Quinto comment II

In relation to the Fifth Comment:

Here in Sweden, Swedes can’t see beyond my ethnic look or what their eyes tell them I am. A brown person. So the idea of an American has also been hijacked by color lines. Although, much to my surprise Swedes don’t see themselves in those color lines though their idea of what an American is certainly is tainted by color. So they have a hard time seeing that there are Americans of brown disposition.

So it irritates me a tad that they can’t acknowledge my gringo side. I hate the fact that they are not able to see beyond my so called Spanish background.  It makes me feel incomplete.

Malplaced Autoctono II

Y es por eso que me pregunto cómo es que viven los gíüeros en México.

Y es que los mexicanos que vivimos en el extranjero damos cuenta de varias cosas que la élite de México no quisiera que nosotros supiéremos o rendir cuenta de ello. Una de esas es que el blanco en México es el más viejo de los extranjeros en México. Es el más viejo anhelo de retornar a la madre patria, es el más antigíüo deseo del Eterno Retorno.

Que triste es, pues, ser, una vieja expresión no cumplida, una frustración jamás liberada como lo es el anhelo eterno del Eterno Retorno así­ presuma mil viajes mentales, nunca podrá presumir que es de aquí­ porque el hoy no es de él ni jamás podrá serlo.

Nosotros no queremos ser regurgitados mentales de malas decisiones: ya sabemos lo que somos.

Sé que te duele admitirlo, pero ninguna lavada de coco podrá jamás en tu vida hacerte de Tijuana. ¿Qué locuras más tristes no?

Reconozco ese proceso de higiene mental al que te sometes, lo hago yo mismo acá en en este paí­s nórdico. Quiero pensar positivo sobre mi ciudad, mi pueblo, quiero hacerme creer que este acto mio de vivir aquí­ es un acto que vale la pena, es por eso que intento someterme a una liturgia de pensamientos positivos para poder lograr llevar acabo lo que yo en realidad quisiera llevar acabo en otro lugar: hacer vida.

Respeto que quieras hacer algo por la imagen de Tijuana, en serio, pero no seas arrogante, no seas cool-aid compita y no vengas a decirnos lo que nosotros ya sabemos qué somos. Y si tu soberbia lo permite, imagí­nate lo que se sentirí­a si alguien te dijere a tí­ lo que es ser de Monterrey. No compa, andas mal, muy mal. Te paso un tip: se parte de la solución, no del problema.

Simple espectador, de ahí­ no pasaras.

Aclaración

Crossfader mentions in a post at http://crossfadernetwork.wordpress.com/2010/02/17/sd-reader-does-the-tj-thing/ that I somehow am in charge of the Yonder Lies It section of the SDReader. Nothing could be further from the truth.

Whilst I acknowledge I rallied Lady Mancilla and Sir Peralta to sign up for this gig all else is mere fic than fact.

Y es que hay cruzar fronteras lingíüí­sticas compas, para poder comprender la envergadura de la cercaní­a que nos hace vernos cara a cara.

E

Busco la última gota de la botella
Y ella se acerca con su fin
Cuenta dame yo
Del espacio entre la caida
Y lo que queda:
Hay gente mucho más mejor que yo
Y mi ego
Ese presto siempre
A Sufrir
Un dolor
Se cree muy wolverine el cabron.
Yeah, hasta que lo borran al gíüey.

La identidad tijuanense

Woolworth
Woolworth Tj

Esta versión pronto aparecerá en el San Diego Reader en inglés también.

A pesar del hecho de que el crimen acosa la vida cotidiana, y aunque usted no lo crea, no está uno acostumbrado ni al crimen ni a cadáveres pues, los tijuanenses de vez en cuando nos damos golpes de pecho sobre quién tiene el derecho a llamarse tijuanense y quién no. Y es que hay que detenerse a pensar ¿quién es un tijuanense y quienes son los tijuanenses? ¿Cabe con decir que son las personas que viven en Tijuana? ¿Alguna vez ha conocido usted a algún tijuanense? Esa última pregunta suele sorprender a veces porque hay ciudadanos de la ciudad que nunca lo han hecho. Lo cierto es que el gobierno no depara en gastar en un futuro tijuanense del cual nadie está seguro con anuncios incesantes sobre lo que deberí­amos de ser o no deberí­amos de ser y si los estadounidenses se encuentran en el negocio de construir naciones, México está ocupado construyendo identidades.

En este momento hay varios proyectos que el gobierno controla e insiste hasta hoy en dí­a en querer decirle al tijuanense qué es lo que deberí­a de ser. Lo popular hoy en dí­a es expresar arraigo, pertenencia al terreñu, a la ciudad, como sí­ eso es lo que necesitarí­amos para afincar bien la identidad del tijuanense. Hasta gente fuera de la ciudad ve esto como terreno fértil para sus ideas. Uno de estos proyectos se llama Fronteras, cuyo leif motif es infundir una sensación de origen como si no supiéremos de dónde proviniésemos. Terreno fértil para un viejo nacionalismo.

Red Square Tj

Habrá que entender que la gente en el gobierno siempre se ha preocupado que la gente de Tijuana no tenga un sentido de pertenencia, raí­ces. Es uno de esos vestigios que les causa zozobra a los capitalinos y que les hace trabajar muy de noche con si acaso algunas permutaciones por cada generación que Tijuana adquiere. No es más que antiyanquismo amistoso; es  como si hablar inglés o adoptar costumbres gabachas de alguna manera erosionarí­a la frontera y así­ consumir Tijuana en su camino, créanmelo, así­ se las gastan con ese tipo de ideologí­as. Los que nacimos en los 60’s del siglo pasado tenemos varios casos de este tipo de nacionalismo intruso que por poco y no depara en ordenarnos en cómo pensar. Un ejemplo: aunque usted no me lo crea el gobierno tuvo la genial idea de prohibir a los tijuanenses de nombrar a sus hijos con nombres anglosajones porque eran demasiados gabachos para el gusto de Bucareli, así­ que de la noche para la mañana la gente no podí­a nombrar a sus hijos Keith, Jonathan o Jennifer. La gente en el poder centralizado de México, siempre ha temido al tijuanense y siempre quieren andar dándonos lata. De hecho, nunca nos hablan. Desafortunadamente somos blancos fáciles de manipular porque los verdaderos tijuanenses, que hayan nacido en Tijuana y hayan crecido en Tijuana, son pocos y escasos en número. Por ello existen esas campañas de identidad, que a pesar del todo sí­ incluyen a algunos tijuanenses pero con agendas sin meta más allá de llevar el pan a la mesa. A pesar de ello existe la necesidad de seguir adelante, ignorar las tribulaciones del dí­a, pan y circo y por ende la industria de la identidad puede florecer y cuyo presupuesto crece al por mayor en una ciudad como Tijuana.

ReAcciona Tijuana

Un esfuerzo local por inducir pertenencia y arraigo en Tijuana se lleva a cabo mediante una telenovela llamada Vive tu Casa. La telenovela se trata de un joven, que no ha nacido en Tijuana, de por cierto, que sufre al ver a Tijuana toda maltratada por la gente, como si fuere una prostituta usada por la noche y abandonada al otro dí­a. El joven lamenta el medio ambiente en que vive y piensa que Tijuana merece mucho más mejor que lo que sobrevive al dí­a. Al ver el video me nacieron las preguntas, sí­, por favor, dinos algo que no sabemos de antemano ya. Como dato curioso habrá que notar que hay un episodio en que unos tijuanenses le echan en cara al joven preocupado por su ciudad que él no es de Tijuana, para subirle el tono al drama, de seguro. El más reciente intento de inculcar identidad es un esfuerzo por gente local los quienes en verdad quieren defender la ciudad y si habremos de creerles, no tienen nada que ver con el gobierno. Se hacen llamar ReAcciona Tijuana y su método es anunciar dichos en carteleras con frases positivas para levantar conciencia sobre la ciudad la cual no solo tiene que batallar con su imagen de mala reputación sino que también con el crimen organizado. Aunque uno puede sentir el pulso de la batalla que habrá que enfrentar puesto que los organizadores tienen que salir a decir que no se tata de otra campaña de identidad o para hacer sentir bien a la ciudadaní­a o como ellos mismos lo han dicho: no será una campaña más de identidad tijuanense, ni intentará provocar un bonito sentimiento alentador.

¿Cuál es la necesidad de infundir un sentido de identidad o pertenencia? La mayorí­a de la gente que se queda en Tijuana es gente a la que le llamo como inmigrantes latentes. Tarde que temprano acabarán al Otro Lado, y todo legalmente ¿eh? En el mientras tanto, estos inmigrantes laboran y laboran mucho. En parte, las campañas anteriormente mencionadas tienen como blanco a estos inmigrantes, porque trabajan. A partir de los estándares de los mexicanos, la gente que trabaja arduamente en Tijuana, le va bien. Y cuando les va bien es fácil de identificarlos porque les da por salir fotografiados en las páginas sociales de los periódicos locales. En Tijuana, como en el resto del paí­s, la mayorí­a de los periódicos tiene una sección llamada Sociales, es ahí­ en dónde la gente a dar bien le da por salir en fotos para presumirle a la sociedad lo bien que les va o para mostrar lo que han avanzado en Tijuana. Son felices y quieren que todo el mundo lo sepa y eso en Tijuana es como ir contracorriente. Creo que no existe algo similar en los EEUU. Y es que Tijuana tiene esa cualidad que se puede encontrar en la famosa novela de Scott Fitzgerald’s llamada Great Gatsby cuyo desenlace se sufre todos los dí­as en la ciudad. Algunos tendrán éxito, otros no, pero en el mientras algunos dejan en qué pensar. Nos ayudan a formar nuestra propia identidad, lo que somos, y nos recuerdan lo que no somos.

Aunque Tijuana es un vecino que es visto como una ciudad mexicana con solo mexicanos en ella, los que viven en la ciudad de alguna manera logran sacar adelante algún rasgo de identidad al final del dí­a y lo que deja el dí­a tras de sí­. Es ahí­ en dónde toda una plétora de identidades pelean por una especie de aceptación por lo que son, por lo que somos. Yo pertenezco a los que nos llamamos tijuanenses, lo que quiere decir que tengo por lo menos una madre o un padre que es de Tijuana, lo cual es el requerimiento mí­nimo para empezar a sentirse establecido en Tijuana. Haber nacido en Tijuana es ciertamente un bono y si tus abuelos son adoptados por la ciudad, jí­jole mano, ya está uno garantizado un lugar en los anales de Tijuana. Sé de antemano que esto se oirá raro en los oí­dos de los sandieguienos, los quienes sufren otro tipo de permutaciones de identidad mediante sus áreas telefónicas o sus ciudades en la región metropolitana de San Diego. Sea lo de cada quien, la gente en San Diego tiene una identidad en común, son todos americanos. Pero para darles un ejemplo, tengo un amigo que llego a la ciudad con si tan solo dos meses de vida y ni así­ dejan de darle carrilla. Y es que no nació en Tijuana, así­ de fácil. Aquellos que nacimos en Tijuana tenemos un monopolio sobre quién es tijuanense y defendemos contentos nuestra ciudad a tal grado de que una vez Jesús Blancornelas sugirió sacarle un patente al nombre de Tijuana. Sí­, somos un poco raros. Para empezar, nuestro reclamo para ser tijuanense se encuentra envuelto en un olvido que ya no existe. Permitanme una explicación. La Tijuana de mis padres no es la Tijuana que yo viví­ ni Tijuana será la Tijuana que los nuevos tijuanenses viven ni la que la próxima generación vivirá. A pesar de todo ello, tenemos puntos en común. Me refiero a un pasado que no existe ya pero que es relevante a la discusión. Verán, en Tijuana, nosotros nos identificamos con una sintáctica extraña. Usamos la sintáctica de lo que alguna vez fue. Este tipo de sintáctica nos ayuda a reconocer lo que alguna vez tuvo lugar. Se que esto suena raro en vuestros oí­dos. Pero la verdad es que sí­ hablamos de lo que una vez fue o era pero que ya no lo es. Edificios que alguna vez existieron entrelazan nuestra identidad porque hubo alguna vez en el tiempo que sí­ existieron, los vimos y los vivimos. Los lugares que alguna vez frecuentamos trenzan nuestras experiencias comunes. Claro que hay otros factores como el lenguaje especial de Tijuana el cual incluye una cantidad enorme de palabras derivadas del inglés.

Esta especie de lenguaje fue destacada en la novela de Luis Alberto Urrea en su libro Across the Wire en dónde le pregunta a sus lectores que procuren entender a los mexicanos que vienen del interior de la república Mexicana al llegar a Tijuana, los quienes creyendo que escuchan español no se pueden encontrar más lejos de la verdad. Yo puedo comprender este lenguaje y en especialmente el lenguaje de los pachucos que se hablaba en el viejo centro de Tijuana. Hubo una vez en que Tijuana solo era conocida por su centro. De hecho, para nosotros, La Mesa era un lugar remoto, allá donde las águilas vuelan. Decí­amos esto para burlarnos de La Mesa y hacer pensar que La Mesa quedaba tan lejos que solo la vida silvestre merodeaba por allá. Aquellos que viví­amos en el centro estábamos orgullosos de vivir en la Lí­nea. Ir más allá del Hipódromo era ir más allá de nuestra imaginación.Y no habremos de olvidarnos de que muchos tijuanenses son bilingíües y hasta trilingíües en muchos casos cuya lengua materna no es solo el español sino hasta el inglés también.

Los tijuanenses son identificados por aquello que no son, supuestamente, mexicanos. Sí­, existe un mito entre los paisanos del interior de la república que dice que allá en Tijuana ya no es México. ¿Se acuerdan de los esfuerzos de Antonio Navalón y su Tijuana, Third Nation? Bueno, pues eso es como un ejemplo menor de ello. Los ciudadanos de la Tercera Nación son rechazados por igual. Por ello el gobierno se esfuerza en inculcarnos una identidad ya sea en directa o indirectamente como aquella vez que quisieron hacer a la fuerza valer solamente el peso en el comercio. Dios nos ampare si queremos hacernos valer de una identidad propia por cuenta propia. Y es que nos dicen hasta pochos. Lo curioso de todo esto es que una de las razones que usan los que apoyan la migración legal de los trabajadores a EEUU es que los inmigrantes hacen el labor que los americanos no hacen. Los tijuanenses somos considerados como perezosos por los inmigrantes del interior del paí­s. Y esto nos da identidad también. Un tijuanense jamás se dejarí­a ver vendiendo elotes en una esquina o repartiendo garrafones de agua por las colonias. Ni siquiera shaniando zapatos, esta por debajo de la naturaleza del tijuanense. Ese tipo de trabajo es para los advenedizos.

Pero para ser francos la nueva identidad tijuanense ya se me es ajena a mí­. No solo a nivel personal pero geográficamente también. Esto se puede vivir muy bien dentro del marco de tolerancia que hay por otros mexicanos. Sucedí­a que antes uno no aguantaba a los chilangos, eran todo lo opuesto a lo que un tijuanense era. Hasta era un insulto que alguien te dijere chilango. Hubo una vez que la rivalidad que existe entre los mexicalenses y los tijuanenses llego a tal punto de que los cachanillas nos insultaron al decirnos chilangos light, nunca hemos aceptado ese cruel insulto hasta la fecha tengo a mí­ entender. Aquellos eran dí­as memorables en verdad. Por estos dí­as la gente del DF es más aceptada, lo que es bueno, por supuesto, pero algo ha pasado durante los últimos años. Nuestros hermanos más próximos de Sinaloa, de Sonora, de Nayarit, de repente son los nuevos chilangos. No sé en dónde terminará esto, a lo mejor el gobierno ganó por fin la batalla de identidades, no por programas de identidad sino porque la ciudad es tan grande que puede haber la posibilidad de que existan no una Tijuana, sino muchas tijuanas ya.

Lillgammal

En Suecia están obsesionados con el comportamiento, todos están prestos a juzgar y otros detalles al primer indició de una desviación social. Quieren a toda costa que todo sea uniforme y de alguna manera la gran mayorí­a vive la  ilusión de que todo está uniforme o ecuánime. Me imagino que se despiertan con el equilibrio perfecto, un don peculiar a Suecia y procuran con todo el alma batallar todo defecto que ose contra esta égalité, fraternité falsa. Uno de estos comportamientos alcanza hasta a los niños quienes no escapan ni de por broma el criticismo agudo de los suecos, quienes ni considerados ni prestos a detenerse a pensar, lanzan sus agudas observaciones al primero que logre tomar en cuenta la osada apostilla cotidiana que ha ofendido las sensibilidades suecas. Todo lo anterior me viene a mente porque leí­ una tira cómica de un periódico local de Suecia, aunque para ser francos ya habí­a escuchado anteriormente este fenómeno cuya manifestación siempre me ha parecido algo exótico para no decir mayores disparates. Se trata del fenómeno sueco de tildar a ciertos niños cuyo comportamiento se acerca al de uno de mayor de edad que al de un párvulo. A estos niños se les suele tildar como Lillgammal que traducido quiere decir más o menos como pequeño viejito y que con mayor frecuencia que menor adquiere un tono despectivo entre la población adulta dando efluvios a que algo anda mal.


Baby Blues

Niña Peliroja: Papá, esta es mi nueva amiga, Hilma.

Papá: Hilma, que nombre más interesante. No se llaman así­ muchas hoy en dí­a.

Niña con trenzas: Ciertamente no, somos de escasa frecuencia.

Niña peliroja: Hilma vive con su abuelita.

Niña con trenzas: Dios me ampare, tienen la temperatura alta, tengo la calor elevada.

El chiste de la tira es que los niños supuestamente no deben de hablar como si fueren adultos, ya que poseer un vocabulario elevado para poder expresarse sobre temas consuetudinarios contraviene con todo aquello que los suecos tienen en mente de lo que un niño deberí­a de ser. Aunque ésta especie de humor negro para puntualizar un ”defecto” del que todos deberí­an de comprender no deberí­a en verdad existir y  cuando se manifiesta es comúnmente mal visto. A los suecos se les hace una aversión anormal que un niño utilice palabras eminentes para expresarse, lo viven como atí­pico.

Lingíüí­sticamente esto es un fenómeno interesante ya que lo que hace a un niño lillgammal es el repertorio del vocabulario, como la tira cómica lo demuestra, al padre (supuestamente requiere de una explicación del porqué la niña de trenzas habla así­) se le hace cosa rara que una niña posea un vocabulario tan anticuado y prácticamente caduco. Aquí­ hemos de enfatizar que los suecos por lo general le tienen una aversión alérgica a vocablos anticuados lo que tiende a generar distanciamientos generacionales. Quizá por ende el rechazo a que un niño no hable el lenguaje común de todos los dí­as, o en este caso, de las mayorí­as que dominan el discurso o la narrativa del diario devenir.

A mí­ se me hizo raro que la población de mi pueblo reaccionara así­ sobre el comportamiento de un niño. La primera vez que lo viví­ fue cuando una amiga de mi hija tení­a un comportamiento demasiado serio para el gusto de mi ex. A ser verdad, si no es que me lo llevan a mi atención quizá nunca lo hubiese descubierto por propia cuenta. Lo triste de todo esto es que los adultos no se percatan de que al tildar así­ a un pequeño lo dejan fuera del conjunto poblacional y esto en una sociedad que de apariencias individualistas es más colectiva que individual, en fin.

Anomalies

Image: http://www.transparent.com/swedish/

Anomalies are those things that do not just veer off into the unknown causing major friction in chartered and metered courses. They are in and by their own right natural occurrences that sometimes allow us to change course or make us stop right in our tracks. One of these phenomenas in language learning is the case for fear of mispronunciation. It is a well established fact that there is a time limit for humanoids (yes, it sounds weird) when it comes to trying to learn a new language as fluent as possible. After the so called window of opportunity closes the fluency channels begin a slow shut down. Not that it is impossible to learn a new language, you can, but no just as clear and fluent as a native. There are tricks and other awareness related techniques that allow for an artificial likeness to fluency but it is not the same. Again, you really need to be aware, awake of what you are doing. Basically anybody can do it but as languages go a slight mispronunciation can give away loads of information about you the speaker.

Be that as it may, the anomaly here is not whether one can pronounce right or not or how best to achieve pronunciation in any given language. There is one factor I have never heard discussed in major scientific ways and that is the negative side effects that mispronunciation produces in natives when the target language is produced. This Pavlovian reaction to the mispronunciation of the target language is of interest to me. It ranges the gamut from admiration, positive-negative, when accents acquire an accepted pronunciation to total rejection to both the speaker and the language produced.

I am brought to this topic because I was watching a tv news program earlier this morning. The Swedish tv channel called 4 had an Australian guest in its morning reportage and the guest tried to reproduce a Swedish word and was relieved to have pronounced the word right which was no small feat since it was a word with an í¶.  This is tantamount to seeing foreigners trying to reproduce the -ird in bird or the -ur in fur. It was not the kind of relief one would expect to be a relief from achieving positive result or born out of curiosity but a relief that the produced language did not create a negative reaction and was both accepted and understood by the parties at hand which in this case were all natives speakers of the Swedish language. I immediately related to this behavior because as a Swedish learner and speaker I have had my share of total rejection by other Swedish speakers for the kind of language I produce when speaking Swedish. If you are ever to learn Swedish in your lifespan be sure to take into account that the level of tolerance for mispronunciation in Sweden is a fact one needs to be able to take to task. This tolerance level is very low in Swedes. They tend to frown upon the speakers of the language who grossly overlook how to produce good spoken Swedish. They have no patience whatsoever and are ready to mock or just right out lash at the offense before them. One here ought to keep in mind that this is a natural occurrence for Swedes since their language is a tonal language. That they are more or less tolerant than other tonal language groups is up for grabs but if Chinese are any indication than tonal languages have a characteristic as being intolerant to speakers who mispronounce the language than we’re in for it for the rough.

I personally don’t take Swedish intolerance personally, not anymore anyways because I know this sort of behavior cuts right across the board even when it comes to native speakers. I live between Stockholm and Scania and boy do these natives from Smí¥land have things to say about 08’s and mouth potatoes. Although this level of tolerance is painfully more acute towards immigrants. We feel it more the so because though Swedish people are themselves largely unawares about how their own language functions, and that can be said about any group pf language speakers, by the bye’s, they fail to take into account courtesy. They have no time for considerations such as the fact that one is trying to learn their language. They will ask you how long have you been in the country just to gauge the severity of the offense. For some asinine reason, really, Swedes will not help out with one’s language problems. I Personally am baffled at this behavior because both in English and Spanish although not the Good Samaritans we do extend a helping hand when it comes to learning languages. But that’s just the American in me.

quasimodo

I need a new keyboard.

Not alien like the one before me. Of course, you can’t see my keyboard but really, proof here is a minor bureaucratic shuffle of papers. I really need a new keyboard.

But perhaps most importantly I need a new way to express myself in English. There are ways unknown to express new feelings. Yet the rut befalls me. There are no new ways like old Diamanda Galas There Are No More Tickets to the Funeral.

So I stand before thee. Begging for a new beginning. I want back. I want to express myself in this language known as the English language.

You might ask why I ask this.

I am at a loss too.

A weakness has taken over the control of this weak body. A body that negotiates at whim.

There is no longer who am I? Rather a business transaction in the background that demands a voyeur
as a democratic action would demand a notary.