Diccionario de Anglicismos: Ricardo J Alfaro Biblioteca Románica Hispánica Editorial Gredos Madrid. 1964

Fuera de las obligaciones escolares es cuando hago la lectura más deliciosa del dí­a; es cuando me escapo de las garras de las responsabilidades que cargo como estudiante que escabullarse resulta y da más deleite que cualquier otra cosa. Y también cuando descubro lo más interesante, como si los azares del destino estuvieren guiando mis caminos que el destino ha ya trazado para mis afines e intereses.

Bajo las premisas de este blog yacen los cimientos de una defensa por el espanglish de mi ciudad; harto se ha comentado sobre ésta u otra palabra cuyos orí­genes he remontado a mí­ crianza en Tijuana.Mis estudios amateurs de la lengua tijuanense me han dado la tarea de mirar hacia Sonora como una de las entidades que más han influido en la lengua tijuanense.

Por eso da grata sorpresa ver en viejos diccionarios las palabras de mi niñez, de mi adolescencia, guardadas para futuras generaciones; o sea, es pues para mí­, un placer que cierto vocabulario que he venido hurgando de las entrañas mi mente, más que nada, y comprobado en los escritos de otros, no es un simple vocabulario pasé, un vocabulario de ‘mala educación’; sino que es un vocabulario que compartimos los tijuanenses, que nos une y nos separa de los demás y nos da una especie de identidad lingíüí­stica sui generis.

Ante el primer escenario estaba bostezando mi aburrido ente que para cuando menos depare encontrabame ya deslizandole la vista a los estantes de la sección lingíüí­stica Fk(x) en la biblioteca de la universidad de Estocolmo, ¡o sorpresa grata! Durante tres cuartos de milisegundo mi vista mandó el recado express al hipocampus: Diccionario de Anglicismos.

Je, it’s the little things that count ese, so sue me!

Ricardo J Alfaro Biblioteca Románica Hispánica Editorial Gredos Madrid. 1964

Ok, se mira interesante, me dije.

Fue cuando miré la palabra Daime que me entusiasmé, dije, what? Retrocedí­, después salió Bonche, double that what?

Bonche. – Este barbarismo es una transplantación fonética del inglés bunch (pr, bonch) que significa primordialmente racimo, ristra, manojo, atado, y por extensión se usa en el lenguaje familiar, generalmente en sentido despectivo o peroyativopara indicar un grupo de gente mal mirada.

Je, lo bueno es que los Brady Bunch no tení­an show todavia en 1964, yo siempre he conocido a bunch como bunch, o sea, un bonche, un guatito, o un guato, un resto, que en vil castellano serí­ase como erhm, sepa la fregada.

Lo que me gustó de este diccionario, aparte de contener palabras como daime, mopear (que nosotros en casa deciamos mapear), ponchar, mecha, guachar, nicle, troque, porche, y quécher y quechear (cacher y cachar) son los adjetivos que el redactor de los términos utiliza para contrastar [contrarrestar] el sentido de las palabras, por ejemplo:

Ranchero, ra. –Como equivalente del inglés rancher, que significa hacendado, ganadero o agricultor en grande escala, ranchero es anglicismo vicioso.

¿A quién iba dirigido este diccionario? Veamos, es un diccionario publicado en Madrid, en 1964, ¿Cuántas gentes tení­an ya no acceso al diccionario, el cual no dice cual fue su tiraje, sino conocimiento de estos vocablos que yo reconozco como parte de mi cultura?

Aquí­ lo curado es que esto cementa el espanglish de Tijuana no como algo efí­mero sino como algo que es parte de la región, c’est la vie perros represores y amantes del DRAE y su high spanish horse, aquí­ rifa el rascuache homes

aquí­ un fragmento del diccionario: Anglisismos

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