anhelo II

Recuerdo seguir las curvas de tus labios. Me concentré tanto en ellos que caí­ hipnotizado. Solo existí­an tres cosas, el momento que cerro todo el exterior, mis ojos ciegos de atención y tu boca. Tu mirada me observó, sé que me observó por el silencio que guardaste cuando volví­ en sí­, tu mirada fue cómplice de mi acto. Caí­ en cuenta del absorber que cundió.

Hoy resguardo el anhelo aquel. El momento efí­mero: sabor.

Lämna ett svar