”Claro, intrinsícamente hablando” me dijo. ”Y es que tengo que saber, pero estoy en un apuro. No sé que me llama más la atención: el juego de saber si me traicionó o tener la verdad a mano.”
– Ah, no, pues sí, se aprecia la emoción mental.
”Me gusta” recalcó, ”averiguar, tenderle trampas mentales y mirarle a los ojos y descubrir en su cara el semblante cambiar de humor ante algo que haya calado, son pequeñas pistas recompensates porque luego me saca a bailar, a comer, me compra cosas sin que se lo diga, sólo le suguiero algo y le miro, piensa que es más inteligente que yo, pero le amo.”
– La pregunta es qué le amas.
”Sí, pero quiero saber si me pone los cuernos y sabré, tarde que temprano, lo sabré”
– Llevas una vida muy emocionante.