falsk

¿Y qué valores son esos?

Los valores de una sociedad cuya base yacen bajo principios que no existen ya. Marcos de leyes de una obra de legisladores que han cesado de formar el futuro y cuya legací­a se ve pisoteada por los nuevos forjadores del presente cuyo interés se ve más bien rebasado por una ambición efí­mera de un futuro que nunca llego ni siquiera a las puertas de la fabrica de materializaciones, el hecho, la realidad, sino que quedo presa en la vil telaraña de los de sueños.


retransmision

Me veo en la curiosa posición de ser un vector de valores medioclaseros. Y es que inculcar ciertos valores en la juventud sueca conlleva aceptar ciertos criterios universales y existen dentro de la valorada clase media, pues hasta la fecha nadie aspira a ser pobre en tierras de Jesucristo. No sé ni cómo llegue a esta posición. Mas aquí­ estoy, corrigiendo lo bueno y lo malo a la juventud en la preparatoria sueca. Lo curioso de las mentes jóvenes es que uno cae en la ilusión de que ellos lo saben todo. Esta falacia es una trampa mas para el adulto que para el joven. El joven sólo parece saberlo todo.


democapitalismo

Acá en Suecia tienen la idea de que las enfermedades que existen se deben a que la sociedad vive en la temporada de las vacas gordas, í¶verflod. Los malestares de los ricos pues.

Desde hace dí­as me rondea la idea de que el capitalismo no es el gran benefactor que se nos hací­a creer. De hecho, el capitalismo es contrario a la democracia. Y a estas alturas no sé quién abusa más de quién o si ambos sistemas son sanguijuelas que se complementan y cuyos biosistema de hace mucho paso a ser simbiosis.

Miro a los suecos admirarse de lo ’barato’ que resultan ciertas cosas importadas de paí­ses denominados ’tercer mundo’. Ese poder de adquisición les brinda una falsa autoestima a mi pensar. Algo así­ como la ilusión de un comprador consciente. Ese tipo de consumidor es una fabricación más de la simbiosis del capitalismo y la democracia.


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Entre espiones

Me llevo más de medio año terminar el libro pero bien que valio la pena, entre el trabajo, el ajetreo familiar y problemas personales tanto existenciales como interpersonales amén de que se trata de un libro escrito en sueco [pequeño merito en sí­, por lo menos para mí­] lo terminé hace tres dí­as atrás por la mañana, en cama. Aquí­ ya habí­a escrito algo sobre ello.

El libro se titula Spioner emellan escrito por Tore Forsberg , un ex-director de la agencia de espí­as suecos, Sí¤po y Boris Grigorjev, un agente secreto de la KGB apostado en los paises nórdicos con base en Suecia durante la Guerra Frí­a. Traductor: Bengt Eriksson; casa editorial: Bokfí¶rlaget Efron & Dotter AB; idioma: Sueco; fecha de publicación: 200609; ISBN10: 9197574767, ISBN13: 9789197574761.

El documento es interesante en sí­ porque detalla, en grandes esbozos, pero en suculentos cachos, la historia del espionaje en los paí­ses nórdicos con especial énfasis, visto desde la óptica tanto rusa como sueca, en la ’verdad oficial’ de los incidentes que ahí­ se discuten. Aquí­ se detalla desde los principios de la industria del espionaje que datan desde el siglo XV y cómo se desarrolló la necesidad del espionaje entre los paí­ses de Rusia y Suecia. Se tratan temas jugosos como el espionaje y el contraespionaje y los errores cometidos entre ambas naciones durante la II Guerra Mundial y la Guerra Frí­a. Se habla abiertamente de cómo la antigíüa Unión Soviética deliberadamente intentaba calar las aguas de la polí­tica de neutralidad de Suecia después de la II Guerra Mundial así­ de cómo los suecos aprendieron a ser una organización de espí­as moderna como lo es hoy gracias a los errores que cometieron durante el siglo pasado.

Los agentes en cuestión se sientan y discuten la profesión del espionaje hasta llegar a nuestro tiempos siendo el punto del climax de este intercambio entre colegas el incidente de Karlskrona y el submarino U 137 que encalló en el archipiélago detonando así­ una serie de conflictos diplomáticos entre la antigíüa Unión Soviética y Suecia.


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morriña

The aisle was carpeted with a carpet named Yielding Effects and the color was, according to an old catalog my mom had left behind, Oriental Jade. The walls bore paintings from the family’s efforts to inculcate their children artistic talent that only now stand there as testimony to their good intentions and their immense faith they had on their children. Family photos also hung here and there of relatives now gone to better pastures. In the middle of the aisle stood an eighteenth century mahogany longcase Grandfather clock with a rocking ship in the dial and a quarter-chiming movement that used to bring shrieking screams from my mother every time we rushed by the aisle to get to the table during dinner time. It was her pride and joy and only remnant of a past she never tired to remind us of. It now stands there marking the hours as it always has done, ticking away the light of the sun and welcoming the shadows of the night, collecting dust by the minute every day.

To a larger degree, this very aisle has been witness to many an historical and turning point in the affairs of our family and also a silent onlooker to many a fight between mon and dad and we siblings. The trip to Cantabria reached a final decision right here, by the copy painting of Monet’s Waterlilies, Green Reflection, Left Part. Over there, by Toulouse-Lautrec’s The Toilette poster, bought during a small sojourn mother took in Paris, my sister fainted because, as we lesser beings unaware of the mysteries of womanhood later found out, she’d been then 7 weeks pregnant already.

Maybe the reason for this flurry of activity in an aisle was due to our bathroom being there. Many screams to hurry up were shouted on top of our throats to the door and yet here I stand now, in front of it, alone at last, and somehow It doesn’t feel the same….

Just then a voice from the distance interrupted his thinking – ” Are you coming George?”

– Wait a sec hon … I’ll be right there. George walked into the bathroom and took a piss, zipped up fast and then headed for the car.

– Boy! Why do you always have to take so long every time we stop at your mom’s old house? I mean every time we stop here you always seem to take an eternity for just taking a piss ..

– Just drive hon, just drive …


las bienes raí­ces de la mala yerba

Tengo varios dí­as, o más bien semanas, contemplando, acariciando, el sueño, el dí­a, en que pueda pasar más tiempo en Tijuana. Para este fin necesito de un hogar para poder pasar aún más tiempo en mi querida ciudad. La idea es que dentro de unos cinco años, a lo mucho, pueda pasar todo el verano en Tijuana y después del estí­o, regresarme a Suecia. So por estos dí­as me la paso checando sitios de bienes raí­ces. Primero pensamos, porque me tengo que jalar a tj a la gíüera de mi vida, que una house, pero después de wachar por la red las propiedades que nos interesan, deducimos que está fuera de nuestro alcance mucho en parte por la ubicación que solicito. Así­ que de vez en cuando le doy la vuelta a los anuncios de departamentos en venta en los periódicos locales de Tijuana y parece que mis sueños tienen posibilidades de materializarse.

Lo curioso de este recherche pour un foyer en mi ciudad natal demuestra una, de hartas más, realidades surrealistas con dejo esquizofrénico que caracterizan o dotan el paisaje inmaterial de la leyenda viviente. Y es que para una ciudad que vive bajo la sombra de un acoso mediático tanto televisivo como periodí­stico, in perpetuum, de lo malo que es la sociedad que convive dí­a a dí­a en sus calles uno no dudarí­a en pensar que las propiedades que existen, o son parte de Tijuana, deberí­an de estar a precios de remate, no pun intended, off course. Y es que los precios por una vivienda en Tijuana casi casi son de iguales que el comprar una casa en San Diego. A mí­ se me hace exorbitante, por lo menos, que una ciudad con la leyenda que se carga Tijuana, tenga un mercado de bienes raí­ces cuyas propiedades oscilan en el medio millón de dólares. Amén del riesgo que implica comprar una casa de ese precio en Tijuana if you know what I mean.

Es un poco raro, digo.

Just do it ese

I believe that Chicanos in general ought to stay clear out of politics. And if they must they should not use chicanismo as a tool to said enterprise. Chicanismo ought to be as American as American Pie. For example, no one questions white folk their background, do they now? Yes smart aleck, there is some questioning but not in the sense that it insinuates  that one is not American.  One is American, one need not explain why one is American, one is, period. It should not be up to negotiation. With it I mean one’s chicanismo. If one is to live to said standards one must also live accordingly, that is, not live as if one is American but as an American does.

El codo de Aquiles

El rocí­o en la mañana se forma gota tras gota
La sonrisa en mis labios se dibuja poco a poco
Y en ti veo el veneno
La ponzoña
que corre
cual misterio
por la lengua
que escurres a diario.
No me molesta ya, verte enconado.
Pues este amanecer
trajó con sí­ más que un sonochar
¡Qué pí­rrica se ve tu victoria
en este crepúsculo que clamas tuyo!

Poema dedicado a Daniel Salinas del periódico Frontera conciernente a la victoria del PAN en los comicios del 5 de Agosto en Baja
California del 2007.


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Nada

Passively scouring the media
Sifting through human remains
Am bombarded my eyes shot red

Left riddled with half-cooked notions
I trod on in ether all teared
Through the bardwired wide world web

Seeking not knowing what
Respite from the pain perhaps
Of seeing them deadly aims

I stand idle in oceans of hate
Watching the waves of utter despair
I am but the sum of the day

Western Zilch

Politically uncorrect: I’m an unaffiliated Xicano

“Just when I thought that I was out they pull me back in” Michael Corleone in The Godfather III.

According to Carlota Cardenas quoted by Alicia Gaspar de Alba in the book that reviews the CARA Exhibition named “Chicano Art” she says, that . [sic] to apply (the word chicana) [sic] to oneself is a political act.

Chicana Feliz a.k.a Zulma Aguiar.

I refuse, or resist in this case, to render my identity to to a political act. Being Xicano is beyond a political statement. Perhaps it is so for my brethen under that Damocles’s sword called USA. I, on the other hand, long ago moved to another post. Heck, said sword proved beyond me. I am beyond the Star and Spangle. If anything, I am beyond any political ideology. Long I discovered that I need not stress to be that which my land gave as a birth right. I am, to certain extents, beyond Xicano rethoric. I am beyond the recruiting offices of Aztlán and their zealous drive to impose the ideology of this or that. I am simply a desert Xicano which claims the Southwest as its birthplace, nothing more.

I am the first to stand on my own two feet. I shame not for my accent when I utter my tongue. I shame not for my past or ancestors. I shame not for that which I am.

I will not let ignorance dictate the course my forefathers, my foremothers, treaded upon. Words will not destroy me nor will they lay out the course of my destiny. I am beyond that and more.

This fight sort of reminds one of the one the Swedish-Finish folk stride for in Finland.

Swedish-finish

The Swedish text reads as follows:

The Finish can never take care of the Swedish language and the Swedish culture. Only we, the Swedish-Finish, can do that.