Hay días más importantes que otros.
Hoy es un día de esos. Días en que uno se percata de multitudes de cosas y de lo efímero que las cosas son. Se percata uno de la insignificancia que la existencia brinda y que al final todo queda en un símbolo cuya interpretación queda fuera de nuestro alcance. El más allá tiene una puerta que no permite retorno alguno. Así que los que quedamos en este mundo manipulamos los restos de nuestros antepasados y nos imaginamos una verdad imposible de comprobar o verificar. El pasado, notamos hoy, esta sujeto a negociación.
No que eso sea de gran envergadura en sí. Solo notamos que el destino aka el futuro, también está sujeto a negociación. Esta era debería ser de la del Hoy. Hoy decimos no a nuestros sentimientos, a esas voces que nos alientan a seguir ciertos caminos, hoy, decimos: yo mando.
Yo mando. Así de simple. O Captain, my Captain!