1ra parte – Punto A

Aquí­ da el clima para todo. Hay un surplus de pensamientos ya.

Se escucha el chillido de las gaviotas. Hay comida. Los rí­os corren libremente, es primavera y hay fragmentos de hielo flotando con rumbo al Mar Báltico, en el riachuelo de mi pueblo, aquí­ en Suecia. A ver si alcanzan a llegar integros, de Stockholm with love. Miro los trozos de hielo alejarse, desde el camino que toma el Metro, algunos aún con huellas de algun calzado en ellos. Miro los rieles en el puente, abajo, el tráfico de vehí­culos, rush hour. La luz del dí­a, la vista panorámica de la ciudad y sus edificios barrocos de hace dos siglos secuestran mi alma.

El silencio, como la brisa que pintó la luz matutina, grisácea, donde el sol es albo y los cúmulos merodean sutilmente, sin prisa alguna, las calles empedradas, hacen que voltee la mirada: se mira que los turistas deambulan la city ya, apuntando con dirección al cielo, sus dedos se afanan en hacer ver, miro la alegrí­a en sus ojos, quizá el momento que tardó años en materializarse se ve por fin, toman fotos de los ornomentos de los edificios cuyas fachadas imponen a la vista y que hay por estos rumbos de Estocolmo por doquier.

Por lo regular los suecos son muy callados. Así­ que mirar al extranjero admirado de sus alrededores es un wake-up call. Tiempo de salir del invernadero. Hay visita. El inverno es duro, más este último. Miradas vagas, miradas en otros sitios, miradas que no buscan otras miradas. No hay palabras, sólo la música turca que invade los tí­mpanos desimprovistos de lo espontaneo. Es raro escuchar música a estas horas de la mañana. Mas raro es ver que alguien se haya animado a irrumpir el sopor de lo cotidiano. Lo normal, lo de aquí­. Es un hombre con un acordión, cubierto no de nieve, todos vemos, todos reconocemos el frí­o, pero no la pobreza. La pobreza se mira sucia en esta blancura que cubre nuestros horizontes. Toca una balada que recuerda a Constantinople, pide unas cuantas coronas. La gente lo ignora como trató de ignorar la música con las muecas de desaprobación. Ya estoy impuesto a las miradas de desaprobación, me llega el turco con lo que me parece un Fedora en la mano y una sonrisa suplicante, le suelto 5 coronas que caen en un sombrero verde cubierto de tizne urbano, le doy lo que traigo. Miro hacia afuera, la ventana es lo único recomfortante ante esta espera, de punto A a punto B.


Technorati Tags: , ,

2nda parte – Punto B

Enfrente de mi va una chica joven, algunos 23 años, rumbo al trabajo, me imagino, ¿qué más? son las 7am y es martes. Es entonces que me acuerdo de las piernas de Erika. Mi amiga más í­ntima, con ella no habí­a ningún secreto. Todo no lo sabiamos. Es ella la que mi mente busca en el reflejo de la ventana cuando lanzo mi mirada hacia el vací­o que la vista de la ventana del vagón me da cuando miro los edificios de Estocolmo y donde se ve reflejada la chica.

Nuunca la amé, nunca le busque hacer el amor ni tampoco me interesó saber más sobre el lunar que tení­a cerca del pezón en su seno izquierdo, su favorito, el cual, de por cierto, tení­a una historia larga, larga, que Erika la Roja, como le decí­a de cariño, me contaba cada vez que la mirada cambiarse de ropa en la botica en la que trabajaba. Sorpresivamente nunca me acusó de joto, ni mucho menos me reclamó que nunca le dijiera que tení­a un cuerpo como para hacerse varias masturbaciones en noches de soledad. Sabí­a muy bien qué tipo de mujeres me gustaban y además, sus amigas le vení­an con el chisme luego luego cada vez que sabí­an que me habí­a acostado con zutana o mangana. Así­ nos gustaba, tení­amos a todos en vilo y así­ ella sabí­a de mis andadas y yo las de ella.

Creí­an que andabamos juntos. Nunca desmentimos ni afirmamos nada. Nunca nos contabamos tampoco lo que haciamos con nuestras parejas, creo que concordabamos mucho en que el sexo era uno de los actos más overrated que pueda haber en el mundo como cuando me dijo aquella vez que perdió su virginidad y cuando concordé con ella cuando yo perdí­ la mia. Mas siempre me dejaba pensando cada vez que me me mencionaba ”y me quedé con él un rato” tras decirme que habí­a pasado la noche con tal y tal. Siempre me he sentido raro quedarme con alguien después del acto sexual y me voy tan pronto acabo. Nunca pude entender como es que ella sí­ lo podí­a hacer.

Creo que nuestra relación se debió mucho a que entre nosotros nuestros cuerpos descansaban de ese ajetreo de atracción sexual que hay entre mujer y hombre, de la carrera carnal de buscarse los buenos atributos entre sí­, buenas nalgas, buenas piernas, buenos looks, buenas chichis what not. Podí­amos ser quienes eramos sin miedo al tabú, ni las religiones ni nada, eramos, simple y sencillamente Erika y Giordano. Y pensar que todo empezó por las piernas.

Estabamos los dos tomando el sol en playas de Tijuana, cerca de Punta Bandera, por San Antonio de los Buenos, queriendo tostar mis piernas hasta que quedaran como las de ellas. Antes le habí­a mirado corriendo por las arenas mojadas unos minutos y noté sus piernas morenas, prietas, con unos vellos negros, lindos, me miró mirándola y puntualizó las mias, que gíüeras me dijo, deberí­as de acostarte a mi lado, así­ se pondrán como las mias me dijo. Le hice caso sin más ni menos y así­, crecimos juntos descubriéndonos poco a poco hasta que llegó nuestra adolescencia, nuestra adultez joven. Realmente nuestro amistad nunca sacó aflote a discusión el del por qué tanta la confianza. No fue hasta que mi interes por la literatura jáponesa, la cual llegó a mí­ como un correo retrasado, que me puse a pensar en mi sexual drive.

Yukio Mishima discute mucho este tipo de sentimiento carnal. El deseo sexual, como la molestia que viene siendo. El peor acto de satisfacción que tanto pide para que dure tan poco. Una vez se lo confesé. El sexo me da flojera, le dije una tarde en pleno mes de Semana Santa y hasta elegí­ el dí­a, Viernes Santo cuando se dice que Cristo sufrió las tentaciones del diablo, mientrás consumí­amos carne blanca. ”Es que no te has enamorado” contestó Erika la Roja. Me dio Erikitis, que es lo que me daba cada vez que Erika abrí­a una nueva lí­nea de conversación en nuestro repartorio de free parlance. Pero te equivocas, agregó, porque Mishima habla más de como la sociedad japonesa, tanto como la inglesa en ciertos respectos, a principios del siglo XX, y como obligababan a todos los hombres casarse y tener hijos aún siendo estos últimos homosexuales. Habla de tener sangre frí­a, de sacar venganza de viejas rencillas y conservar rencores hasta la muerte. El que sí­ demostró el tipo de amor al que te refieres es Kazuo Ishiguro, en su novela, Remains of the Day. Amor platónico, amor entre lo obligatorio y lo personal, amor al oficio.

Nuestras conversaciones duraban hasta meses sin interrupción alguna y bien podí­an pasar semanas sin vernos y todo parecí­a como si la conversación la hubiesemos dejado para pensar mejor las palabras que iban con el tema. Así­ caminabamos también, nos í­bamos caminando por todo el Boulevard Agua Caliente hasta llegar a la Lázaro Cárdenas, a veces sin decirnos ni una palabra por todo el camino, eso sí­, volteabamos al son de un reloj, juntos, cada vez que veí­amos la Plaza de Toros.

El Metro llegó a su destino y la voz del audí­fono me sacó de mis pensamientos. Hace 15 años que no sé de Erika, y mi corazón late rápido al pensar cuanto tiempo ha pasado desde que deje Tijuana para irme al extranjero. Erika, te dedico estos pensamientos a ti.


Technorati Tags: , ,

de comentarios anónimos

Así­ son los tiempos. Deberí­a de mandar el mensaje a los Archivos de la Ciudad de Tijuana. Me han cantado un tiro por medio de internet. Los subscritores al llamado canal de RSS de mi blog tienen la alternativa de dejarme mensajes allí­, fuera de la vista del público. Y de ahí­ provino el desafio. Válgame la santisima. Se ve que lo bruto no se quita por saber usar una computadora.

Que se me va arrancar en cuanto le caiga al terre y que no me voy a salvar de una putiza bien merecida.

í“rale.

Tengo rato que no me agarro a madrazos con alguien. De morro las putizas eran de a wiwi, de abuelita de Batman. Tengo dos cicatrices en la chompa, una me la dieron los de la Segunda Rockers, pinches morros me agarraron pí­ldoro, crudo y sentado en una vieja pizzeria allá por la Tercera, esos mismos putos también me dejaron otra cicatriz, en la quijada. Nunca fui bueno para los madrazos pero tampoco me rajaba, les decí­a, te voy a plantar un sólo madrazo pero te lo voy a dejar bien plantado. Eso solí­a escamar a los morros, por lo regular mis broncas terminaban en broncas mayores ya que al no ofrecer buen espectaculo, los morros más felones de mi barrio se calentaban y empezaban agarrar a madrazos a los del otro barrio. Así­ desafanaba limpio pues por hacerle el paro a mis compas me libraba de la bronca personal. Aquellos eran los tiempos.

Pero no pinches mames, ¿cantarme un pinche tiro por el Rafadro? ¿Qué mamadas son esas? Eso es como si el Heriberto Yepéz le cantara un tiro al gíüero del Eterno Retorno por el PGBeas. Y luego por internet.

Recibí­ otros comentarios más afables, sin embargo. Unos me decí­an que si apreciaba tanto a la ciudad de Tijuana cómo es que critico la labor del Rafadro siendo que promueve lo tijuanense como ningún otro lo hace. Que el Rafadro apoya a las bandas locales y les da su 15 minutes y eso es bueno para la ciudad ¿no?

Creo que estos están como la Casa Blanca de Washington por estos dí­as, se dicen defensores de la libertad mientrás dí­a con dí­a suprimen la misma libertad que dicen están salvaguardando para la ciudadní­a. Right. Además mi blog si alcanza si a lo mucho 5 lectores, y digamos lectores que se queman el contenido del post entero, esos no sobrepasan los 5 a lo mucho y eso es darme í­nfulas de escritor. Así­ que no sé de donde sacan los grandes mellos que dicen le hago al Ego del Rafadro. Si a lo mucho el Rafa abre esta madre una vez al año y se rie de lo que escribo, pobre escritor malpagado ha de murmurar entre sus dientes, o como me dice el Chango100, mantenido, cuarentón, que de paso alego que no los cumplo aún, si le cuelgan algo así­ como 4 years para ello.

Vaya, me cae que esto da risa, quisiera tener el ejercito de admiradores del Rafadro pero si son así­ de incultos, válgame, ora si que hasta yo sólo los agarro a punta de vergazos en cuanto los wache, y no por el Rafadro sino por mamertas y lambiscones, nada más para que se alivianen los gíüeyes, después que me den las gracias.


Technorati Tags: , ,

radiante press y su middleman & otros malestares de la Cultura en México

– Are you gonna keep writing in English? I really like what you write in english but I confess that I miss the perspectives on language that you offer the reader at large when you write in Spanish.

Así­ me llegó el comentario por correo normal, o sea, con estampilla cancelada, con precio en euros, oriunda de Andalucia, España. Gracias. Los posts que escribí­ en inglés son viejos. Lo hice porque estaba aburrido y de vez en cuando hay que alejarse de la lengua madre para apreciar lo que uno tiene.

Por eso a los bilingíües no nos entienden, podemos hacer con el lenguaje lo que queremos, una opción que los monolingíües no pueden ni se atreven a disfrutar. Lejos quedan ya los humanos que toman la letra como un proyecto para la vida. Antes habí­a seres humanos que se dedicaban a las letras así­ fuera a costa del confort que la vida cotidiana ofrece. Hoy no existen tales. Hay mucha pereza.

Y es que las letras son exigentes. Labores tales como el que se aventó Martin Luther, traducir la biblia al Alemán, son hoy no ya raros sino unheard of, la excepción. Hay que tener mucho amor al labor de la comunicación de ideas. La transmición de estas últimas ví­a la palabra escrita para el bien de la humanidad.

La palabra intelectual es una concepción moderna, [modern concoction] del siglo XIX y por demás, francesa. Los intelectuales que hay que admirar no son de la talla de Octavio Paz, ni de la talla de Modernistas como Virgina Woolf. Ni siquiera Rimbaud ni académicos como el español Unamuno. Bullshit. Pinche bola de sissies que se suicidan o que vivieron la vida loca bajo el extasis del absynth antes del fenómeno de hoy llamado blogstar.

Como no podemos decir que un Oscar Wilde o un Romanticista í  la Lord Byron [aunque confesamos que ese último es más un idealista que romanticista] la verdad es que desde el siglo de 1800 la clase intelectual ha vivido una decadencia anti-cristiana inconcebible para un Giordano Bruno, para un René Descartes que murió al servicio de la reina Kristina de Suecia o un Desiderius Erasmus Roterodamus.

Hoy no.

Not in my name

Por eso comprendo en su totalidad al Charkito. Que la fama le llegue a un middleman is not too much pero sí­ el colmo.

No por echarle mala vibra al Rafadro pero venga, Tijuana is above Rafadro y Tijuana no es Rafadro. Ni Yepéz. Ni Campbell.

Aunque tampoco negamos que el Rafadro le hace justicia al leif motiv tijuanense de ser el middleman de dos culturas o más.

Y es que Radiante Press no es lo que prometió ser. En la compu tengo todos los Radiantes .pdf que quieras y te puntualizo punto por punto lo que es defecto en lo que se dice y lo bueno que no se hace.

Ahora….

El Rafa es un comunicólogo que tiene quién le defienda por toda la red tijuanense. Dirán mis detractores, pues tú ni vives en Tijuana. No necesito vivir en Tijuana para ser tijuanense, por la gracia de Dios lo soy de nacimiento.

Lo que pasa es que, como dicen los gabachos, el camino al infierno está pavimentado con buenas intenciones. Y Rafadro quiere vender una Tijuana que simplemente no es. Tijuana no es la middleclass que nos quiere hacer creer existe. Rafadro es middleclass y no es que eso sea malo pero tampoco es bueno. La mayorí­a de sus homies tienen lana y no sufren lo que la mayorí­a pobre vive.

Es por eso que los caminos a su revista han abierto brechas por todos lados. Son gente con palancas. Mami y papi paga, ¿ves? Y en una frontera como lo es Tijuana la comunicación y el mensaje lo es todo, efí­mero, pero lo es, se aplican las leyes comerciales de los EEUU. La gente habla bonito de un producto que no tiene mérito y se compra, en este caso, se transmite, like hotcakes on a cold sunday afternoon.

Hay miles de sociedades en el mundo que han dejado que la clase media hable por ellas. Tijuana is not one of them. Aquí­ hay trabajo por hacer aún y no está hecho by a long shot. No importa how nice la gente de Rafadro te lo pinte. Mientrás haiga diablitos por los cables no habrá innocent baby faces como la de Rafadro diciéndonos how great Tijuana is.

**

Y es que una sociedad, como la es la Cultura mexicana, está en manos de los few. Y así­ ha sido desde el fraude que es la Revolución Mexicana. Aunque debemos de reconocer el genio de aquel que ingenió monopolizar la Cultura en México.

Aunque así­ no lo vean, la Cultura en México está monopolizada y por demás fragmentada. Está tan monopolizada que ni el capitalismo le hace mello.

Es por eso que el Rafadro se la pasa anunciando becas here and there cada trimestre o algo así­. El Rafadro es parte de ese sí­stema que anunciando Avant Gard, Rebeldí­a con copyright, sólo sirve, no para promover cambios, sino para sacar a flote los pensamientos alternos y así­ poder identificarlos y neutralizarlos al instante. Darles importancia, que los autores mismos buscan, y callar, con las más mí­nimas voces que se puedan, para que nadie escuche sus mensajes. Clásica victima de este método es Heriberto Yepéz. Han visto como el Yepéz always comes back to Rafadro? Y así­ se las gastan.

La gente es tan pobre que hasta los artistas son muertos de hambre. Raro es el artista plástico que llega por sí­ sólo a la cumbre de la grandeza mexicana sin primero tener que cruzar el sol abrazador de las egos de los izquierdistas que controlan la Cultura en México como en el CONACULTA. Primero hay que besar culos left and right para poder llegar a la cima del capitalismo. Alfaguara what not, para poder disfrutar de los alabos del Quinto poder como lo es La Jornada.

Es, francamente, un escandalo, en un paí­s de millones que un libro de buena calidad no alcanze un tiraje más allá de los 3 mil. ¿Qué dice eso de nosotros los mexicanos amén de nosotros los tijuanenses?

La respuesta a esta pregunta quizá la tiene Sor Juana pero ella, prefiere quedar callada y no interpretar números, su labor es otro. Beguina, el claustro is breached darling. Habla de Tijuana, no de tu miedo por la Big City.


Technorati Tags: , ,

Loss and fondness

The bright light that I saw when you were born, as I felt overwhelmed with love and tears rolled down my cheeks, I realized one thing: life.

Through the legends and the words of my land: I felt their hate.

I became aware of them, of those other lands, of the injustice inflected upon us.

Through their love of beauty I aspired to reach their goals.

One fate-full day I left running, leaving all that behind, and a family sick worried about me.

I went to those foreign lands that our narrators of yore tell about in our mother tongue.

I saw those places, now long traversed; now being traversed.

Little by little, as I saw and lived amongst those people my folk and kindred so ill spoke of, I began to see their dreams along the dreams of the land of my birth.

In the along, I questioned my origins and the very voices that gave me an identity. I wondered outloud whether I was who my people said I was. (Was my mind freed?)

For every sojourn I undertook: left behind was the time I spent there; in return my luggage was heavy with memories, of theirs, remembering how for a while I was one of them.

People too, wondered, whence cometh I, so many times, that I lost myself and began seeing me as much as they did.

(To the contrary) In an effort to recuperate a sense of being I became more like my ancestors: I lived like I thought they lived just to exercise how they were; how I used to be; how I am.

(Nowadays, it seems at times):

All I have left is my one and only remaning value anyone can associate itself with me: life.

Yet not too many do …


Technorati Tags: ,

letters that bring the present yore to-day

– Pops, we got mail from Oso, didn’t know you had a fan of that sort.
– M’ijo, Oso is a fine, fine acquaintance of sorts. We were once to get together in San Diego, back in 2004 but I was on memory lane and far from the highwire communication lines. Little too late did I found out he wanted us to get together. So yeah, what does he say?
– Quién sabe pops, Geronimo opened the letter because it dispelled old memories. He fired his 30-30 carabina in the air not out of rage but of respect for his elders, or that is how I interpreted it anyways.
– A jí­jos! Pinche Geronimo, since when does he have permission to open letters aquí­ en las offices? I told you to get rid of him.

Geronimo sideglanced and placed his finger on the trigger.

– Geronimo, pops, you guys need to get a long. Besides, it was a sad reminder, maybe Geronimo lived something of it.
– Bueno pues, what was it about?
– It’s about when migras, rangers, used gases to cleanse mexicans as they crossed over to the US because mexicans not only looked dirty but smelled ugly too or so the gíüero thought back then.
– Oh yeah, no wonder Geronimo blew a casket. Sad episode. Gíüeros will talk about how race doesn’t matter but their actions are all about race. Get me that mezcal bottle m’ijo.
– I thought you only drank out of that bottle for special reasons.
– This is a special reason, am gonna drink it allwith Geronimo. His people have lost many soldiers due to chemicals. His ancestral land nuked and his people let to die in strange lands. For once am ready to join him in peace and quiet. All I wanna do is look far and deep into the horizon, just as he does, you know?
– Yeah, I know, I always wonder why he does that.
– He does it because he mourns son, he mourns.
– Pops, he’s dead.
– So what? Rest in Peace is a gíüero concoction. Did your abuelita ever rest at night when you went out to party? No m’ijo, one doesn’t stop worrying about ones own gente. Never.

Frijoles de la Olla

He does it. But he does it because he misses the very things which he is far from. I’ve always argued that there isn’t a most fervent nationalist than he or she who is an ex-pat. So he sits there in the kitchen and makes food that he used to eat at home.

It’s incredible, he says, slurping and whiffing the warm Frijoles de la Olla, stewed beans, how these smells bring a comfort to this solace. At times it seems that I eat them only because I want home again. I don’t know what he did most, smell or eat. Qué ricos! he said, looking satisfied.

I told to him that it was a lachrymose orgasm. The onion certainly helped along the way. Turning around, looking straight at my eyes, he said could be, as he sprinkled a little parmesan cheese on the red barro bowl where he ate, but its my only gate to the past. The thing is that he does it so often, remembers.

And its frecuency increases by the passing of the years.

First it was the hot chile peppers, jalapeños we accidently came across to when we were on our way to church. We bought them because he needed to prove that he was mexican or some concoction of sorts along those lines. Then fashion, the new chic cuisine, brought ancient maize tortillas to this unholy part of the Roman Empire. Globalization stepped in. So know he buys those pinto beans from an arab store on the other side of town. Our local grocer doesn’t even know what pinto is except to quip that it has something to do with a car. He cooks them for hours, already from a day before and engages in those memory rituals. He sits there y los expulga, like he says, that is, he goes through them one by one. He only keeps the nice ones and throws out the imperfect ones or dirty ones. A process, he said, that he saw his mother do. Mother would sit there, he told me one day, rinsing and cleansing out the beans for hours right before we went to bed. Frijoles de la Olla. Nothing like them. Nothing like him.

Like and Aztec priest, sacrificing the present for the glory of the Gods of the past.


Technorati Tags: , ,

En el otro lado: un snippet cotidiano

Dear Diary:

May 4, 2004

I went to the beach in Tijuana. It was crowded on sunday, it was sizziling hot. So yeah, there are we, strolling, me and my friend. So I tell him, let us go to the fence. It was corroded, the sea salt did it and the stupid army surplus material which was used to build the fence up is rapidly deteriotating. Nature making sure the gringos get it: nothing last forever. There were some kids on the other side of the beach. The so called, Otro Lado. The migra came to them because they were having conversations with mexicans on this side of the border. They asked for identifications and those were provided.

But suddenly one of the migras asked if we had not seen the paletero.

The migra wanted a mexican ice cream and the little crowd that formed to see the agents do their job, with jeers and boos tried to be friends. The paletero came and he bought an ice cream. I could not resist asking if he did not have pesos on him. I do not need to, he said. Why not? I answered back. We carry dollars with us, right?

So I was there, giving the agent a hard time. Those poor souls in those green uniforms, bullet proof vest and a million other safety precautions under Californian heat, seeking out a threat/treat among us. This is Aztlan I told him, as I pointed to the both sides of the land with my finger, separated by a corroded fence. He craving for an ice cream and I craving for an anger to be let loose. It was after all, safe therapy.


Technorati Tags: , ,

Prologue

– Run!
– What’s that noise?
– It’s the chopper, órale! Run!
– Hide by those bushes.
– I can’t, their too low, and there isn’t much to hide in.
– Chale homes! You got the castlight on you…
– What? I can’t hear you? What did you say? It’s too bright!
– Damn, here comes the migra now… fuck! just lie low…

The barren soil didn’t have much of anything on it. It’s famous for its arid terrain and the refusal of the US government to allow any building to be built there. For years the only thing in sight from this side of the border was what seemed to be a car lot. As the years went by my imagination concocted more serious and credible theories. Drugsmugglers came in handy to depict that parking space, maybe even crooked INS agents dealing in smuggled and stolen cars, who knows.

Between the thin wire netting, no-man’s land, were littered sniff-glue bags, broken bottles and rags strewn about covered with hundreds of cigarrette butts. The soil is dry, and the wire that separates the countries was full of holes; the marines set up other measures now. Tortilla curtain was the response from indignant neighbours. I was born less than a kilometer from this other country, Tijuana.

– State your citizenship
– American, (whispers: ese)

Our eyes met. Usually they looked at you from the very depths of their eyes to see whether you lied. Sniff, sniff seemed more like it. Bean sweat, not hamburger or saurkraut, or coleslaw. Anything smelling near like maize was suspicious.

– American Citizen.

His hand waved me away not seeing another citizen such as he, but rather more like a nuisance. Laws must be abided: an undesired though with rights. I slid across, like always, my Xicano, Virgen de la Guadalupe looks helped me over. Go ahead, said the Hindu migra; pásale, was what I heard. The badge on his shirt carried his name. I laid my eyes on it, to see if he was raza, my lips uttered some words:

– American Citizen.

I took a leak, like everytime, my confident act, marking territory what not; the luggage detector passed countless pieces of bagage. I veered off and left my mark in those prison like toilets, metal urinators and metal toilet seats. They seemed like nice bathrooms, clean. I took a drink of water, something you can’t do in México’s government buildings. That’s where the real differences between the two countries start. Free water. Agua potable. The hospitality greets you even when they’re assholes. It takes me back. One of the things I remember from my childhood in San Francisco is the act of drinking water out of a hose. I drank it because I knew it was possible. I stood a sec or two on the door before I stepped out of the building. I never look back. I smiled, the red San Diego Trolley pulled in. It’s a wonderful view, like coming home. I walked forward but voices could still be heard from where I was: state your citizenship; what was the purpose of your visit to Mexico?; Are these papers for real? I walked towards Mickey D’s as the voices drowned in the background

I always wondered why was it that the INS allowed, for what my suspicious eyes detected as criminals, to thrive so near the border, la lí­nea, right next to them. I spotted them right away, you knew those people weren’t people to mess with. There they were, pulling in people right smack in the middle of their faces to board buses towards Los Angeles or selling fake papers with the right connection. I mean I even sold papers there my self! I’m sure that doesn’t happen anymore, but that’s how it was, right next to them, those light green colored vehicles couldn’t figure out what those thicked mustached people were talking about or doing standing there all day and yet dress so nicely, so mexican. Stereotypes and what people want see, that’s what made it possible, preconcieved notions of what other races are like. Off course the INS was a federal institution but come on! Couldn’t they at least observe a little what was going on right there? So I grew suspicious with time, you know, the lonely citizen that watches its surroundings but is powerless to do anything about it? That’s me, not that I would rat on my own brethen mind you.

I never payed to travel on the Trolley. It used to be that one would declare itself illegal rather than pay those hefty fines and best yet, back then the gringos bought one’s name no questions asked, so many files on illegal immigrants in the archives of the old INS bear names like Pedro Infante, Vicente Fernandez, José Alfredo Jí­menez, Chapulin Colorado, Lola Beltrán, Juana Inez de la Cruz or Paquita del Barrio, you never knew what the raza might come up with to avoid giving in one’s real name. So I travelled for free, whilst I wondered whether I should stop and visit my Aunt who lived on 8th and National or whether one should by a refeer in Chula Vista, mostly though one would rather go to San Diego’s porn shops. Though Tijuana is a sin city it has very little or not at all porn shops, off course why visit those shops when you can be part of a real live sex scene? It made sense for some, though for the likes of me, sex went beyond the flesh and fornication of the open prostitution markets of Tijuana’s Coahuila sector. I wanted to see naked gíüeras and best of all, those fancy underwears that look so delicious and tempting, lingerie.

I hopped on the Trolley and past the Jack in the Box I saw familiar faces, some polleros from my barrio in Tijuana. They saw me too and told me to turn around. I didn’t. San Diego is another country another way of being. I could ignore them there. Besides, walking the long streets of San Diego is more tempting than hearing the polleros isn’t it wonderful to be here? stories. The Trolley was cool and a slight breeze caressed my face, I closed my eyelids an let the ride begin.


Technorati Tags: , ,

h

I pray I find you in good spirits. The Jews and christians call you God, the bhuddists call you Bhudda and the Muslims refer to you as Allah.

So I address you.

I, on the other hand, am but a mere soul. Since childhood I have learnt the way of the loner. I am a lone sentient. I wish not to offend and seek only dialogue with thee.