la oreja bien presta, creo que tiene muchas ventajas, como la de evitar sentir hueva al hojear un libro o ver un tomo y sentir pereza por la cantidad de páginas que contenga. No faltará el cí­nico conservador que me eche en cara que qué poca madre tengo al elucidar tales pensamientos pero diré en mi defensa que el que nunca haya sentido hueva al ver ciertos libracos que hay que leer y no haya bostezado de acidia ante la empresa, que tiré el primer ejemplar de su lectura a la basura, porque sé de antemano que es naturaleza humana el hecho anterior.

Pues en este menester me he visto durante el año corriente, el de escuchar audios y no sentir hueva al ver libros, en pos de extinguir su ultima luces y válgame que acá en Suecia eso es decir que quedan muy pocas luces de las cuales uno pueda contar. En la categoria de audiobooks tengo la lista completa. Y estoy en pos de agregar uno más. Acabo de terminar de escuchar un audio proporcionado por las buenas gentes de Librivox. Se trata nada más y nada menos que de Pedro Antonio de Alarcón. Al principio rehusé querer enterarme de qué fulano se trataba pues como no hay que juzgar al libro por su portaba me aventuré a bajarlo de la red y darle chance al titulo presentado como audio en español. Vaya linda sorpresa. Con eso de que ando con ganas de escuchar un buen castellano debido a la lectura de este otro libro este pequeño libro-audio me cayó de super perlas.

Me ha gustado mucho. El libro es leí­do por Karen Savic la cual sospecho de mexicana por ciertas entonaditas que por ahí­ dejan pesquisas de que así­ sea el barrunto que jodió por todo el camino que recorrí­ mientras escuchaba los relatos que en esencia giran entorno a la mejor mitad del siglo XIX con un dejo singular de la invasión francesa a España. Y qué buena fortuna haber dado con este pequeño tomo pues habrán de saber que España este apunto de celebrar ”el Bicentenario del Dos de Mayo, que dio lugar a la Guerra de la Independencia de España contra Francia e indirectamente a las de la América hispana”. Así­ que los relatos de El Afrancesado, La corneta de llaves, Viva el Papa!, El Extranjero y El libro de Talonario dejan un saborcito rico en la boca.

De primero no sabí­a que formular ante el flujo de imágenes que recorrí­an mi mente ante la voz de Karen que me hací­a volar la imaginación por los campos de Granada allá en España del siglo XIX y me remití­ a sólo escuchar el español que brinda de una buena dosis de linduras castellanas poco inusuales hoy en dí­a. En retrospectiva me doy cuenta que le ganó al buen Unamuno y a la generación del 27 en eso de narrar la intrahistoria. Fiel ejemplo de ello es El Libro Talonario.

Por último, lo que verdaderamente me impactó fue El Año en Spitzberg y como menor nota El Extranjero ya que ahí­ se hace mención directa a Suecia. No podí­a comprender cómo es que el relator pudiese comprender lo gélido que le pueda aquejar a una alma hispana en estos lares nordipolares, en pocas palabras, me dejó el ojo cuadrado pues.

Al terminar de escuchar el audio me propuse a leer un poco sobre Pedro Antonio de Alarcón y cuál viene siendo mi sorpresa saber que fue embajador de España en Suecia y Noruega, la vida da sorpresas y aquí­ lector, te presento una de ellas, claro, mí­nima, pero sorpresa sea lo de cada quien.

Para poder gozar de esta lindura de pronto ya más de dos siglos atrás hacer click aquí­ o dirigirse a la página ésta que bien les valdrá la pena invertir un poco de sus vidas hispanas en ello.