metáfora

En el desierto de la mecánica
el tiempo transcurre
como los granos de arena
en el reloj lo harí­an.
Marcan los pasos
un grano engranado a la vez

Porque son tan diferentes
porque insisto en permanecer
ser lo que soy
en un mar amarillo
frí­o por las noches
gélido por el dí­a
y en inglés dicen freeze burn
y a los hispanos nos sorprende ver hielo humeante

Non hay flujo
corrientes de entes
La duna de hoy mañana no es
debajo del aire
corren arenas
uno tras otro
se amontonan de a miles
y así­ las galaxias, no bastan
cada grano en esa soledad
vive solo

momento

El Hotel Scandic de Gotemburgo, a unos cuantos escasos pasos de la estación central de trenes de la ciudad, será quizá un hotel para personas de escasos recursos que se la quieran dar de personas un poco bien. Ahí­ fuimos a una conferencia un compañero de trabajo de Marruecos que trabaja como profesor de sueco y francés en la escuela en que yo trabajo. El Marroquí­ es toda una personalidad, me recuerda  mucho a Danny de Vito a la nordafrikansk. No le faltan brí­os en su autoestima o por lo menos tiene mucha más que yo. Yo soy todo lo contrario, por lo menos en Suecia. Le encanta hablar; habla y habla para quedar bien. Y la gente le cree, así­ es su disposición. Pero el hotel tiene azulejos blancos. El baño muestra que hace mucho nadie le presta atención a limpiar bien y la mugre se deja ver fácil. Negra y con aspecto húmedo me dejó mala impresión el baño.

Tengo una relación rara con las mujeres por estos dí­as, desde que me separé no puedo ni darme o dejarme dar el lujo de entretener nociones románticas así­ como no confí­o en los avances coquetos de las suecas. Tampoco dejo que mis emociones me hagan juegos mentales de que quizá alguien me hizo un guiño o adivinar avances sexuales en gestos con múltiples interpretaciones. La mente está ahí­, esa me juega bromas pesadas pero mi constitución no tiene los brí­os o las ganas de querer echarme en cama a una mujer. No es que no quiera, quiero, pero no puedo porque no quiero, u algo así­.  Estas cuestiones de romanticismos también traen consigo cosas como las buenas vibras, tampoco confí­o en ellas, y conste que el jueves por la noche sentí­ buenas vibras con una chica que se puso el dedo entre los labios y la boca al hacerme una pregunta y esperar una respuesta, me puse nervioso, a ser franco, y le dije que estaba apañado, que por eso estaba en Suecia. En pocas palabras, estoy jodido, mutilado, dañado, sin reparo. Hasta cuándo me pregunto, la esperanza muere al último y hasta en los deseos carnales este viejo dicho se hace presente.

Las mismas chicas con las que compartimos la noche del jueves estuvieron presentes durante el desayuno. Yo me habí­a levantado temprano, a pesar de haber bebido un poco durante el transcurso de la noche el dolor de cabeza se hizo presente, tení­a un poco de cerveza y con justo propósito con que me traje las pí­ldoras para el dolor de testa, saqué una y me la baje con una trago de Norrlands Guld, una cerveza sueca del norte de Suecia. A mí­ el norte me persigue por si no se han dado cuenta. En fin, bajé, leí­ los periódicos que fueron el hilo de la emoción a las 7 de la mañana  pues rara vez tengo a mí­ disposición más de 4 ó 5 a escoger amén de gratuitos y agarré tres para leer mientras desayunaba.

La chica del dedo entre los dientes se sentí­a bien, no sé que efecto causé entre las chicas o qué impresión les deje pero pude intuir por un simple comentario que lo rí­spido no estaba presente dentro de esa hora. Se sentí­an a gusto, conversaban mientras yo leí­a y conversaba a medias cada vez que me pedí­an que les prestare atención.

Ese momento me dejó alegre, hací­a mucho que no sentí­a el impulso de escribir un recuadro que la vida me ofrecí­a para admirar. Fue simple y sencillo y el tiempo dejo de transcurrir. No habí­a tensiones ni nada. Solo un comentario en el espacio de la vida sin fecha de caducidad. Un momento nirvana en lo cotidiano que yo viví­, que fue un regalo para mí­.

Y me pregunto, por qué todo tiene que ser complicado, y me respondo que soy un cobarde, un chico sin muchos deseos o impulsos a tomar riesgos y un chico que le tiene miedo a fallar, errar, en pocas palabras, miedo a las mujeres y la injusticia de vivir un recuerdo hermoso ya en el pasado se manifiesta con crueldad singular pues no vivir aquel instante como lo viví­ en su pleno esplendor. Lo poco que dura la inocencia inocente sin las viejas mañas o intromisiones del hoy y su látigo de castigo o ofertas de interpretaciones double entendre, su adianoeta para matar a rienda suelta el autoestima y sus viejas maní­as de querer estropear todo, toditito porque ese es su labor y quien le culpa por querer hacer su trabajo. Qué efí­mera es la alegrí­a del pasado bajo el influjo del presente que quiere a huevo exprimir más de lo que dio.



quisimos

Perdón. Quiero ser franco. Mucho más tratándose de Lorca. Y es que hoy lo recuerdo y sus Bodas de Sangre influyen bastante lo que tengo que decir hoy.

Vi la luna, brillando, además, el famoso conejo dibujaba su silueta. Relucí­a de manera como mi relación a la luna suele ser: sorpresiva y con muchos efectos.

Soy de esos escépticos que no creen en dios ni en el poder del espacio y los efectos de estos últimos en el ser humano. Soy, en otras palabras, un ente de extrema en el sentido que creo en mí­ como ser humano sin relación a otros como un racista se cree aparte de otras razas. La única diferencia es que yo no creo en las deidades que mis antepasados creí­an podí­an efectuar un cambio radical en la constitución de uno.

Existo, yeah. Punto y aparte. Lo demás, como las estrellas del cielo, esas que toman su tiempo en llegar a las retinas de uno, yeah, esas, es cuestión de conciencia, mucha conciencia.

*

Hoy creí­. Hoy sentí­ la relación del uno al otro. Hoy la suerte era una religión que me lavó el coco. Hoy, simplemente me dejé convencer por las coincidencias. Así­ de simple fue el dí­a, al azar, como lo es lo demás, Alea Jact Est.

Cualquier parecido con la realidad

Advertencia al lector: cualquier parecido con la verdad o la realidad, el daño a terceras personas o incautos incautos, lo siguiente puede ser ficción o apócrifo o simplemente un juego mental que salió de las entrañas de la nada con el solo propósito de dejar pasar unos minutos más. Lo siguiente es un historia que pasó a segunda mano, algo así­ como una especie de reciclaje y que se escuchó en los ecos de un distante ya pasado.

Marí­a era una chica que le gustaba darse cambios fí­sicos de vez en cuando, un mes era flaca y delgada y otro era chonchita y rosadita en las mejillas. Otros dí­as se pintaba las uñas postizas ya pintadas con animales salvajes de otro continente y a veces se poní­a a jugar canicas con los chicos de la vecindad y se dejaba ganar porque la verdad es que no sabí­a jugar las canicas y ella lo sabí­a. Mas de las veces sonreí­a al cura de la iglesia cada vez que habí­a misa de gallo y ella vestida con la falda más corta posible, eso decí­an los que decí­an dice el que dijo.  Ni la doña que era la más santiaguda del pueblo se espantaba ya, confiaba en el cura y Marí­a también.Tení­a sus excentricidades también y le daba por apostar a que el tren llegarí­a a la hora exacta en paí­ses que aún no tení­an rieles o planes para ello.

La gente que piensa pensaba que Marí­a decidí­a cosas que atinaban a lo que uno llamarí­a libre albedrí­o, los demás tachaban a Marí­a de loca.



punto y aparte

Esas tardes de Octubre vislumbran por la conversación aquella, una conversación, dí­as eternos.

– No suelo contradecirme pero ahí­ ten, la más de las veces soy una contradicción andante. El hecho de que yo solo no me tome en serio  es decir mucho ya. No se trata de decisiones de envergadura, son decisiones de consumir, mi ideal quiere otra cosa pero mi cuerpo me pide otra y así­ caigo preso ante las tentaciones de la carne o la indecisión. Me burlo a mí­ mismo, me saco la vuelta para no sé qué. Eso es lo que cae mal, la traición hací­a el uno mismo. ¿serí­a otro si me hubiere hecho caso en muchas decisiones de comer esto o beber aquello, injerir o desistir de aquesto? Uno cabe preguntarse, pero la verdad de las especulaciones no quitan la mirada de lo terrible: me traiciono. No es que no tenga voluntad, pero hago caso omiso de lo que es bueno para mí­. Podrí­an acusarme de carecer de principios y estarí­an en lo correcto en lo carnal. La ropa que uso me lo dice todos los dí­as, o me queda grande o me queda chica pero nunca a talla. Esa es la suma verdad.

Pero decí­a, los cambios internos o intrí­nsecos, esos siempre me quedan guangos y nunca soy lo que pienso sino lo que hago y lo que hago nunca me viene a mi mente, es una gran decepción tanto para mí­ como para el sujeto que tiene que vivir con ellas. Dos entes totalmente diferentes.

– Lourdes:

No vamos a solucionar la dualidad esta noche porque grandes pensadores lo han intentando y nunca bajo la embriaguez de una tarde como esta. Tomo la palabra. Hay que ser consistente en pensamiento como en carne. Esa es la única solución, no quiero que te vayas a un convento o que te mantengas puro para quién sepa qué puta deidad de las mentes impuras de la humanidad. Lo único que sé es que hay que ser consistente, no todos lo logran pero hay que ser consistente con lo que uno piensa, y ni se trata de porcentajes tampoco. Si se bebe se bebe y ya, pero no engañarse a uno como diciendo que uno deberí­a de ser lo uno o lo otro, sino ser todo lo que uno es de la manera más sincera sin tener que engañarse a uno mismo en el proceso. No te convido al vicio pero tampoco a que caigas en las garras del vicio del engaño, ese es otro vicio indiscutible que tiene preñada a toda la generación de los últimos años del siglo XX. Creen poder ser sinceros sin tener en cuenta que ellos serán juzgados bajo la lupa de lo insincero que les domina la razón.

-Tienes razón Lourdes, no somos difí­ciles de adivinarnos

.

tví¤tt tider

Hay muchos lugares sagrados en el mundo y cada cultura tiene sus espacios consagrados a lo intocable. Lo intocable puede ser tocable, por supuesto, no hay ninguna magia ahí­, puesto que lo intocable suele tener espacios tangibles donde se resguarda lo sacro y las reglas y las costumbres delimitan esa especie de aire que esta ahí­ y no está ahí­ a la misma vez y lo curioso, dentro de demarcaciones geométricas claramente delineadas para marcar dónde empieza lo sacro y dónde acaba lo inhumano de ello. A los humanos nos gusta negociar ese tipo de espacios que ahuyentan a otros, o incitan a otros, a respetar o violar tales espacios. Tengan ustedes Meca. Ahí­ no entra uno si uno no es de la fe así­ como en muchos otros espacios semitas amén de sus espacios dedicados al lado oscuro de sus religiones como la deidad contraria a Dios o Dio, el Chamuco. Otros espacios sagrados existen más mundanos aún como las sectas o clubes de personas afines a sociedades secretas. Esos espacios están cerrados al no creyente y para poder ingresar a tales espacios habrá que sortear múltiples rituales para ello. Lo común entre estos delimitadores a los espacios anteriormente mencionados es que si uno se hace transgresor de ellos el castigo no se hace esperar. Todos de alguna forma corporal, por supuesto, ya sea psí­quico o carnal, el castigo a la transgresión se manifiesta con la ira del guardián de lo sacro.

Acá en Suecia ese espacio es, créalo o no lector mio, ¡la lavanderí­a! Sí­ amigo lector, has leí­do bien, las lavanderí­as son los lugares que uno no esperarí­a violencia alguna pero tengan ustedes que los puntos de discordia entre los suecos se dan dentro de las lavanderí­as. Los castigos para los transgresores de la hora y el dí­a para lavar ropa son muchos que van desde amenazas verbales y subliminales hasta la violencia fí­sica. Pero qué hay que esperar de una sociedad que tiene un dí­a dedicado a justo el lavar. Para los que no saben, el sábado en Suecia se le llama lí¶rdag (lourd-ak aprox.). Su etimologí­a, dicen los que saben, proviene de un dí­a dedicado a lavar. Y no es broma, justo salió en el periódico una nota de un sujeto que filereó, o para los hispanos de corte mundial, acuchilló a otro porque el acuchillado se atrevió a violar la hora y el dí­a del lavado que el acuchillador habí­a reservado para lavar su ropa y con suma antelación. Y no acaba ahí­, los suecos, notoriosos por evitar confrontaciones, utilizan este espacio como un Muro de Lamentaciones que el Dios de la Ira acomoda para que incautos y afines se percaten del dolor del afligido. Los suecos se dejan notas en papelitos a la vista al portador. Estos papelitos contienen mensajes dedicados a los transgresores de toda especie de normas y regulaciones pertinentes al espacio de la lavanderí­a. Estas lamentaciones incluyen entre otras cosas, el robarse la hora que otro ha reservado, dejar las lavanderí­a sucia, no respetar el tiempo alocado a lavar y hasta por dejar ¡pelusa indeseada en las secadoras!

de estas y otras más

Tení­a mucho que no me desvelaba. Siento las ojeras asentarse debajo de mis ojos, es hora de dormir, pero mejor veo France24. El único noticiero que demuestra que la belleza no tiene porqué estar peleada con la información. Las chicas de France24 le hacen a uno pensar, franceses, subyugados al idioma inglés y hablándolo a la perfección, ¿a qué se deberá? La verdad sea dicha no sé la historia de France24 pero no importa a estas alturas de la noche. Las chicas y la perspectiva adquieren un tono diferente sea de mañana o sea de noche. Y me pregunto, ¿cómo le fue al pobre diablo que propuso un noticiero en inglés transmitiendo el ángulo francés en inglés? ¿Se habrán burlado de él? El orgullo galo es indiscutible, por muchos años insistieron creer que el francés tení­a resonancia por todo el mundo, ¿qué les hizo cambiar de idea? Ese es uno de esos partesaguas pequeños como la primer riza que una piedra hace al caer en el agua. ¿Acaso el dinero en este milenio romperá orgullos nacionales? France24 así­ parece querer decirnos, ¿qué sigue? ¿Spain24? Latinamerica24? Uno se pregunta.

La jarra de agua luce casi vací­a, el vaso de Ikea que sirve de copa para mi Tempranillo está vací­o. Hoy es uno de esos dí­as en que uno no alcanza a comprender lo que el dí­a invitó. Lo que en estos lados del planeta, este lugar nórdico en plena mitad de la nada significa que las horas corrieron como debieron y la luz solar se vio opacada por las nubes que cubren su manto grisáceo el dí­a. Unos dí­as el viento nos congracia con sus ruidos, otros dí­as las temperaturas bajan a gélidas que lo hacen tiritiar en la testa. Lo curioso de vivir en un paí­s que se caracteriza por su clima, como lo es el altiplanicie de Suecia, es que los dí­as corren uno tras otro sin darse mucho a distinguir. Aquí­ decir invierno es decir Lunes, Martes, Miércoles y ansina. No hay diferencia alguna, solo esperar a que el cartero venga a la hora determinada, ir de compras por los ví­veres que se vuelven una tortura por lo usual, por ser lo mismo de siempre. Acá la única alegrí­a es saber que, bueno, hacer algo que no se hací­a hace tiempo ya.

Es de noche, o son las 4 de la tarde. Y pensar que hay vidas que se gastan generaciones tras generaciones consumidas por lo que consideran algo tan común como el vivir aquí­. Y quién o ni quién se ocupe del dolor de un hispano dolorido por compañí­a, y ni para qué, es normal estar completamente solo, en mi cabeza, el único desesperado aquí­, ese soy yo. Lo curioso es que acá la gente advierte o se espanta, quizá adivina, que estar solo con los pensamientos propios no es tan saludable ni tan romántico como lo serí­a en otro paí­s. Los periódicos cuentan en su narrativa que es peligroso estar expuesto a sus propios pensamientos. El miedo al angst no es un juego mental para el débil de mente. Yo sorteo todos los dí­as mis propios pensares, me distraigo, dejo que el dí­a corra a su anchas y de vez en cuando pienso en el futuro, pero no mucho, leo, veo la tele, escucho el edificio y sus ruidos y ansí­o el dí­a en que me pueda largar a mis anchas.

Las noticias transmiten cambios de todos calibres. Mañana será otro dí­a, gris, lleno de nieve y solo yo puedo hacer un cambio a mi devenir, pero lo seguro es que duerma, es tarde y no suelo desvelarme así­

Décadas van y décadas vienen

  • Originally published: Dec 31, 2010 @ 22:28
  • Nací­ a mediados de un 1966
  • Entré a la primarí­a Alba Roja en 1971
  • 3 años después acabé en California, Redwood City para ser más exactos más a o menos a mediados de 1974
  • Estudié en Hoover elementary School
  • Para fines del 77 estaba de regreso en Tijuana y en el 78 se quemó la Dorians.
  • Iba a entrar a quinto año en Hoover pero de regresó a Tijuana me retacharón al 3ro porque la educación no era la misma y acabé terminando mi Primaria en la escuela Lic. Grabiel Ramos Millán de la Zona Norte de Tijuana
  • Para el 1979 mi madre tuvo la idea genial de mudarse al barrio Maya 13.
  • En 1980 me hice punk y me juntaba con los punx de la Torre de Aguacaliente donde conocí­ de forma especial a la banda Solución Mortal.
  • Siete años después salí­a hací­a los EEUU de nuevo, corriendo de unos judiciales corruptos, acabé otra vez en Redwood City en 1987.  The Smiths entra a mi vida cambiando todo. Skinny Puppy entra a mi vida cambiando todo.
  • En 1992 regresé pero a San Diego California, no vení­a solo, conmigo vení­a una sueca y dos años después de esa unión salió mi primer hija, Xóchitl. A la misma vez se cumplí­a uno de mis sueños más grandes, por primera vez en mi vida y después de miles de obstáculos, pude por fin cursar una universidad: SDSU.
  • Para 1996 estaba desesperado por conseguir mi pasaporte y entre San Diego y Tijuana corrí­a desesperado entre oficinas de Relaciones Exteriores, Campos militares de Baja California, y el cónsul de Suecia en la Ave Revolución en Tijuana.
  • Ingresé a Suecia permanentemente en Abril del 1997 el mismo año que nació mi segunda hija, Itztli, bajo una lluvia de nieve con conos grandí­simos.
  • En 1998 me enamoré de una Belga increí­ble en Madrid y nace el odio eterno de la sueca y conocí­ Inglaterra gracias a la sueca en dónde tuve la gracia y honor de visitar el coraz´n de uno de mis escritores favoritos de la lengua inglesa: Percy Bessy Shelly.
  • El 2000 entró a mi vida siendo aceptado en la Universidad de Estocolmo.
  • Empecé a bloguer de lleno y en el 2003  JulioSueco nace a la vida.
  • En el 2005 acabé mis estudios y para ese entonces el alcohol habí­a entrado a mi vida como nunca antes. Ese mismo año entré a la vida laboral en Suecia.
  • Para el 2008 recibí­ mi examen de profesor de bachillerato para enseñar Inglés y español en preparatorias suecas.
  • El 2009 escribí­ por paga por 1ra vez en mi vida para el SDReader, me separé de la sueca, las autoridades suecas reconocen mi profesionalismo y me dan más trabajo a la misma vez que la soledad llena sin misericordia un hueco insaciable por más soledad que el destino me deparó.
  • El 2010 ha sido marcado por una soledad increí­ble que entró como un Tsunami anunciado pero el animal en mi renunció el llamado de la naturaleza así­ mismo como mi profesionalismo se ve lleno de seguridad nunca antes visto y dejo de beber whisky pero no de beber bebidas alcohólicas.
  • El 2011 empiezó a recorrer Europa como nunca antes, solo el 2011 estuve en: Parí­s,
  • Y estoy por morirme de curiosidad que escribiré el 2020 y saber desde dónde lo haré.

Amor de Pendejos

Amor de lejos, amor de pendejos

He sido antes de ser
pero jamás fui antes de haber sido
pero besé
esos labios tuyos

y ahora ni soy
lo que no seré
pues
sacrifico
el futuro
haz lo que quieras

arrodillado estoy

ante su merced

digitus infamis

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En las vigencias de una cultura se pueden leer cantidades enormes de costumbres y usos de la gente. En lo particular tengo en mente un insulto que para mí­ siempre no lo ha sido pero que para la generación de mi abuela materna, Doña Julia Lucero viuda de Martí­nez, como solí­a escribir su nombre y cuya firma aún se puede leer y ver en mis calificaciones chafas de la escuela primaria Gabriel Ramos Millán allá por la Zona Norte de Tijuana, terreno siempre lleno de memorias agradables y desagradables pues era terreno amigo y enemigo a la vez, si lo ha sido, o sea, el insulto al que me refiero antes de darle rienda suelta a la parrafada esa. Recuerdo bien la manera en que me acautelaba por si acaso mediante algún infortunio por ahí­ alguien me daba el insulto. El insulto consiste en mostrar el dedo gordo en medio de otros dedos con el puño cerrado. Ese insulto nunca lo fue para mí­, y a corta edad comprendí­a que eso no era nada pero sí­ lo era si alguien me mostraba el dedo más largo de la mano conocido como dedo vulgar en Wikipedia. Acá en Digitus Impudicus: The Middle Finger and the Law, se encuentra un papel blanco al respecto.

Fig of Spain

Me ha venido viniendo a mente de hace tiempo atrás porque suelo de vez en cuando darle una repasada a un pequeño libro de esos que rescato de las tiendas de segunda mano de por estos lares nórdicos. El libro se llama y lleva por tí­tulo, The Temple Shakespeare Lexicon and Corcodance. Prepared by Marian Edwardes. London: Published by J.M. Dent and Co. Alding-House -W.C MCMIX (1909 para aquellos que no sepan leer números romanos o son demasiados perezosos para descifrar las letras)

Aparte de nunca comprender la suerte de insulto que le causaba a mi finada abuela no comprendí­ hasta que vi en el libro que se trataba de un insulto español. A ser verdad mi abuela era oriunda de Zacatecas, de Pueblo Viejo. Pero para que vean como es que la cultura se transmite. He aquí­ la imagen que me ha traí­do estos recuerdos de costumbres y usos en mi familia.