El dí­a juguetón

Es de mañana
y las gaviotas cantan
Es un ruido estruendoso.
Las ramas se mecen
y juegan con el viento
Las hojas hacen
el mismo ruido
que la espuma de la última ola
produce.

La soledad tiene compañí­a
o roza con sus manos la cien
de la naturaleza

No hay silencio, solo la luz del dí­a.

Dice un dicho oriental
si es que es el viento que mueve al ramaje
o el ramaje que mueve al viento.
Quisiera creer que es mi alma la que se está moviendo.
Pero no, aquí­ no corren las nubes como deben
ni el rí­o fluye agua
así­ como el aire desapareció hace mucho.

Solo queda lo que se espera.
No es tan gacho como se supondrí­a que deberí­a de ser
lo estéril tiene su gracia.
Como la tierra árida guarda el futuro.
Nada se detiene más la cruel realidad.

Y se me olvidó mencionar que el tiempo
corre de igual como siempre lo ha hecho
nada más que ahora me da tiempo de más
pues se ha hecho pegajoso, y le gusta jugar en cámara lenta.

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