TIJUANA, BC.- El Día de Muertos para esta ciudad no fue lo mismo que en otros años, al registrarse una baja en la afluencia de visitantes a los cementerios y, como consecuencia, la caída de ventas de flores y adornos para sepulcros.
Es fácil de creer este tipo de noticias. Como creer las regurgitadas letras de Crosthwaite, Yepez, Rafa y esos otros que uno ni en cuenta que aparecieron en Letras Libres. Comsumption for the unknown masses. No que no les tenga fe a las letras de estos señores lo que pasa es que se ve a leguas que ya se tragaron el verbo de que son unas vergas. Los Cronistas de Tijuana. Así, con letras grandes. Nada malo en ello, antes de que me acusen de envidioso. Mas resisto a creer que la trillada visión de la frontera sea solo esa visión que nos dan estos señores con sus letras.
No manchen.
Tijuana es mucho más que el rincón ese que ustedes llaman cómo el último rincón de Latinoamérica [¿y Aztlán qué putos?]. Y digo rincón porque uno pensaría que nunca salen de ahí, el tango, downtown Tj.
Ninguno de esos gíüeyes vive en el Centro, quién sabe donde vergas viva el Yépez pero los otros viven en playas. ¿Que no hay algo interesante en Playas que nos platiquen? ¿Que no es interesante el Malecón? Uta mano. Yo que vivo en el exterior me sobran historias de playas que estos señores jamás se atreverían a vivir a pesar de que el establishment los ha bautizado como Los Cronistas de Tijuana.
Tengo historias de mi primer amor ahí, recuerdo la arena rosándome las caderas al intentar hacerle el amor a mi jainita [mal recuerdo, pero en fin], de pintadas de sexto año en Punta Bandera porque era lo más lejos que sabiamos, de parties con polleros asando carne asada a mojo de cerveza, naranjas, ajo, cebolla, limón y pimienta, sal, de conocer por primera vez San Antonio de los Buenos, de cruzar el mar para entrar a Los pretendiendo ser un surfillo, de pelearme con migras en la barda, de rayasarles a sano y salvo de Este lado, pero no. Los Cronistas de Tijuana nunca harían esas cosas.
Son demasiado nice para ello, too fucking middle class de la peor estirpe, de la clase media mexicana. Mejor que sigan con sus cámaras digitales, con sus cool parties por la cawuila. Que le vendan sus fabricaciones a las revistas cool del DF, that’s ok, porque ellos saben el fraude que son, lejos de ser Los Cronistas de Tijuana son los chafistas de Tijuana, los great pretenders. Lo mas unreal de Tijuana. Sorry, nadie dijo que uno sería profeta en su tierra pero ni eso son estos señores, profetas.
Porque como el Universal, estos ñores, y disculpen mi tono altanero amigos de mi ciudad, pero
nunca sabran lo que verdaderamente pasa en Tijuana,
and that’s ok, a lo mejor es para el best. A lo mejor la intrahistoria de Tijuana es demasiada complicada para contarse.