Leído en sueco: 许三观卖血记, Xǔ Sānguān Mài Xuè Jì) (1995) ISBN 1-4000-3185-0
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Caigo en cuenta de que había dicho lo que se tenía que decir sobre este libro ya en el 2009. Creiba que no había dicho lo que se tenía que decir sobre el libro y por en ende el acto aquí. Escribo aquí sobre él porque siempre tuve la sensación de que nunca acabé de leerlo. Y este 2020 lo empecé a leer de nuevo. Hemos de enfatizar aquí que no soy bueno para releer. Y vaya que no me arrepiento de releerlo. Fue justo la misma sensación de aquel 2009 pero más. Esta vez pude por fin terminar bien la saga de la familia de Xu Sanguan. El Mercader de Sangre. Como muchas de las historias de Yu Hua, acaba, honestamente, relatando la historia de la China contemporánea contando las tribulaciones de una familia.  Aquí cabe dar cuenta de los valores que la sociedad china aprecia. Hay geografía para los que quieren detalles. Hay gastronomía. Hay historia. Hay drama familiar. Hay desesperación. Hay pena ajena.

Hay humor. Uno se reí de las tribulaciones ajenas, jode, Yu Hua sabe tratar un cuento como si fuese una obra de teatro para entretener a la gente.

Su técnica de escritura de es de admirarse. La idea de repetir lo obvio acentúa lo obvio, recalca, reafirma. Recuerda. La técnica de re memorizar el pasado incesantemente es su fuerte. Recordar, como si el pasado fuese efímero, evanescente, como un cono de nieve más. Eso. Yu Hua. Nos recuerda. China es el mundo, somo nosotros ahí, vendiendo sangre al mejor postor. En todo tiempo. En toda era.