En Tijuana no existen los escritores comprometidos.
Perdón, los hay, pero están too busy comprometidos tirando party, downloading mp3’s o rezando fervientemente por una limpieza étnica de los Chicanos en Tijuana o simplemente fumando porros a todo lo que da en el malecón de Tj.
Sex, Drugs & Rock and Roll.
[pecado que confieso compartir, pues así lo pintarrajé una vez hace muchos lustros ya, en un espejo en el baño de tortas los Aros de la calle sexta antes de ir a tirar party al Regines, Ave, Revú]
Ninguno de los que componen la Narrativa del Norte en Tijuana está comprometido con la dinámica de la Línea divisoria de Tijuana y su problemática.
Para ellos se trata de tirar puro party, decadence hasta la muerte.
Pero tirando party se hacen cómplices del Silencio. Too much silence, como el desierto avecindado.
No sé porque no les importa. Quizá sea too much vivir en Tijuana.
La problemática es como Las Mil y Una Noche.
Y se necesita un Captain Richard Francis Burton para poder interpretar sus múltiples dinámicas.
No tiene caso preguntar por qué no lo hacen.
Mas debo de confesar que el miedo es un factor que creo ellos tienen y creo comprender.
Han visto tanta muerte que están insensibilizados al dolor de la población.
Por eso no hablan del tráfico de drogas y los medios que se utilizan para llevar acabo esta industria la cual cuenta con meter drogas a cadáveres para pasarlos al Otro Lado, secuestros que incluyen el abuso físico de personas plagiadas, torturas hechas por el cuerpo policíaco del Municipio y lo que nadie quiere hablar, tráfico de órganos lo cual incluye muertes desde hasta infantes y menores de edad. No se hable de la problemática ambiental de la ciudad porque ahí, el lema I love Tj adquiere el mismo valor que la cuenta bancaria de los comunicólogos tercos en buscar un poco de fama con poemas de rechazo de amor en los múltiples café bar que hay en la ciudad.
Y así se la gastan los de la Narrativa del Norte en Tijuana.
Que no les digan que no les cuenten …