’Voice’ is a hard subject. I feel I have no voice to which I can attach a determined form of writing. However, I do notice that my voice, when am writing, tends to be a melancholic one, a serious one and one that is reflective of what it is writing, As if the way I look at the past affects my writing. Rarely do I tend to write on the future. Perhaps I say I don’t have a voice because I exhaust my reading material by the time I reach to English. At any rate, voice is a fruitless job to think of at times. What is a voice anyways? When does one feel finished as a writer to be able to have a voice, does it mean that I lack one now? Does it mean that I must search a form of writing?

Curiously enough I’ve detected that one can become ’dried’ out if you will from inspiration. One is forced to go to the fountain of inspiration and fill ones chalice every now and then with other writers thoughts. Thoughts produce thoughts and now that I’ve been largely absent from literature I see a dearth of topics to write. On the other hand it has given me a great deal to think of my writing and how it works.

Relatos mexicanos posmodernos: Antologí­a de prosa ultracorta, hí­brida y lúdica (2001).

Acá en Suecia sólo me enterado de la Narrativa del Norte por medio de periódicos como el Reforma o magazines como Proceso. Mas un dí­a de me puse a revisar los catálogos de las bibliotecas suecas y que chin! doy con uno de sus autores, bueno, más bien dos, Daniel Sada y Crosthwaite. En primer lugar cuando le pedí­ ayuda a la bibliotecaria se le hizo raro que un autor mexicano tuviera un apellido como el de Crosthwaite. Tuve que darle lecciones de historia y geografí­a y explicarle el rollo ese de nuestra composición genética aparte que siempre confundia Baja California con California. En fin. Después de seis meses de disidia me lo trajerón desde Gotemburgo aquí­ a la universidad de Estocolmo.

Lo curioso es que me hizo reir más Carlos Monsiváis que los autores por lo que lo busque.

Relatos mexicanos posmodernos: Antologí­a de prosa ultracorta, hí­brida y lúdica (2001).

Ojo con la palabra ultracorta, lo es. Me encanto por los escritores defeños. Valiendo queso. Y yo que pasé tanto tiempo queriendo dar con él por causa de los autores norteños y ¿qué pasó? pues qué el albur de José Agustin fue mejor que la cortada de pelo de Crosthwaite. Y es que Agustin juega con el lenguaje que siempre ha caracterizado a los chilangos. Le dan un vuelco al lenguaje para atrapar al oyente en una trampa verbal con fines meramente burlescos para la risa del prácticante de la susodicha forma. En Tijuana también hay un inequí­voco juego verbal pero menos abstracto, allí­ se trata de chingar al escuchante en un juego sexual que deja al otro con la impresión de que a uno le gustan los hombres etc. Monsiváis por otro lado le da un giro a lo vulgar que deja al idioma casi culto. Aquí­ nos cuenta él como se le debe agarrar a una dama en pleno danzón, como es que se le debe acercarse a la mujer en un baile, y como calentarla al mismo tiempo sin caer en lo vulgar.

Como todo buen libro de una cultura patriarcal como la de nosotros de 23 relatos sólo hay dos voces femeninas. Como si la voz masculina fuese la mejor, 21 veces mejor. Los temas tratados por las mujeres en este tomo de menos de 133 páginas son de un ambito í­ntimo llenos de una suprema calidad, como el cuento del Detalle de Bárbara Jacobs y la muy linda historia de una mujer y la relación de esta con su familia escrita por Martha Cerda. Historias tí­picas de una sociedad católica pero que el sistema machista que cunde por los ambitos de las casas editoriales no quieren dejar escuchar. Lástima.


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parte del inmobilario

Me sorprende mucho cuando los suecos se dirigen hacia mi, y en sueco.

Cuando recién llegue a Suecia miraban en mi algo que les decí­a que yo no pertenecí­a a Suecia. Por lo usual les latí­a que yo no sabí­a sueco. Casi lo olfateaban de seguro, algo en mi manera de comportarme les gritaba lo foráneo en mi. Ya no. Me detienen por ahí­ a veces y me hablan en sueco. No sé que me miran ahora que les indica que soy parte del inmobiliario ya. Casi me viene disgustando eso a no ser que ya me acostumbre. Mas la verdad es que si extraño que no me hablen en inglés o español, como que por ahí­ perdí­ la quemadita esa de sol que tanto me distinguí­a como mexicano. Quién sabe ’on quedo.

También me ocurrió una vez algo similar pero con el español que me cargo. Nunca nadie me habí­a sacado que soy del Norte. Una vez, después de varios años sin toparme ni un nopal entre todo este congeladero que es Suecia me topé con uno por a’i. Me saco el acentito. Me dio orgullo pero a la misma vez nunca me habí­a fijao en eso. Qué curioso eso del habla y lo digo porque ahora estudio acentos regionales de los EEUU, me tocó uno de Pennsylvania. Las diferencias y las influencias geográficas e históricas si dejan marcado la manera en que habla uno. Haber que dí­a nos ponemos los mexicanos a trazar los acentos tí­picos de nuestro español y no es que no los haiga, se de seguro hay montonales de estudios al respecto cuya mi ignorancia no sabe, pero accesibles?

A ver qué dí­a doy con ellos ….

estruendos y terremotos

* Hay veces que una sola conversación te deja contento por un buen rato, como que cae bien el rollo. Aquí­ en Suecia casi no les da por hablar. Los inmigrantes cuando nos hablamos invariablemente terminamos hablando de lo malo que son los suecos para hablar o de sus maneras extrañas de comportarse. Casi nunca ocurren buenas conversaciones, raras, pocas y lejos de ocurrir con frecuencia. Se agradece cuando ocurre. *

Ayer estuve platicando con una morra de esas que me pagan por escucharme hablar inglés, my chicano-pocho inglés. Y me dijo que si no extrañaba mi tierra. Le dije que sólo hay dos cosas que extraño de ahí­.

Balazos y terremotos.

Los balazos porque forman tanto parte de nuestra cultura que ya son como moscas zumbando por doquier. Siempre hay historias de ello. Así­ que ha veces, se les echa de menos por aquí­ en Suecia. Y es que en Europa no hay mucha cultura de esa de armas. Pa’na.

Los terremotos porque me cuerpo esta magnetizado a la tierra Californiana. Hay veces que siento unas vibrillas medio raras y todo mi cuerpo se me enchina y me pongo alerta, la pura emoción es rica, me trae recuerdos. Aquí­ no ocurren terremotos. Suecia es un paí­s de rocas, los árboles crecen en piedras y cuando construyen, construyen arriba de piedras, así­ que cuando hay construcciones de casas o edificios siempre andan oyéndose estruendos de dinamita. Perforan hoyos dentro de la piedra y después le meten un cartucho de dinamita. Lo sé por que en la escuela de magistrados a la que pertenezco ( LHS ) estaba en pos de expansión y durante las clases nomás se escuchaba el bip-bip-bip de alarma y PUM! el estruendo de la fuerza de la dinamita estrují­a todo el edificio, el único sudoroso era yo, los demás nomás se tapaban los oí­dos.

Así­ es en Suecia.

I want to write something beautiful, I don’t know what but I hope that I’ll soon know. I believe I like writing because somehow I too want to depict scenes. The problem is that I don’t have much to say. However, I like words so much I spend a great deal of time reading them. I am in the habit of always picking them up everywhere I find them. I make lists of them if I find strange and odd words and the more I know about a particular word the more I become interested in it. I find my relationship with words a strange one because I often find them difficult to deal with only to comeback to them later. I also tend to forget them very easily and at times it bothers me when I can’t spell them. It causes me to wonder if am not developing Alzheimer’s or some sort of mental ailment. But in general my relationship with words tends to be friendly. I gather great joy out of them when using them as I write along and quietly detect how words link phonetically to each other.

Anoche me intoxique de a madres. Así­ que perdí­ buena parte de la mañana y aún no me compongo. Me siento aún así­ como medio pedo. Siendo pues buen chicano naturalmente me siento culpable de haber perdido medio dí­a teniendo tantas obligaciones de por frente. Yo creo que somos los únicos católicos del mundo que práctican el protestantismo activamente. Y es que nuestra frontera no sólo es un mundo de gabachos y mexicanos. Compartimos todo. Hasta las religiones. Lo peor de todo es que ellos son los que se nos imponen a nosotros los de Tijuana. Hasta en el jale. Las maquilas son un centro de readaptación cultural porque tenemos que sujetarnos a sus éticas de trabajo, ellos no se adaptan.

Me acuerdo muy bien cuando chambeaba por el pasaje Gómez, era vendedor y el peor dí­a eran dí­as como el Thanskgiving. El dí­a del turkey. Casi no caí­an gíüeros a comprar. Lo bueno es que después caí­a la parentela de National City con los famosos leftovers. Pumpkin pie. Según tengo entendido esta costumbre se esta extendiendo ya en Tijuas. Y ya hay gente respingando. Lo curioso es que por lo menos en Chula vista los estamos mexicanizando. Tengo gente aí­ y según el chisme se le llama ya Chula Juana.

A ver que dí­a vuelven esos dí­as aquellos cuando Tijuana y San Diego eran más unidos.

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I don’t know what is it about the Swedish nature that somehow always seems to seep in my writing. Language reflects the environment it is said. Presumably my writing betrays this influence. What is it that appeals to me so much in this essence I seem to want to depict so bad? I mean, do I want to capture it? Do I want to somehow to convey through words the stillness that I as a nature observer detect as I absorb it when I walk in its midst? I guess it is more like wanting to recreate this atmosphere which brings to me so much delight.

Judí­os en Tijuana

Hay cosas de las cuales yo jamás en mi vida me hubiere enterado a no ser por la internet.

Da la cusualidad que en uno de esos desesperados intentos por dar con algo en la internet me di color de algo: En Tijuana hay judí­os.

El que no quiera creermelo nada más haga click here

En mi afán curioso pronto di con los siguientes detalles:

En 1946 Se constituye la Unión Israelita Maguén David en Tijuana, Baja California.

Hay un Centro Social Israelita de Baja California Norte que es una Institución representativa de la comunidad judí­a de Tijuana.

Tijuana tiene 60 familias judí­as y hay por lo menos un estudio hecho sobre ellos por Elena Fiszman de Saad. Titulado: La comunidad judí­a de Tijuana: estabilidady cambio.

Si alguien por ahí­ sabe de un texto electrónico sobre ello pasenme el tip eh? please …

Yo sabí­a que en Tijuana habí­a Chinos, Japoneses, Turcos, los gabachos no cuentan, son neighbours … ¿Pero judí­os?

Válgame Dios …Las sorpresas que causa la internet. Y yo que me ufanaba de conocer Tijuana como la palma de mi mano.

moscas de primavera

Mi agudo sentido del oí­do detectó desde mi cómodo y rico petate un ruido fuera de lo normal. De primero me medio alarmó porque sonó un poco desesperante. Como que algo frotaba en pos de un objetivo en mente. ¿Qué será eso? Me dije entre mi mismo. El ruidillo no duró mucho así­ que pasó de largo hasta muy poco después cuando me di cuenta qué fue lo que causó el susodicho ruidaje.

Y es que ya están aquí­.

Quién sabe a donde van a meterse ellas y sus clase pero durante todo el invierno no se dejan ver. Mas ya hace un poco de calorcillo como para que a ellas sea lo suficiente para salirse de sus invernaderos. Y ellas a mi por consecuencia me sacan un vocabulario y unas emociones que reposaban en el invernadero de mi alma durante su ausencia.

Era una mosca.

Aleteaba desesperadamente por salirse. Estaba chonchita la cabrona, sabrá Dios de’on vino para venir a dar a mi dormitorio aquí­ en Estocolmo. Batallé en cacharla a la muy jija de la rechinchu, causándome un afán ya lejos y fuera de práctica. Pronto me saldrán de la boca cosas así­ como ’¡moscas latosas!’, de seguro hasta empezaré a alzar mis brazos en vano para ahuyentarlas y de seguro las corretearé, tanto así­ que hasta sed de venganza me sacarán.

Esa pinche mosca no duró mucho, la agarré con mi calcetí­n cuando descansaba de su aleteo infructuoso en el vidrio de la ventana, pero no la apachurre. Me la llevé al baño donde al aventarla con fuerza al agua del toilet se pegosteo en un gallo mañanero que habí­a escupido antes ahí­. Le bajé la palanca al flush.

De seguro vienen más por ahí­ porque mi enemigo a muerte, el mosquito, también saldrá a chingar pronto.

Esa es la primavera en Suecia.

The trees had been planted by some immigrants at the time Alaska belonged to Mother Russia. They were not native to this soil but adapted themselves very well, spreading far and wide across the valley and even proclaimed a natural reserve not so long ago. It now attracts tourists from afar as Siberia and a few dachas are built around its edges although government regulations have prohibited more be built.

Boris looked on this piece of land as if it were his. His ancestors were raised here and their ashes spread across the forest as was their last wish in this world. These mornings Boris woke up particularly early since a long awaited event was to take place at around these dates. Everyone waited for the right temperatures and weather conditions waking up expectantly in search of this long awaited act of nature. During a certain point in time during the early days of march the morning dew gave a delicate scent that locals were very well aware of and kept it a secret so that no brochure ever mentioned it. It was a time when the Atlantic dropped its water inland and the mild winds shook the top of the trees and the early spring warmth pressed the sticky pine oils from its bark. The drizzle made the soil dispel a natural smell that combined with the pine scents, a natural, rich in nature, odor enveloped the whole village for a period of two to three hours depending on the strenght of the sun.

It was during this season that one morning Boris caught eye of a woman. She sat in a position that resembled the Yoga position of Lotus, dressed in a white garb, and on his property. She seemed peaceful and her hair hung loose. Unsure wether to go there and start a conversation, Boris continued looking on until the lady got up. Aware that she was being observed, she turned her head towards Boris and waved from afar a salutatory greeting. Boris waved back but continued where he was as the lady went about her way.