Noviembre

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Las muy ricas horas del Duque de Berry

Noviembre deberí­a de ser el noveno mes; resulta ser un onceavo dentro del calendario Gregoriano. Un número que deberí­a de auspiciar buenos augurios para un Geminis como yo. Y sin embargo solo pienso en el fin, el fin del año y lo que más duele, pasar otros dí­as llenos de celebración familiar que me ahuyenta de la sociedad. Es triste, muy triste, pero por lo general, como persona soltera; cuya familia ha sido desbandada; por mi condición de inmigrante en Suecia, solo queda aguantar un par de dí­as para que todo regrese a la normalidad. Algunos dí­as de Noviembre y Diciembre, así­ tendrán que pasar.

De Noviembre se podrán decir muchas cosas aparte de los augurios que significa están en puerta. Noviembre es un mes que solo he vivido en Suecia. Pasé muchos noviembres en América sin que ellos significaran mucho, no tengo en la memoria fija muchos noviembres allá en México o los EEUU. Ninguno que salga así­ a la vista. Tengo muchos principios de Diciembre guardados en la memoria y quizá Noviembre entra en ellos por la celeridad en que deseabamos entrar en Diciembre.

Aquí­, Noviembre es un mes largo, la gente se queja de que dura demasiado, languidece como indeseable, nadie quiere saber de Noviembre. Noviembre, o November como se le conoce en sueco, significa trabajo sin pausa, no hay muchas celebraciones nacionales, ni culturales que interrumpan el ajetreo de la vida laboral, es un mes de trabajo y largo, larguí­simo a juzgar por algunos suecos que conozco.

A tí­tulo personal siempre he deseado Noviembre gélidos, así­, llenos de nieve, llenos de frí­o, y a pesar de que vivo cerca de l Polo Norte, esto no sucede con frecuencia. Sí­, hay explicación por este deseo innato. Mi madre se expuso al hielo en Noviembre durante mi desarrollo prenatal. Y es por eso que Noviembre entra en mí­, lleno de expectativas. De Noviembre a Junio hay mucho tiempo del cual vivir, y eso he aprendido de Noviembre, desde que sentí­ el frí­o aquel.

Fuente de la foto: Las muy ricas horas del Duque de Berry

Figments

Picture solitude. Living, cornered and surrounded by it. Does it just happen? Is it a choice?

Humanity is said to be alone. I can quote many such citations, solitude is by far not exclusive to one nation, every culture defines it in its most universal meaning, being left to one’s own devices.

What if it is a choice? Is it wrong to want to be alone? Or does one have the duty to probe every action one makes in one’s life? Say it is a choice. How can I then complain that I am alone, afflicted by solitude? Thoughts turn to the culprit I blame regards my solitude: my environment, society at large. It is an easy target to blame my condition. It is apt for such a blame and the culprit fit for the job. This culture thrives on solitude and feeds on it. One can go on and on about the failings of solitude in this culture but let us say it happens moreso than any other country. Specially when one feels ashamed of being alone. Although those sort of constraints are nothing but mental Chimeras or figments of the imagination. Or so one would think they are. The cruel fact is that I remain alone, and as the popular tag says it #foreveralone.

A well fortified mental hygiene would require to dispense with the aforementioned thoughts. Is mental hygiene a core example of forced or acceptance thereby of solitude then? Allow us to entertain the idea. Do I hope that this is a phase? Do I consider this some sort of unwanted luck? Do I wake hoping tomorrow will be a different day? If so, do I make any efforts to accomplish the weakened fiat? Has the mental hygiene a routine whereby it produces certainty of fate? Am dead sure this is a phase, am convinced of it because in the end I solace myself into believing that this solitude will end at one point or another and as the brainwashing goes, surely it is only because at this point in time I find myself reclused and trapped by the shenanigans of this particular culture.

Like I said, humans are destined to end up alone, we come alone and we leave alone.

Hora de las Estrellas

Hora de las Estrellas

Que simple era el mundo cuando las estrellas tení­an destino

La mirada alcanzaba a soñar e imaginar

lo que podrí­a suceder y la ilusión nos daba sustento

para vivir la puesta del sol y solución a la bestia animal,

abrí­a el libro de los nombres que las estrellas poseí­an.

Que lejos aquellos misterios nos hací­an creer tan cerca que ahora parecen

Ahora el infinito es tan grande que la imaginación no abarca

Ni aquí­ en está tierra llena de átomos e universos que cámaras fotográficas nos muestran al ojo carnal que no ve más allá de lo visible. ¡Gracias Lucrecio!

Lo que nos falta es nombrar lo que está por acontecer y honrar a los nuevos infinitos

Ora por lo inombrable

Hora del gran vací­o – hora de rellenar el hueco -Ora.

 

Y-

Tú eres

Lo que no soy

En otros idiomas io -un pronombre que reemplaza a otro

te llamas roja y eres un arbol

que reclama lumbre

para espa r

c

i

r -un

nombre que carece de sentido cada que respiro. La cobardí­a cuya coraza carece de corazón.

Eres una sensación atrapada que nunca podrá expresarse ni salir a probarte, pero que consume mi nterior y debilita más que un posible rechazo. Como quisisera acabar con este sentimiento que impune logra acabar con mi esencia personal.

 

Dientes de Espuma

Dio

Así­ le dicen a Dios en Italia

El Papa le dice Dio a Dios

Uno sabrá el porqué

No soy más que aquel que recoje el maí­z que los caballos han pasado por sus tripas

Ni aquel que se enjuaga su boca con leche

Ansina ’tamos hoy mero

Ni el Obispo, ni el tata nos tienen en la mira

Quedamos huerfanos

Somos individuos

pero no creo que ni Salinas, ni Calderón u Cuahtecmoc

desearon

eso

vernos en las astillas

del espejo

del ayer

para ver lo que no fue ni lo que quiza fuese

sino

para recalcar

no que no fue

henos eso:

dientes

de

espuma

Con fuerza arribamos y acabamos sin ella

Malarkey

A half of a bottle of Irish brew lay strewn on the floor. Normally, people would not pay attention to such a minor detail on the street. However, this particular being so happened to recall a memory from his childhood whereby a lollipop lay strewn on the floor. Sure, the lollipop had dirt, this is a town in Baja California back when asphalt was as new as triplay was way back when it was new as was asbetos was when it came along. An opportunity presented itself. Sure, it was dirty, but nothing a good licking would not rid.

I picked the bottle and thanked the gods for it.

.

I walk. That is what I do. So I do, and then the story begins. So I imagine.

;

There’s never a clue about behavior. Behavior just happens as a second does or a minute will or an hour does. They tick.

I downed the half of bottle of Irish brew. No, I did not limerick nor did I think of the St Patrick’s nor did I insult a North Irlander.

: I just drank and saw a field free of snakes.

Stalk¡

!Me sigues por doquier … requiero paz … insistes … hacerte presente … presentir

Como se puede amar tanto una imagen como la que representas

He el misterio cuyo nombre deletrea cada respiro, aire, que sale al enunciarte

Te¡ enuncio con mis recuerdos pero antes de recordarte, me haces tuyo

Sabrás de seguro lo que tú  me haces

y niun vello he ¿sentido de tí­ aún (¿cuántos pronombres tendrás?

porque existirás para hacer mi sangre vibrar

Eres un nombre que no puedo pronunciar

y el dí­a que lo hago cesaré¡

Te lo permito, que seas una tortura. Hazme tuyo. Es la conjuración …

……?……………………………………………………………………………………….que no quiero.

. ¿)

Los demonios del santo desierto

Esto de hacerse viejo a los 46 no deja para otra que confrontaciones con los demonios del ayer. Mis demonios siempre atacan, cuchillo en mano, de manera sutil y ahora les da por hacerme gritar en pleno dí­a, así­ parece complacerles más, verme gritar al mismo tiempo que extraen el cuchillo enterrado en mis recuerdos. Atacan en plena serenidad, despiertan a las memorias de su placido sueño con la punta del filo hasta hacerlos respirar a huevo mediante un grito puntiagudo, causando calambres, y que recrudece la existencia hasta retorcer el cuerpo entero.

Afilan sus cuchillos en los cuartos oscuros del subconsciente y dejan deslizar la hoja de la navaja por el tierno tejido del espí­ritu. Les gusta aguardar un momento de descuido, cuando uno menos piensa que están por venir. Cala profundamente milí­metro por milí­metro y saben extraer las manchas de las culpas. Derivan placer de ver la hoja del cuchillo llena del dulce tibio que sacan de mis evocaciones. Estos infiernos son parte del castigo por venir, por esos pecados que uno comete durante la vida. Aunque si la vida requiere de rectitud para no revivir los errores que se cometen durante el dí­a o los acumulados durante el curso de la noche,  de qué nos sirven los actos esos sino para hacernos sentir un dolor de un ayer que persiste en durar una eternidad. No es cuestión de arrepentirse, un acto que solo sirve para ahuyentar a los demonios un rato, ni saber perdonar, otro acto que solo nos hace olvidar nuestros males. Para qué posponer lo que vendrá si se puede disfrutar de ello ya.

Dejo que hagan de las suyas, eso es lo más apropiado. Mis demonios están sueltos, sé la hora y el lugar en que tendrán cita para hacerme ver mis errores. Eso no me hace un mejor humano, ni cristiano, porque no creo demasiado en esa religión. Sé que vendrán, es todo, la manera en que lo harán se me es desconocido, pero el dolor es el mismo. Aunque la melodí­a del grito cambia de vez en cuando. Yo acepto el trabajo de mis demonios, y hasta bien harí­a nombrarlos pero la muchedumbre de los animales infernales no merecen mi cariño. Les odio, porque mis demonios aparte de navajearme con locura a horas inesperadas también se dan a la labor de hacerme sentir lo que no soy. Me ponen ropas de otra persona cuyo propósito es destruir la entereza de mi existencia. Ese demonio sabe lo que hace y no descansa ni sabe dormir, lo veo todos los dí­as y sus compinches se esmeran en hacerme caer como un Aquileo. Carcomean la coraza de mi seguridad en quien soy. Nunca lo logran pero las batallas por hacer valer lo que soy son cruentas.

Hago consumir en carne viva lo que está por venir. Y a este le tengo aguardado los mismos cuchillos que el Cid tení­a para el Rey. Cachicuernos. No todos merecen la pena de un cachicuerno, después del todo, estos cuchillos requieren trabajo y esmero. Son cuchillos medievales. Estos en particular de asta de carnero, son de mis favoritos para casos especiales, para gente con pecados que pesan, casos que requieren adelantos antes del infierno eterno. Saben extraer gemidos y gritos que penetran la carne del sujeto. Cuando me asignaron el caso no podí­a creerlo, tení­a años sin sacar a los cachicuernos, can tal de decir que hasta los desempolvé de su caja. Ahora hasta los mangos calor agarran del uso diario que tienen. Reciben el molde del uso, por eso me gustan.

Cree conocerme, nunca habí­a sostenido este tipo de relación con un caso como este, sé que me mira cuando acecho y no hace nada por impedir mi trabajo, hacerlo sufrir. Ni le importa, como que acepta su castigo sin pena ni gloria. Las hojas de los cachicuernos le valen madre pero sé su flaqueza, a este le hago sufrir en su autoestima. Lo hago sentir mal de sí­ mismo, para eso basta mi sombra, cree ganar la batalla, eso es parte de la tortura, darle en la madre un poco, poco a poco y rozarle el asta del carnero por su autoestima. Son pensamientos vagos, cuyo propósito es hacerle sentirse sin valor. Ni cuenta se da cuando le planto la idea y solo se martiriza con pensares que germinan como un virus, en silencio, en hacerle desistir de hacer lo que deberí­a de hacer. Son deseos que te hacen creer mas cuyo propósito es hacer caer al portador en la creencia de la imposibilidad de hacer realidad el deseo, ellos mismos se dejan caer en la trampa y corree con suprema lentitud hasta desgastar y solo el moho evidencia la labor.

 

Echarte de menos

Uno se pregunta que tipos de juegos se pueden jugar así­. Tú me miras, yo te miro. Te miro, me miras. Te extraño cuando no te miro, y así­, no sé porqué. Se torna una cadena insoportable en los tobillos de los pies.*quemalaimagen*

Estas letras no alcanzan para describirte ni sentirte ni expresarte. Sin embargo, es lo único que tengo para aproximarme a tí­. Recordarte, forjar una imagen de lo que eres, de lo que no eres, la fantasí­a.

Eres ese viejo viaje Astral que hice una vez; ese enamoramiento que nunca volverá.

Así­ te llamas.

 

Misiva

No quiero saber si soy correspondido

No me importa porque tu impacto en mi lo he relegado a  un delirio mental. Porque eso es lo que eres, ni más ni menos. Solo así­ puedo matar la esperanza que me harí­as daños irreparables.

Eres poderosa, me causas tremendos conmovimientos incapaz de describir. Lo que me causa curiosidad es cómo es posible que una persona que llevo rechazando tanto tiempo pueda lograr asentamiento en las corrientes de mi consciente. Te llevo dentro de mi todo el tiempo, a qué se debe no sé.

Lo que sé es que por fin he podido acaudalar la suficiente fuerza como para no dejar que tu energí­a me causé dolor en las venas. ¿te he mencionado que ese es el dolor tan intenso tu sola presencia me hace sentir? Ahora puedo llamarte con mis deseos, pasar por tu lado, y pretender que no siento nada por tí­, que eres una persona más como las otras.

Quizá lo más difí­cil es aceptarte sin que me conmuevas, esa maestrí­a tardará.