Valores

Al ver al nuevo vecino
tirar basura en el lugar equivocado
mi instinto es
corregirle

Al ver al nuevo vecino
andar en bicicleta
en el paso del ambulante
mi instinto es
corregirle

Al ver al nuevo vecino
llegar tarde
mi instinto es
corregirle

Quién me viese
tan europeo
escandinavo

demandando
derechos
y equis
para quién sabe quién

A el

anochecer
que cae
como ladrón

sin notar
sus paso
o el sigilo

que cruza.

Time is the fire in which we burn*

The spirits burn my belly
remordimientos infernales
som aldrig slutar skrika
remontándome al pasado
atormentan el alma
Anima Sola
bogged down
slentrian
som aldrig tar slut
the nails dig deep in the walls
which surround this mental crap
from whence a door
revolves, spins
Alas! Mobil Avenue
WTF? Spins round & round in my head
Make it stop reels
tills det lugnar ner sig
y la calma retorna
though the storm approaches
ty det í¤r jag som ví¥llar det
My guts who stir the longing
for the damned spirits!
Elden som sveder min sjí¤l
is just minutes away

 

*http://www.poetryfoundation.org/poem/171344

Los miedos del hoy por hoy

Lo malo de las temperaturas en latitud 57.65 cuando hace calor y está nublado es que siempre se siente sofocado, y más a las hora de estar a punto de acabar las labores del dí­a. No sé, como que las ansiedades repuntan a climax inimaginable y los malditos nervios quieren  hacer trizas la poca paciencia que le queda a uno. En fin, es la semana 35 del año y quién sabe qué onda a estas horas o estos dí­as. Es lo malo de hacerse viejo pues, si alguna maldad en ello, como que poco a poco los sueños se extinguen y con ello las metas, esta uno a la suerte del destino y si hay un poco de viento que le de alegrí­a a la vida, jode, ya se siente uno de nuevo como parte del sistema. La flama se apaga y ni qué hacerle. Yo le hecho la culpa al pueblo, el lugar en que vivo, aquí­ no pasa nada, o no me deja pasar que me pase algo. Por eso el sofocamiento del calor se hace más intenso. Creo que acentuó la situación aún más porque ahora estoy compartiendo oficina con nuevos colegas a los cuales conozco poco y como los suecos no son de esos de agarrarles cura tan fácilmente, pues eso, barreras, barreras y más barreras.

Como deciamos, aquí­ no pasa y  puro camello, preparar las clases, robarle unas sonrisas a los estudiantes que son los que nutren la existencia con su jovialidad y joder o insistir en los mismos sueños de antes, pretender, como dirí­a Crosthwaite con el tí­tulo de novela, el gran pretender, porque a eso se resume gran parte de mi vida, ser un gran pretender que se la pasa alimentando sueños que no logran crecer de su cascarón. A qué se debe, como tanto otro misterio en mi vida, no sé, no sé porque insisto en pretender que los sueños mios se lograrán o se llevaran a cabo durante el paso de los dí­as, las semanas, los meses, los años. Que insistencia tan inútil cuando estoy tan presto a que el viento del destino ya haga lo que quiera con vida. Me he resuelto a dejarlo todo en sus manos y eso de O captain my captain no aplica en tierra de indios.

De hecho tuve una conversación sencilla con una de las chicas de por aquí­ que dijo, con mucha veracidad, que uno se hace más flojo por cada año que pasa. He tenido la tentación de tomar pí­ldoras para poder ver si logro encender la mecha de la flama aquella que me llevaba a gritarle a todo el mundo sus atrocidades. Y es que me cala un poco que no explaye mi opinión sobre los acontenceres que ocurren en el mundo hoy en dí­a, porque está del cocoy. Hay mucho desmadre y tal parece que el mundo está por explotar. O serán las noticias, quién sabe. El caso es que uno ve las noticias y dice, jode, pobre gente, o que puto desmadre, o que poca madre. Como anoche en que la oscuridad en verdad no daba otra que para pintar el mundo más que con negro oscuro, de un color muy profundo, así­ como que los cuatro jinetes están en puerta.

Y se levanta uno y hay que dar gracias porque no fue así­, aunque la realidad pinte otra cosa. Y es que en la escuela en que enseño hay mucho estudiante que no es sueco, clases en las que antes solo habí­a niños que nacieron el mismo año ahora están compuestas de chicos de 15, 17 o 19. La nueva realidad, y como en Suecia creen mucho en los niños, habrá que hacerle el ojo gordo a la situación, laborar con mucha profesión y sacar adelante al individuo en cuestión para que pueda lograr estudios superiores.

Me refiero pues, a todos esos niños que la suerte del destino arroja ante la puerta de la gran nación que es Suecia. Acá se considera a niños a los jóvenes hasta la edad de 18. Y así­, se ven gente del áfrica del norte, de Somalia, de Siria. Tomando clases de inglés o español como cualquier otro niño sueco lo harí­a, en mis clases. Y es ahí­ donde se ve el mundo que ocurre afuera, en el aula, de un paí­s del primer mundo.

 

ráfagas

I used to like it when light

Announced changes

It used to be so

Air now

Does that

Sudden bursts

Pre-tell

The coming season

As if fluttering tree leaves

In summer or spring

Fluttered differently than

Fall or winter

.

It used to be so

Here in E

There in A

I wasn’t thinking

you know me

pruning a tree

getting rid of dead bracnhes

from a wim

the lady passed by with her poodle ahead

”va duktig du í¤r Julio” she said

that is, in protestant speak, doing well Ese.

Thank you I said.

Am just taking dead branches away I muttered or said or bespoke whatnot.

Not the one to take praise willingly

The lady said it was good I did so because then the tree would fare better

How so I answered

because then the fresher branshes could spand freely.

Little did I know that inbetween the nugget a truth was told

She had cancer in her arm.

wanton excise

I’m wont to excise

burden from thee

spare thee my godawful narrative

yet fond I’m myself of relishing more often than not

of doing just that – here’s thine dagger – thy pet

thus

this ungodlike nature

sinks thee & I

thrusting

words of despair

who dine

everyday

like a feast

& us biting a forbidden apple

congoja silvestre

En esta latitud sueca 57° 39’ 10” N hubo ventarrones hace unos dí­as

En el recién cortado césped por Gisle, mi vecino noruego, yací­a un nido

que mudó lugar a fuerza del aquilón

ayer

Hoy yace aún ahí­

y los polluelos láridos

ahora grandes

husmean el nido

uno hasta se acomoda en él, permanece ahí­ un rato, entre las ramitas

y los otros ven, cae el sol, el viento sopla y las nubes cruzan por el cielo

Yo miro el show, la tele y tomo vino

y recuerdo a mi familia una vez más.

 

Chiaroscuro

Habí­a demasiada luz a esas horas de la noche.

Las sombras eran irreales. Casi cómicas. Se alargaban, se achicaban.

Desaparecí­an. Un juego incomprensible. Hasta que me detuve. Irradabia luz eléctrica sobre mi.

Un farol urbano que esconde todo.

El amigo del enemigo es asfalto que consume el hertz, neutron, electron, ohms y la humanidad que cree en alotropí­as.
Yo escupí­.

A las quién sabe cuál. Pero eran más de la una.

Y deje la saliva ser lo que fue sin juzgar a dónde irí­a. [Y de la nada un recuerdo hizo voz:]
No escupas en tierra porque el viento se lo lleva.

Y no lo hice. El dí­a soleado, agarrado de la mano de mi abuela. La tierra polvorosa de Tijuana. La calle segunda y Negrete. 1972.

Pero el terror de la tierra burbujear con mi saliva, de eso

ni quien me salve.