Nunca en la historia de México se ha cuestionado tanto la mexicanidad de una ciudad como Tijuana. Semos el blanco de los celos de patriotas falsos del Sur de la República, de políticos que nunca han confiado en la población local. El blanco de tanta intrusión federal para mexicanizarnos, programas enteros dedicados a ello. Se nos mira de reojo porque según algunos, nuestras preferencias son demasiadas gabachas para el gusto Azteca. [El Yaqui nunca ha servido como símbolo nacional] Ejemplos abundan en la narrativa del colectivo: Allá ya no es México es si tan sólo el tip del Iceberg y con esa mentalidad mandan vicereyes a poner el orden flamboyantes como son llegan a decirnos cómo ser, como si no supieramos ya ser.
Esperemos que esta actitud cambie algún día. Ya me canse de querer convencerle a más de 125 millones de nopales que acá también se dan las pencas en la frente.
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