He escuchado varios audios. Entre ellos el del Jorge Luis Borges. Aquí el link para aquellos que quieran torturar su cerebro para las ínfulas del ego. Hace unos años atrás leí 20 Poemas de Amor y Una Canción Desesperada de él [corrección, el autor es Pablo Neruda] y no recuerdo nada de ello más allá de haberlo leído porque un curso en la universidad de Estocolmo así lo pedía, un libro canonizado, que a estas alturas, es casi maldición caer en esos alambres de púas. Decidí tomarme la molestia de bajarlo para ver cuál es tanto el argíüende en que mis paisanos se regodean cada vez que sus labios prietos sueltan su nombre como si uno soltará los espíritus del bienestar para la humanidad así como Pandora soltó el mal para Uno. Uta mano, qué desperdicio de tiempo, como la buen Logovo dice: habrá que lavarme los oídos tras haber escuchado el alarde de unos cuantos a los cuales bien hubiere nunca haber escuchado los lores que le tiran al Gaucho del reino del Argen. No valió la pena.
Y es que Borges pertenece a esa lacra de la humanidad hispana que le da por realzar lo hispano a costa de Uno. Es el príncipe de vuestra merced, o sea, para Borges, lo que vale es la cultura gacha del perro asesino que rinde tributos a la corona española, siervo fiel pues del pronombre en tercera persona y nunca amigo del tuismo.
En la poesía de Borges no hay campo para el tú.
La distancia entre los unos y los otros es latente. Por lo menos en este CD. Y no es que no tenga méritos el poema o los poemas que ahí se dictan, por el amor de Dios, méritos hay para mucho pero lo chocante es esa insistencia por conservar la separación de la gente entre gente de razón y gente bruta, de existir hoy Borges no pudiere aguantar el tuismo que cunde por toda la galaxia cibernética. En este caos no existe respeto para viejos chochos que se dejan llevar por sus propias ínfulas de grandeza. No, aquí, en esta galaxia, nada está expuesto a la soledad, como quizá algún día lo estuvo B.