A mi lo habitual me viene gíüango.
Y es que cuando quiero hacer algo que acostumbro hacer no lo hago por costumbre, si no porque se me pega en gana hacerlo.
Por eso mismo nunca serví como alcohólico o drogadicto ya que eso require empeño, dedicación y no se hable de concentración.
Hay veces que caigo en lo lúdico, pues cuando el antojo de una cerveza me cunde y decido ir por una, ya cuando menos acuerdo ando haciendo otros menesteres a los cuales mi pobre concentración le da por sucumbir y mi pobre antojo por sufrir.
Tomo, pero no con ese persistente ritmo que un organismo biológico ya adicto demanda.
Pero hay una cosa donde a veces si quisiera tener ese don de poder hacer algo por hábito.
Como cuando se me vienen pensamientos a la cabeza.
Y es que mi me gusta escribir tanto que siempre ando pensando en escribir por donde quiera que ande, lo malo es que nunca me preparo para ello, o sea nunca cargo pluma o lápiz ni papel ni mucho menos una portatil. Lo peor es que me nacen justo cuando menos lo pienso.
Hay veces que intento mandarme un sms para luego acordarme pero ya para cuando voy en la segunda palabra en el sms, el pensamiento se me fue.
Hay veces que mi afán por escribir lo que pensé es tanto que se mira realmente patético. Ando como loco buscando cualquier pedazo de papel para apuntar los mentados e iluminados pensares que después de encontrar el papel con alegría me carga una bilis de los mil demonios descubrir que me hace falta una puta pluma para poder embarcarme en el acto de hacer lo que queria hacer con el papel.
Me saca una rabia encabronada no tener el hábito de tener papel a la mano siendo que soy creatura dada a la escritura ….
Por eso lo habitual a mi me viene gíüango …
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