Nunca le dije: eres manantial de la juventud porque me inspiras
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Y le deslicé
Un suspiro sin que se diere cuenta:
por las rendijas del descuido
la mirada extraviada
la vuelta de cabeza.
Llené los pulmones y solté la emoción
por mis orificios – los ojos, los bajé, temí viere el radiar de mis ojos.
Me gustaría contarle, pensé, lo que sería una mañana llena de brisa
dejar el tiempo pasar a su lado.
Eso corrió por mi mente
con esa alma
de la que me enamoré.
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