Economic meltdown

Creo que el mundo se está acabando u algo. Así­ lo anuncian miles de noticias por doquier, inclusive en Suecia. Nunca antes habí­a sentido las declinaciones económicas del mundo de la manera como la siento hoy: me importa un comino qué es lo que sucede en el mundo bursátil o la economí­a de los EEUU. Simplemente no está a flor de piel. Y es curioso, uno como norteamericano del westcoast trae consigo esas cuestiones monetarias como uno trae las antenas puestas ante un eventual terremoto. Y qué hay que esperar cuando uno crece con ese trillado decir que si a los EEUU le da por estornudar a México le da un catarro. Carstens, quizá el único panistas con cierta pizca de legitimidad en el espuriato de Felipe Calderón, minimiza las corrientes monetarias mediante la adición de un diminutivo a la frase idiomática. Es un catarrito nada más, dice. Ya no siento el pulso de esas tribulaciones. Aprendí­ de muy niño ver la sombra de las aves del mal agíüero. Mucho más siendo uno vendedor de Artesaní­as por la Revolución. Uno respiraba las malas temporadas económicas, como los vientos de Santa Ana, es parte del inmobiliario.

Nunca he sido hombre que le interesen los cursos de las bolsas de valores ni mucho menos acaparar dinero a lo pendejo. Ni me pregunten porqué, así­ soy. Pero por favor, no vayan a creer que el dinero no me importa, jode, si alguien tiene un millón de dólares por que regalar aquí­ hay un buen receptor de esos bienes indeseados. Y como no me importan esas cuestiones pues uno simplemente no se deja llevar por esas narrativas apocalí­pticas de que el fin del mundo está cerca. Creo que hasta un bien nos hacen estás situaciones mundiales, como cuando hay sobrepoblación de ciertos animales, se eliminan los unos a los otros para así­ controlar la población. A excepción de que uno no anda obsesionado con la lana, que si se va acabar que si habrá para aquello u lo otro. Habrá que aprender a vivir de nuevo. Saber ingeniárselas para sobrevivir. Quizá guarde este tipo de mentalidad porque crecí­ en los 80’s, esa década llena de malas ondas económicas y desgastes imperiales entre la USSR y los EEUU. Adopta uno una posición passé ante ese tipo de cosas que están realmente lejos del eje de vil mortales como este servidor vuestro. Que se acabe el dinero, habrá que regresar a la era del trueque, por lo menos ahí­ ya llevamos un poco de ventaja los mexican. Nadie tendrí­a que venir a darnos clases de cómo llevar las riendas de una economí­a informal. Jode, en México esa es la economí­a oficial del paí­s a excepción del gobierno y la clase élite que creen que viven en otro paí­s que no es México. En fin, nada me darí­a más gusto que ver en bancarrota a Carlos Slim, ojete de poca madre que no quiere hacer ni pinche pizco de gracia para el pueblo que le vio nacer su prieta nalga mediterránea. Pero así­ son algunos ricos, que va, así­ a de ser toda la bola de ojetes de ricachones en México. Puro bestia que solo sabe utilizar el dinero para joder al pueblo aún más. Que se acabe la circulación del dinero, para que vean como viles mortales se las saben rifar sin lana en los bolsillos, bienvenida la recesión económica pues.

I see keth

Thou
doth confess
one’s lips
crack:

tis
heat
this
winter

whose need doth dictate the compass towards
said
palms
that beat
dried nordic read -s-

oceans seeking liberty

upon
eyesight
falling
on a
crackled old map

where
old Milky Way bears

obsidian
in
a heartbeat.

I
See
keth
quench
know
not
what.

tis this state I now best.

Abe Opincar

Rara vez recibo llamadas del continente Americano. Y esta no fue la excepción. Y es que si a lo mucho, por no presumir, de Baja California y California, si a lo mucho, recibo, y no miento, si algunas 6 llamadas al año y por lo menos uno de ellas es número equivocado.

Así­ que entrar en una especie de diálogo con Abe Opincar este invierno que no fue y primavera en ciernes antes del brote celestial que marca las estaciones del año que dictan un pabellón psiquiátrico, pues es ya ganancia dirí­a mi agíüe.

Hoy lo vi.

Serí­a el destino what not pero dar con él, sin antes verlo, en el pueblo, fue como dar con mi casa punto pedo. Y no utilizo la vieja frase de dar con la aguja en la paja esa parábola en estos lares no serí­a adecuado. Sabí­a que no serí­a difí­cil dar con él, para ser francos, pero el destino quiso que diese con él y pues dí­ con él. Así­ de simple. Baje del autobús en Ní¤ssjí¶, vi una persona caminar que poseí­a todas las caracterí­sticas de no pertenecer al pueblo y alas! ái’taiba el huerco. Trataba de prender un cigarro contra viento, Abe? Y sin más ni menos, dimos los unos con los otros.

Nunca creí­ encontrarme con una persona más agradable y bajo las circunstancias en que dí­ con él. Conste que lo digo en español para que vean que esto no tiene más fin que alabar el hecho de que el primer encuentro fue amable. Para mi sorpresa me dijo que al llegar al pueblo se encontró con alguien que me conocí­a. Jode, aquí­ todos conocen a todos.

Pistieamos y coterreamos entre Eksjí¶ y Ní¤ssjí¶ un buen, desde las 10 de la mañana hasta bien entradas las 9 de la noche, hubiere sido posible seguirle pero hay obligaciones que atender, así­ que mañana habrá otras aventuras que contar. Muy buena onda el sayo, paciente, amable y con ese wordliness je ne sais quoi que domina su personalidad.

Hubo mucha discusión sobre inmigración, cultura escandinava y temperamento nórdico. Bastante risas sobre problemas lingíüí­sticos amén de observaciones a nuestro entorno.

Y pensar que todo esto surgió porque escribo un blog. Nunca hubiere imaginado que alguien viajara desde California hasta Suecia simplemente por lo que escribo es de importancia para otra persona. Eso me sorprende bastante. En lo personal guardo cierto distancia de lo que escribo. Y bien sabrán los dioses de este planeta que mi blog tiene sus lectores. Mas aún así­ considero que lo que escribo no es de mayor importancia. Quizá Opincar tenga razón cuando me dice que escribo bien. El caso es que no sé como aceptar elogios de ese tipo. Quizá sea hora de aceptar un elogio o dos por lo que escribo o escribí­. Veamos qué pasa.

Marí­a

A Marí­a le gusta jugar el juego de la pre-determinación.

Marí­a es amiga de Erika, aquella que muriese aquel Noviembre. La conocí­, como todo buen tijuanense conoce a los demás: dentro del contexto de la sintáctica del pretérito, el imperfecto.

Me hace reí­r, pues ensaya sus lí­neas conmigo, sus novios ni saben que todo está ya predestinado. Cada regla del juego bien estudiada. Sus reacciones anticipadas. Confida en mi como un hispanoparlante sólo puede hacerlo en tierra de indios: como si soltar la lengua de Cervantes fuese una impropiedad.

Para ella soy un juguete más. De repente me sorprende: ha practicado con algún otro, las voces que me lanza si tan solo para ver mi reacción.

Ante esto, no queda más que mirarle, pero nunca he caido en su juego, no sigo las reglas y soy un eterno aburrimiento que sólo un daiquirí­ logra hacernos empezar de nuevo, aunque eso es si tan solo la excusa para ponernos briagos. Nunca le he hecho el amor a pesar de que he tenido amplias oportunidades, a las amigas de mis amigas nunca he podido tocarles fí­sicamente, muy rara vez ha ocurrido y ella está en cloud nine, y sus tenis en un cable del viejo barrio de los King Kobras allá por la Zona Norte de Tijuana.

Este juego que tiene cierta importancia en la vida de Marí­a no empezó a interesarme hasta que X se obsesionó de Marí­a y tuve que entrar al rescate. Con Marí­a nunca se sabe si eso fue en realidad lo que pasó así­ que me tuve que vestirme de civil para dar la impresión de un Gigolo de Italia, válgame, no que tuviese la apariencia de un siciliano matón pero como Marí­a hizo las cuentas matemáticas de que la estatura entre el obsesionado y yo era de más de 10cm pues la ilusión hizo su trabajo y Marí­a proporcionó las lí­neas del teatro en el que de repente me vi involucrado.

No sé a ciencia cierta por qué me presto a tales escenas teatrales de los lí­os de amor de Marí­a, quizá el voyeour en mí­ deriva placer de ver las reacciones anticipadas de los participantes del drama que se desarrolla delante de mí­. Y es que tengo por hábito relegar ese tipo de nimiedades a su verdadero destino, a la insignificancia. No me conmueve para nada el ver la reacción de resignación en los demás y Marí­a tení­a por hábito escoger seres para sus juegos que se resignaban en cuestión de un acto de menos de media hora o menos, de hecho, unos se largaban sin esperar respuesta y esos me interesaban como un barrunto de repente hace acto de presencia y se va como se vino, de la nada, sin embargo, nunca los persigo.

En eso Marí­a y yo tenemos algo en común: no nos complicamos mucho la vida.

reader resistance

Tengo varios posts en ciernes. El uno, desarrollar más la posible entrevista con el Reader’s Weekly; otro sobre los ruidos de mi casa, otro sobre quién sabe qué, hoy en dí­a, las ganas de escribir son menos y la apatí­a vuelve a cundir sobre mi mente y la pienso mucho, bastante, para escribir, plantar mis ideas sobre la pantalla. Hay veces que logro entusiasmarme lo bastante como para poder empezar el proceso de escribir y prosigo, inmediatamente a distraerme del evento. Creo que no escribir es parte del proceso de escribir.

Hoy escribo esto porque leyendo al Buen Ras Roger, me doy cuenta que él sí­ tiene aquellos huevos de trasplantar sus pensamientos a la pantalla que antes en mi era una cuestión cuyo motor era el impulso, lo espontaneo.

Pero hoy suscitó en mí­ algo que me repercute por estos dí­as.

Tengo mucho tiempo resistiendo leer sobre el conflicto israelí­-palestino. Simplemente esquivo la vista cada vez que esas noticias salen a la vista. Ya no quiero saber nada de Israel o de Palestina. Ni una palabra más. Y así­, me conduzco por la vida, ignorando el dolor que ahí­ se vive en esa parte del mundo porque simplemente ya no puedo sentir más, estoy inoculado contra ese dolor, insensible. Estoy harto del poderí­o de Israel y todo lo que le hace a los palestinos. Estoy harto de cómo el mundo entero ignora lo que Israel le hace a la población palestina y cómo todos de repente nos tornamos impotentes ante lo que Israel hace a sus anchas en contra de los palestinos. Estoy harto de la mentalidad de los que ejercen el poder en Palestina e insisten en un esquema retrogrado, ver gente de palestina deambular las calles de Suecia bajo miradas sospechosas. Estoy harto de que el conflicto guié mis palabras cuidando de no ofender a ningún bando de ese conflicto. De lejos he sentido el terror. Las palabras, la credibilidad, la moralidad, pensar en la gente, las futuras generaciones de palestinos, las deserciones de los soldados israelitas que ya no pueden vivir en Israel, el amigo de EEUU en las NU todo, absolutamente todo lo he sentido ya sea en Suecia, California o Tijuana y estoy cansado, se podrí­a decir que estoy trillado, por los medios electrónicos que reportan, reportan, y reportan de las crueldades de ambos bandos y lo que ambos se hacen los unos a los otros y cómo esconden el terror que imparten ambos tras una semántica de legalismos para poder ganar la batalla mediática mientras el futuro tardará en empezar a sanar las heridas abiertas que solo décadas enteras causan. Es un cuento de nunca acabar y ya estoy hasta las madres de él.

La mentalidad que los israelitas están ocasionándole a los palestinos es un crimen en sí­, los dejan en un estado de inferioridad que sólo alcanzo a comprender como xicano tijuanense en California, donde no ser como los demás me excluí­a de la compañí­a de el resto de la sociedad. Pues no era ni gringo ni poseí­a las caracterí­sticas del mexicano sureño. Los palestinos sufren más, peor, pues qué pasó en Gaza? Tuvieron que levantar las murallas otra vez, otra vez al encierro de la represión. Otra vez a sentir el poder israelí­ dí­a tras dí­a.

Quizá los peor es que ese conflicto le obliga a uno tomar una decisión. Mi decisión no es tomar partido con el uno o con el otro. Mi decisión es dejar de leer el conflicto. Los limites de la impotencia me han rebasado ya. Reina la apatí­a, la cruel realidad de que mi voz o mi manera de pensar no le hacen mello alguno al conflicto. Ni siquiera puedo alterar el curso del discurso israelita-palestino. A estas alturas, es un conflicto más. Habrá un perdedor y un ganador. Conmigo han perdido una voz, un decir, y solo queda el hueco de la indiferencia. No me importa ya.

Es una ironí­a clara, sin claroscuros, ni nada así­ que la cultura que nos regaló la noción del libre albedrí­o hoy este aplastando las decisiones hechas justo por el libre albedrí­o. Y así­, ambos se niegan a aceptarse los unos a los otros. Con esto me refiero a que Gaza votó por Hamas.

Y cierro con está notita:

Lo curioso de todo es que Israel pudo demostrarle al mundo que no eran igual de bestias que el resto de la humanidad, pero no, mí­renlos ahí­, son iguales de humanos que uno, contienen un corazón negro como los demás. Los palestinos pudieron también alterar el curso de su historia pero no, persisten las viejas mañas, el mal pensar, la mala sangre, en ambos.

Bienvenidos sean hermanos nuestros, pues compartimos el mismo corazón.

Amén.

Fractura

I saw thee go by
A fleeting presence
crossing my eyesight
A foregone conclusion
this present is
.
I felt the fractures
drawn
on the kitchen curtains
drawn to me
A
present
foregone
your ghost
of a second ago
a moment now lost
yet ingrained
in my memory.

This ordinary event
you were just passing by after all
made my world turn ever so slowly
slowmotionwise
I realized
or smelled the roses
till paranoia struck
dark forces
drew their nasty sword
cut in two
un presagio
no deseado.

y
e
t

the fleeting millisecond unstained
by the dark
illuminated
a memory I hold
at a cost of course
such
is
life’s tapestry.

San Diego’s Weekly Reader wants to meet Julio Sueco

Ok.

Cuando mi sueca y yo decidimos mudarnos para Suecia la oficina postal que queda en la esquina de la calle 33 y Adams en Normal Heights, San Diego, año del 1997, tuvo de repente un sinfin de cajas llenas de libros y otros menesteres que procesar a un destino en una pequeña aldea de los altiplanicies suecos. Entre esas cajas que mandamos por la ví­a marí­tima hasta la esquina nórdica en que me encuentro hoy en dí­a se encontraban cientos de trozos de periódicos que habitualmente recortaba semana tras semana pues desde aquel entonces era un avido consumidor de periódicos de toda í­ndole. Ese arte de recortar periódicos ha desaparecido en mí­, pero antes era una maña que pocos cultivaban, o que pocos miraban con buenos ojos. Eso de recortar artí­culos para quién sabe qué labor posterior no cuadraba ni se lo tragaba mucha gente. Quién sabe en dónde adquirí­ ese habito pero hasta la fecha guardo bastante recortes de periódicos. Ese habito, sin embargo, en esta era de la internet, es un habito que si a lo mucho practico algunas contadas veces por año.

En fin, ¿a qué iba?

Sí­, entre esos recortes se encuentra un extenso articulo dedicado a Guillermo Gómez-Peña en una década que el sólo ponerle acentos a los apellidos y la tilde a la eñe en un periódico anglosajón era un avance singular y causa de admiración o por lo menos lograba impresionar a jóvenes como a mí­. Fue una entrevista hecha por el periódico San Diego’s Weekly Reader, vol 23, number 23 published June 9th 1994. Those were the days. Aún guardo ese trozo del periódico, y hoy le miro y me sigo preguntando ¿para qué lo hice?

Pensar que ahora el San Diego’s Weekly Reader me quiere entrevistar y hacer un recuento de los blogs de Tijuana. De hecho hasta vendrá un reportero desde San Diego hasta Suecia para hacer la entrevista. Nnunca me habí­a pasado algo así­ aunque lo deseaba, deseaba que algo así­ me pasará y ahora se cumple eso. Dicen los gíüeros que hay que tener cuidado con lo que uno desee pero de seguro no pasará nada. Esperemos.

¿Qué habrá que decir de Tijuana y su blósfera?

¿Alguien tiene ideas al respecto? Según tengo entendido habrá un reportaje de blogs sobre Tijuana y me tendrán a mí­ como tema principal. Como algunos sabrán el Frontera intentó algo similar con una encuesta sin poder lograr mucho al respecto, fue un total fracaso ya que nunca se tomó en cuenta a los blogueros de planta que existen en Tijuana. Según el San Diego Reader yo sé quienes son los de planta. A ser verdad tengo una idea de quienes son los blogueros de Tijuana que frecuentemente actualizan sus blogs pero esos blogs son los blogs de mi generación. No tengo idea, de por ejemplo, de los de la nueva generación. A lo más cerca que tengo de ella es a la conocida Selene Preciado quién tiene varios blogs a su nombre y el más actualizado es Palitroche.

Los arquitectos, los periodistas, los culturosos, los gringos, los fronterizos, los de izquierda, ¿qué habrá que decir? No sé, pero am spilling the beans ese. Me han pedido que hasta traduzca ciertas piezas de mi blog. A ver qué pasa. Todo se hace en son de buena cura y esperemos que esto reviva la cultura de los blogs en Tijuana, bien sabrá Dios que nos hace falta.

Hagan changitos y háganme saber que habrá que decirle al reportero sobre los blogs de Tijuana.

RIP Blogsmexico back online

Al parecer blogsmexico ha desaparecido ha regresado.

Varios sitios de la red están dando evidencias de ello. Aquí­ y aquí­ están los links.

En lo particular no me molesta que este servicio este fuera de servicio. Siempre he sospechado que era nada más una fachada del gobierno mexicano para aparentar que habí­a cierta libertad de expresión en México. Lo más sospechoso para mí­ fue la cantidad de blogs registrados ahí­. Simplemente no cuadran con la población en general de México. No es posible que en un paí­s de 109 millones sólo existan 10,000 blogueros. Algo olí­a mal ahí­.

update:

Insisto, algo huele mal ahí­.

Esteril

I realize the look of the blog is a clear cut absolute synonym for sterility. Blank. Sort of reminds one of the highschool joke about books: teacher, there aren’t any pictures in this book. As far as blogs are concerned this particular one violates all rules for success. There is no entertainment for the Iris. Blah is as close as it gets to diversion.

No Pablo inglés.

Pablo Francisco was/is in Sweden. I love that guy. He sort of embodies all my possible silliness. Dude, that blog is so blah you know. Eitherway, get a peek if you will: Pablo Francisco: DN.se

I guess I ought to spiff it up, or as some of the kids now a days say, in all their naiveness of course, pimp it up. Dude, pimp my blog.

Ah, humbug. The whole exercise of the blog is to have fun too, you know? And I haven’t been having too much of it here, I see. Boy, I hate when am sarcastic to my own self, or do I?

In a more serious tone I suppose that, hey! get a load of those self controlled norms I just applied to myself, ahem, as I was saying, I haven’t had the time or will or ganas, to do anything on this blog. I need like a million dollars to do something with it I suppose. Well as that isn’t going to happen anytime soon and to aggravate the matter more I have of lately been weening myself from the net. Sure, I give it more or less the same attention as always but not timewise. Mostly because am doing a Masters on English and that sucks time galore. In retrospective I should be doing some reading thereby but the stress is just killing. It actually feels good to get back to the old leatherbacks of the books.

The Devil and Indifference: Border Youth Views of the Narco

In the northern Mexican border city of Tijuana, the imprint of the narco is everywhere. A city long dominated by the Arellano-Felix drug cartel, the influence of the illegal narcotics trade permeates business, politics and other aspects of public life. Despite the deployment of the Mexican army in Tijuana’s streets this month, the latest round of bloody killings, kidnappings and gun battles attests to the stubborn power of organized crime. Intrigued by the sociological implications of the drug business, Mexican researcher Paola Ovalle recently explored the opinions of Tijuana university students about drug traffickers and their business.

A researcher with the Autonomous University of Baja California, Ovalle administered 400 surveys to students at four universities, two private and two public. In general terms, Ovalle detected two very different schools of thought among the university students she questioned.

”One of them sees (drug trafficking) as a monster that provokes the ills which exist in Tijuana, and holds that drug traffickers deserve the death penalty, that they traffic in poison and that they are violent people,” Ovalle said in an interview with the Mexican press. ”On the other side, we find another, apparently contrasting representation that falls into indifference, in which we find the majority of the students.”

According to the specialist in drug trafficking and security studies, many Tijuana youths view the drug trade as just another socially-harmful economic activity that is not really much different from polluting industries or the cigarette and alcohol businesses. Many youths advocate the legalization of certain drugs, Ovalle added.

The border researcher contended that the institutionalized presence of organized crime and constant media exposure have transformed the drug underworld into an integral part of the TijuanaÂ’s contemporary cultural landscape. ”On many occasions the symbolic content of drug trafficking is exalted,” Ovalle said.

Still, most university students do not want to become drug traffickers themselves, Ovalle said, adding that young people regard involvement in ”the business” as a risky venture that leads to short life spans. Notably, the Tijuana scholar found one interesting difference in the answers of private and public university students.

”In contrast to public universities, it caught my attention that some students of private schools said they personally knew or had contact with drug traffickers or their families,” Ovalle said.

Source: El Universal, January 23, 2008. Article by Rosa Maria Mendez
Fierros.

Frontera NorteSur (FNS): on-line, U.S.-Mexico border news
Center for Latin
American and Border Studies
New Mexico State University
Las Cruces, New Mexico

For a free electronic subscription email
fnsnews@nmsu.edu

Related here at Tijuana a Secas: De la vista Gorda, Corrupción, clase media, y el Marco de derecho en Tj-SD.