El viento regresa
fresco y renovado
a limpiar lo que no se llevó durante el otoño
y que el inverno guardó
como las cobijas de las orugas
algunas cuyo destino es el brusco
e obsessivo rastrillo
revuelan por el aire
anunciando falsas mariposas
marrones y marchitas
crujientes y ruidosas por el asfalto negro
de la civilización.
La casa me encierra pero sus ojos
me dan el moviento de las ramas
y el sentimiento déjí vu
de no saber si es está por ser primavera o por ser otoño
Me gusta mucho, bastante, la sensación de ser parte de un cambio más.