Jajaja, I’m hiding, hide and seek. Dr Jekyll and Mr x. Me escondo, juego a las escondiditas.
Huir es una labor de todos los días, huyo. He huido, huyo aún. Huiré. Ando juido.
Esconderse es un arte. A diario escondo cosas que nunca sabrá si podré dar con ellas otra vez.
En mi niñez me dio por esconder un tesoro de cosas del presente para dar con ellas – claro x marks the spot – en el futuro. Hasta la fecha solo los fantasmas del hecho, de la intención, del bien de querer dar con ellas, me haunt me. Siempre me ha gustado enterrar el presente. En inglés, ese idioma bastardo que me cargo como una mula carga dioquis extra weight, se le conocen con ese puto romanticismo anglo de time capsules. Oh, I went and did it y que ese? are you gonna accuse me of pochismo por a child fantasy?
Hubiere enterrado mi sexualidad tambien a no ser que ese instincto sale de cada hoyo que le entierro.
Huimos. El juego de las escondiditas es como el juego de los becerros que quieren ser reyes del monte. A no ser que lo nuestro es todo un fracaso. Nunca sabemos que hacer cuando no nos hayan. Quedamos en ese olvido. De las reglas que existen al jugar las escondiditas la única no escrita es aquella que dicta de no ser encontrado invita un mundo al cual no estamos preparados: el espejo de la soledad.
No hay peor miedo que hallarse solo a escondidas, escuchar las risas de los otros y la frustración que acompañan esos jolgorios de resignación- heme aquí grita uno en el supremo silencio de la gloria.
Y huyeron las intenciones mías: con el presente.
It is then que el principio begins.
I stand in wait – A stand in wait – waitstand – wasteland.
My thoughts rush. Y recuerdo: my favorite drink has always been Orange Crush, curvy.
Lo malo es que pierdo compa, dos – tres idiomas – que no se hayan.