ON THE FRONTIER Mi Casa Es Su Casa America’s porous border enables Mexico’s misrule. BY Victor Davis Hanson
Traducción: Julio César Martínez
SELMA, Calif.–”Vergonzante” dice el Presidente de México, Vicente Fox sobre la propuesta de extender la barda de seguridad a lo largo de la frontera Sur de los EEUU. ”Estúpido”, ”Deshonesto” y ”Xenofóbico” gritó su secretario de Relaciones Exteriores, Luis Ernesto Derbez, en forma de advertencia: México no permitirá que este muro se construya”.
Las alusiones que los agraviados políticos mexicanos hacen al muro de Berlín hace que la ironía se les escape: los comunistas intentaron contener el flujo libre de sus ciudadanos y no indocumentados afuera. Más vergonzoso aún, la comparación recae en México, ya que México y no los EEUU, es el que más se parece a la Alemania Oriental en distanciar a sus ciudadanos al grado de que quieran huir de México a toda costa. Si hay algo que debería de ser nombrado ”Estúpido”, ”Deshonesto” y ”Xenofóbico” en la debacle de la immigración ilegal eso sería la conducta del gobierno de México.
”Estúpido” caracteriza a un gobierno que está sentado arriba de reservas masivas de minerales y petróleo, disfruta de largas costas marítimas, clima templado, grandes campos de cultivo — y no puede, o no quiere llevar a cabo las reformas económicas y políticas necesarias para alimentar y proporcionar vivienda para su propia gente. La elección de Vicente Fox, el TLAN y los cambios cosméticos al sector bancario y la jurisprudencia no ha detenido la corrupción ni el éxodo de millones de mexicanos.
”Deshonesto”, por igual, resume la postura de México, enmascarando con términos humanitarios la exportación abyecta e inmoral de sus propios desposeídos. En verdad, tal cinismo proteje al status quo. El éxodo de los pobres de México es la versión aberrante de la teoría de la válvula de seguridad que propusó Fredrick Jackson Turner. Mas en vez de pioneros llendo hacia el Oeste, los empobrecidos van hacia el Norte, preferiendo marcharse de México en vez de cambiar su gobierno.
México recibe entre 10 y 15 billones de dólares anualmente en remesas de parte de los emigrantes ilegales en los EEUU, un subsidio que no sólo oculta el fracaso político de la nación mexicana sino que se hace bajo grandes penas para los expatriados. Después del todo, tales transferencias masivas de capital tienen que venir de algún lugar. Trabajores pobres que envian la mitad de su salario a sus familiares están siendo obligados a librarla en un país de altos costos como lo es los EEUU por medio de dos exigencias — disminuyendo su modo de vida aquí, en los EEUU y de depender frecuentemente de subsidios estatales o federales para su vivienda, educación, seguridad social y alimentos.
En el gran debate sobre emigración ilegal, raramente enmarcamos la cuestión en tales términos morales: si es que la vida allá en México está mejorando gracias a las remesas enviadas, la vida de las colonias de mexicanos en los EEUU permanecen en la miseria por no invertir donde viven y trabajan.
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Mr. Hanson, a senior fellow at the Hoover Institution, is the author of ”Mexifornia: A State of Becoming” (Encounter, 2003).
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