Yonder Lies It

Damcyklar

De seguro que después de esto no habrá ni cómo regresarle la reputación que Suecia tiene de erótica, en fin, va. Por estos dí­as poner el tí­tulo de la entrada ésta en la barra de búsquedas de noticias suecas sacará a relucir una pequeña nota que alcanzó una distribución nacional y lo cual no dudo atraerá también un poco de noticias internacionales.

Va traducida al español.

Un hombre hací­a el amor a una bicicleta para damas.

El hombre de 36 años se sentí­a atraí­do por las bicicletas de mujeres y las usaba para satisfacerse sexualmente. En el asiento de la bicicleta de mujeres se encontró, entre otras cosas, residuos de su esperma. Según el periódico sueco í–stersunds-Posten el hombre ha sido procesado y acusado penalmente por acercamiento indebido y daños a propiedad ajena.

Ya desde la primavera del 2006 habí­an iniciado las acusaciones sobre el acoso. El avance decisivo en las pesquisas resultó cuando una mujer vio al hombre irse muy campantemente con su bicicleta y después detenerse y frotarse fí­sicamente contra la bicicleta. El hombre fue arrestado en Julio del año pasado y fue detenido.

Talk about bad imprinting. ¿Funcionará así­ la humanidad? Digo, ¿qué es lo que lo hace a uno tener ciertas zonas eróticas, o antojos eróticos, cómo funciona una cosa así­?

Este hecho me sorprende bastante. Dios sabe muy bien de que por la red hay cientos de lugares donde uno puede ver todo tipo de acciones sexuales que nada más producen una perdida de apetito sexual más que nada. Y es que la humanidad es medio rara en sus empresas sexuales. Pero ponerse caliente y consecuentemente lograr un orgasmo con el asiento de una bicicleta jamás de los jamases se me hubiere ocurrido a mí­. Que alguien podrí­a ponerse cachondo con la sola idea un asiento de bicicleta de mujer o caldearse con eso me dejo una mueca de alegrí­a no por gusto, no me vayan a malentender sino porque es prueba fiel de que no he visto todo todaví­a, al parecer.

Este tipo de sensualismo es un fetiche, no me cabe la duda. Tanto así­ como los chones de una mujer o las medias de la tí­a. Intento imaginarme el fetiche, algo así­ como cuando yo miro el catalogo de Victoria Secrets. Pero él viendo el catalogo de los últimos modelos de Crescent o Schwinn, ¿qué pensará una persona así­? ¿Verdad que causa risa?


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