XLIV

¿Cómo explicar lo que me consume por no hacer nada? Tengo la necesidad de hacer algo. Y si no hago algo me siento mal. Me consume la energí­a por dentro y toda la fuerza del mundo y mi cuerpo holgazán amén del mal llamado libre albedrí­o hacen que me dé una especie de nausea insoportable de aguantar. Mi estómago, no ya el fí­sico sino el espiritual, es el que más sufre porque supuestamente deberí­a de hacerle caso a las revoluciones de emociones que me aquejan a hacer algo, quizá caminar, pero no quiero caminar. Este almacenamiento de impulsos que quieren librarse de su cautiverio no deparan ya en mi edad. No me considero viejo pero creo que ya no le hago tanto caso al impulso y eso es lo que me hace viejo, antes bien harí­a algo por librarme de las ganas por hacer algo. Hoy la pienso mejor y además hace frí­o afuera.

n+1/2

Es increí­ble pero este estí­o no me calienta el cuerpo. La verdad sea dicha el cuerpo me duele de aguantar el frí­o. Y ni cómo quejarse de ello. No miento al decir que he puesto la calefacción más de dos veces porque la calor nada más no entra a mi departamento. Y es que es de ladrillo la casa. No deberí­a de ser así­, helado pues, pero lo es, espero estar más agradecido al respecto en julio cuando la calor este dándole gas al dí­a, sabré apreciar la caverna en que me encuentro en este 3r piso mio.

Decí­a que vivo solo. Es un apartamento con baño, cocina dos dormitorios y un pasillo que estoy en proceso de ampliar y una sala bastante grande. Se puede hacer muchas cosas con él pero la verdad es que la imaginación en estos menesteres cuesta dinero, quisiera hacer muchas cosas pero la verdad es que tengo que ahorrar dinero para obtener todo lo que quiero. De por cierto y justo por lo anteriormente mencionado, no hago compras para no estar endeudado de más. Me caen mal las deudas y he decidido no tener deudas dioquis. O más bien deudas por estupideces como cosas materiales. Las deudas del banco por el apartamento ni cómo evitarlo, y luego tengo otras por las cuales no quiero entrar en detalles pero las tengo. Y las que más odio y espero librarme de ellas al fin de año son por cosas materiales y estúpidas. Son deudas de crédito. Nunca de los nunca otra vez, mejor hay que ahorrar para comprar las cosas.

No hay nada que hacer hoy. Fui a tomar prestado un libro en la biblioteca local. ¿Así­ o más de aburrido? Mucha gente piensa que Ní¤ssjí¶ es un pueblo aburrido, años atrás lo hubiere considerado igual de aburrido pero ahora veo otras cosas que me hacen ver otros aspectos interesantes de los pueblos. Como eso de que Ní¤ssjí¶ es un pueblo bueno para que los hijos crezcan buenos y a salvo. No es un pueblo de fiestas, de hecho esa es la queja principal de todos, que nunca pasa nada en el pueblo. Y está bien administrado, no pasará nada pero es un buen pueblo con buenos servicios y todo funciona como deberí­an de funcionar las cosas. No será un pueblo de renombre y existen pocas personalidades de grandes envergaduras, pero jode, que buen servicio. Una bibliotecaria que rediseño la biblioteca local dijo en artí­culo para una revista de bibliotecas nórdicas que era un pueblo medianamente a medias. Un pueblo mediano. WTF? pensé cuando lo dijo, pero sí­, es un pueblo mediano.

Lo que si me cala es que sea un pueblo de industrias. Como que no existe una atmósfera intelectual, al parecer; sí­ la hay pero es como todo lo demás, es un circulo cerrado de amistades que se agrupan y solo ellos y nada más. Por lo general aquí­ obedecen a un instinto animal de manada. Se juntan ellos mismos y casi no dejan que otros penetren esos circulo de amistades. Me imagino que ha de ser como en el trabajo, se juntan en pares y cierran las posibilidades de dejar entrar a otros en sus esferas coloquiales.

Bueno, tampoco quiero hablar de Suecia y los suecos, creo que no es sano tener la obsesión de siempre querer entender a los suecos y sus formas raras de ser y comportarse, porque raros lo son ¿eh? pero por igual ellos piensan que soy raro, como que nos cancelamos ambos, aunque sigo pensando que los más raros son ellos. Carecen de una imaginación sociológica que los hace aislarse de todo el mundo por lo general.

Padres suecos

Pues empiezo las mentadas vacaciones hoy. Lo único que me molesta por estos momentos es que no puedo limpiar adecuadamente las ventanas de mi nueva morada. Aquí­ en Suecia son de doble vidrio y las mí­as tiene, aparte de lo doble como 50 años de viejas o más. No puedo abrirlas para limpiarlas adecuadamente y cada que sale el sol se ve el polvo acumulado de los años. Molesta. No es que sea pulcro pero molesta que las cosas no se vean como deberí­an de verse. Pero hubo por lo menos una pequeña victoria en está tragedia consuetudinaria. Yo pensaba que todas las ventanas y una puerta que da al balcón no podí­an limpiarse pero hoy descubrí­, impulsado por el vamos a ver, que la puerta sí­ se podí­a limpiar por dentro. Fui feliz. It’s the little things buddy.

Durante estas vacaciones que duran hasta lo que los suecos llaman como la semana 34 me he propuesto escribir todos los dí­as sea en inglés, sea en sueco, sea en español. A ver qué. Sin prisas, pero a escribir. Mas antes un adelanto de lo que me ha pasado. No que sea de importancia pero creo que es necesario escribir un poco al respecto, eso hago y eso me ayuda un poco a despejar la mente. Pues que aparte de separarme de la sueca por la cual terminé en Suecia el año ha empezado muy bien. Soy más fuerte de lo que pienso o totalmente aún no me cae el veinte como bien dan a decir algunos por mi rancho. Pero he sobrevivido la vida que llevaba por lo menos desde buena parte del 2007 en que todo parecí­a gris y oscuro. Ahora no ha cambiado de color, para ser franco, pero es un mix de emociones que se están desenredando lentamente y poco a poco. Sin sueca y sin la custodia de mis hijas, porque aquí­ en Suecia los padres no tienen derecho alguno a sus hijos o hijas, sigo la vida solo. En pocas palabras: vivo solo y lo único que me ataña a Suecia son mis hijas que ni derecho tengo a ver porque he concedido que así­ sea. He firmado papeles para que la madre sea la única que pueda custodiar a mis hijas. Y bien daba igual que así­ fuese puesto que nadie de las autoridades me daba a saber nada de mis hijas aunque bien así­ lo establecerí­an las autoridades. Suecia será en papel un paí­s totalmente de equidades de género pero la verdad sea dicha, y por experiencia, los padres no tienen derecho alguno y como son minorí­a nadie les presta atención y los problemas que se presentan al diluirse las uniones conyugales. Así­ que aparte de haber ganado buen dinero esta mitad del año, he perdido emocionalmente tremendas batallas que no le deseo a ningún hombre en esta tierra.

El hecho es que estoy muy enojado a la sueca. No respingo y creo que es injusto todo lo que me pasa en mi vida familiar. La mujer que supuestamente me amaba ha terminado siendo un monstruo de los peores infiernos que no duda en dañarme emocionalmente en cada esquina que puede. En pocas palabras tiene emocionalmente secuestradas a mis hijas con el apoyo total de las autoridades suecas. Y todo legalmente por supuesto, aquí­ las autoridades están del lado de las madres y muy a pesar de los gritos de las feministas suecas, la verdad es que los pilares de la sociedad descansan sobre una estructura matriarcal. Los hombres no tenemos representación familiar más allá de lo económico. La culpa es de uno que los hijos hijos existan y habrá que pagar un precio justo por ello. Y es que solo estoy para apoyar a mis hijas económicamente. Mi crimen: procrear con la madre los crí­os que ahora ni puedo ver cuando yo quiera.

Ellas viven con ella. Ese es el derecho sueco por automática. Y ni cómo respingar. Las madres en eso son astutas y nos llevan la delantera. Las madres por lo general secuestran emocionalmente a los hijos con el consentimiento total de los padres. Les damos el derecho sin respingar. Y ni creo que los hombres de repente desarrollen un instinto paternal al grado que las madres lo han hecho por miles de años.

Y es que duele saber que separarme de la sueca conlleve el hecho de que no podré nunca más compartir mi vida, todos los dí­as, con mis hijas. Nunca supuse eso. Y eso les recomiendo a todos los hombres del mundo, hablen con sus mujeres sobre una posible rotura en las relaciones si es que tienen hijos. Cuesta mucho no compartir la vida con los hijos de uno y por mucho que uno disfrute de la libertad de no vivir con la ex lo que más duele es no vivir con los hijos de uno.

sequito

Una vez le dije con ese empecho que solo el tiempo sabe curtir y el impulso de un golpe sabe surtir.

Le corrió la sangre por el orificio izquierdo a lenta gotas.

El sol daba lo que da a las 12 en un buen Junio de cualesquier temporada anual.

la textura de los glóbulos sanguinos marcaban los segundos con el deterioro con que dejaban las costras al paso del tiempo.

Las costras de la sangre son de color marrón.

.?

Me parece increí­ble

Escuchando a Orpheous in the Underworld

Me parece increí­ble que tenga un apartamento en un tercer piso y que el banco me haya prestado dinero para comprar un espacio en el aire. Me hace recordar un poco la escena en Ocean’s 13 en que Abigail Sponder le dice a Lenny Pepperidge que quién es Mr. Weng y Lenny Pepperidge le dice que Mr. Weng es el dueño del aire en Hong Kong y que si Abigail Sponder quiere saber quién es Mr. Weng que ella intente erigir un edificio en Hong Kong para saber quién es Mr. Weng.

Me parece increí­ble tener 44 años y no saber ni qué puta idea signifique qué es tener 44 mientras que la sociedad a mis alrededores me considera un adulto y yo, ni puta idea de lo que eso sea.

Me parece increí­ble que a pesar de la soledad que me rodea exista un futuro al cual aspirar.

Me parece increí­ble que hoy haya pensado tanto en cómo decir boreality en inglés para describir lo aburrido de la realidad consuetudinaria y acuñar justo boreality tanto en sueco como en español y que eso es lo que depara el futuro. En sueco es trí¥kigeheten y en español es aburrealidad.

Me parece increí­ble que crea en Dios y que gracias a él o ella o lo que sea, no crea en él o ella o lo que sea.

Me parece increí­ble que sea un controlled alcoholic.

Me parece increí­ble que esté solo otra vez en mi vida.

Me parece increí­ble que mi linaje familiar sea uno de deserciones familiares: o es una maldición o es una maldición.

Me parece increí­ble que crea que mis hijas sabrán comprender todo lo que ha pasado este año algún dí­a.

Me parece increí­ble que tenga tanta paciencia y que sea quien soy sin saber que era quién soy.

Me parece increí­ble que a pesar de todo logre mis metas.

Me parece increí­ble que no tenga sueño y que solo me levanté para escribir esto después de haber intentado irme a dormir leyendo a Yu Hua y Cervantes con un vaso de vino de Gredos.

Me parece increí­ble que pueda llevar acabo un plan.

Me parece increí­ble que aún guarde esperanzas de un mañana y que a pesar de todo viva al dí­a y seguir soñando que regresaré a quién sabe a dónde algún dí­a pero que ahí­ estaré ojalá.

Me parece increí­ble que algún dí­a recibiré visita en este apartamento.

Por estos dí­as

Aquí­ en Suecia si apenas está uno descongelándose. O por lo menos un servidor. Allá por la semana 20 de lo que va del año me sentí­ totalmente traicionado por las falsas promesas del equinox vernal. En la bella tierra de los gautas pasa toda una primavera sin que pueda calentar un solo poro en mi piel y Junio esta a vuelta de esquina sin que uno pueda quejarse de la calor como dios deberí­a de mandar, aún hace frí­o y mi cuerpo está cansado de sentir el frí­o. Entre mis pensamientos y la clásica platica de paso que uno acostumbra por estos lares Beowulfianos refunfuñaba a todo lo que daba porque hací­a frí­o y decí­a que era un crimen, que deberí­an de legislar por prohibir heladas en mayo.

La naturaleza, sin embargo, no tiene cuerpo ni boca como yo para desahogarse del paso lento que las estaciones del año arrastran con sí­ en ese proceder milenario de rutina anual cuyo único cambio ocurre hasta que no ocurra una inclinación polar de envergadura. Qué le importa un organismo más cuando hay que procurar que todo lleve su tiempo adecuado. Quizá deberí­a de aprender a usar un suéter en casa. Así­ que todo está luciendo la capa nueva de la primavera. El césped ya está por podarse y los arboles frondosos presumen nuevas hojas que anuncian renovación. El esplendor lo noto al paso que tomo rumbo al trabajo y pesar de la chamarra que llevo, siento frí­o.

Las flores brotan y cuando no está nublado las ondas cálidas hacen sentir el poder de unos cuantos grados al alza. La gente empieza también a cambiar. Lejos quedan las caras largas que semanas tras semana de tiempos grises marcan en el humor su oscuro temperamento. Uno que otro sonrié y se hace sentir una amabilidad ajena y hasta sospechosa. Y es que si aquí­ existe algo que despierte sospechas eso es una sonrisa sin motivo. La gente por lo general deja de sentir brios por la vida tan pronto el verano da paso al otoño y solo dejan brotar alguna mueca de felicidad hasta el mero fin del equinoccio vernal.

Me agrada ver a los suecos alegres, serí­a fácil caer presa de sentimientos agrios y juzgarlos como hipócritas pero dejarse entumir por los dí­as grisáceos no es una mala estrategia y más de las veces los suecos no tienen porqué demostrar alegrí­a simplemente por capricho, esas batallas internas gastan energí­as de más. El dí­a nórdico no está hecho para la calor. Así­ que la primavera y el verano cambian no solo la naturaleza sino el humor escandinavo también.

Los turistas hacen que los suecos cambien de proceder. Los veo en los periódicos y noto esas muestras faciales que nunca dejan ver en el diario devenir durante las otras temporadas en que solo deambulan los que aquí­ viven todo el año. En una foto que le tomaron a un grupo de delegados del ífrica por visita acá en este pueblo humilde se le ve a los suecos sonrientes de más, uno pensarí­a que así­ son todo el tiempo. AL ver la foto con los cuerpos africanos y los suecos gíüeros alegres me pasa por la cabeza los criticismos que le tienen a los gabachos. Los suecos piensan de los norteamericanos como superficiales, que no son sinceros. Y así­, la rivalidad entre otras gentes se manifiesta en pocas palabras, no hace falta más, es nada más de decir una verdad falsa que todos acepten sin respingar. La de los suecos es considerar a los gringos como superficiales. Y eso me pasa por la cabeza al ver a los suecos sonreí­r, posando para una foto que salió en el periódico antier.

Above

Upon my eyesight catching an everyday nature scene

A simple little bird

perching on a new, perhaps a year old twig, sprouting early may leaves

cause of its weight, twirled.

Before it, the blue vault.

& I wonder: when was the last time I layed on the grass to watch the clouds pass by?

The lush green fields call

thunder roars

lightning menace

Strike a past we long to be now.

Quinto comment II

In relation to the Fifth Comment:

Here in Sweden, Swedes can’t see beyond my ethnic look or what their eyes tell them I am. A brown person. So the idea of an American has also been hijacked by color lines. Although, much to my surprise Swedes don’t see themselves in those color lines though their idea of what an American is certainly is tainted by color. So they have a hard time seeing that there are Americans of brown disposition.

So it irritates me a tad that they can’t acknowledge my gringo side. I hate the fact that they are not able to see beyond my so called Spanish background.  It makes me feel incomplete.

Malplaced Autoctono II

Y es por eso que me pregunto cómo es que viven los gíüeros en México.

Y es que los mexicanos que vivimos en el extranjero damos cuenta de varias cosas que la élite de México no quisiera que nosotros supiéremos o rendir cuenta de ello. Una de esas es que el blanco en México es el más viejo de los extranjeros en México. Es el más viejo anhelo de retornar a la madre patria, es el más antigíüo deseo del Eterno Retorno.

Que triste es, pues, ser, una vieja expresión no cumplida, una frustración jamás liberada como lo es el anhelo eterno del Eterno Retorno así­ presuma mil viajes mentales, nunca podrá presumir que es de aquí­ porque el hoy no es de él ni jamás podrá serlo.

Nosotros no queremos ser regurgitados mentales de malas decisiones: ya sabemos lo que somos.

Sé que te duele admitirlo, pero ninguna lavada de coco podrá jamás en tu vida hacerte de Tijuana. ¿Qué locuras más tristes no?

Reconozco ese proceso de higiene mental al que te sometes, lo hago yo mismo acá en en este paí­s nórdico. Quiero pensar positivo sobre mi ciudad, mi pueblo, quiero hacerme creer que este acto mio de vivir aquí­ es un acto que vale la pena, es por eso que intento someterme a una liturgia de pensamientos positivos para poder lograr llevar acabo lo que yo en realidad quisiera llevar acabo en otro lugar: hacer vida.

Respeto que quieras hacer algo por la imagen de Tijuana, en serio, pero no seas arrogante, no seas cool-aid compita y no vengas a decirnos lo que nosotros ya sabemos qué somos. Y si tu soberbia lo permite, imagí­nate lo que se sentirí­a si alguien te dijere a tí­ lo que es ser de Monterrey. No compa, andas mal, muy mal. Te paso un tip: se parte de la solución, no del problema.

Simple espectador, de ahí­ no pasaras.