Y es que esto demuestra el impacto de la lengua inglesa en la región, en Tijuana. Los gabachos no enseñan en español, vayamonos alejando de esa dulce fantasia de que vaya a suceder eso. La realidad es que es el inglés en la aulas la que rifa allá.
Por ende no es de sospecharse también que hay grandes cantidades de ciudadanos Tijuanenses, esa minoría moribunda que es succionada por el vortex que es la población flotante de Tijuas y los nuevos immigrantes, que son bilingíüe. Esta es la prueba más contundente, más veraz que la población nativa de Tijuana, tiene una minoría mexicana que es bilingíüe duelale a quien le duela. Los bookleggers no andan bookleggiando libros en español señores, damas e infantes.
No sé porque mi ciudad se la pasa negando este aspecto de su essentia y quizá se deba al indelible celocismo que se da sobre el mexicanismo, de aceptarse que existe una minoría Tijuanense completamente bilingíüe causaría demasiados estragos para una sociedad que no sabe ni para donde dar con su individualidad.
No importa que el gobernador haya nacido allá, siempre y cuando las cosas se mantengan simples y la corrupción rife.
Y es que de darse el precedente de admitir el bilinguismo en la ciudad tendríase que admitir mucho más, como el fracaso de una nación ante sus ciudadanos, pero la sociedad avanza, cada vez son más los bilingíües, poco a poco cambiaran el aspecto de la sociedad, de eso estoy seguro. Pues muchos ya están cansados que el inglés, que es tanto nuestro como lo es el español sea si tan sólo visto como una ganancia, como un ”hay, qué bueno que sabes inglés, así tienes más chances de encontrar trabajo” nix, el inglés es la vida de uno también, forma parte de la estructura de la región, es nuestro también ya.