El extranjero. La muerte. Sus costumbres; aquí, allá. Qué más da.
Tiempos de sentir – así ese alguien fuese tu madre quien feneció.
Ahora morir es un mero proceso protocolario. Una serie de procesiones documentadas.
Siempre sorprende la reacción Luterana. Esa reacción Utilitarania irresistible. En sueco dicen que alguien har gí¥tt ur tiden, es decir, que alguien se ha salido del transcurso del tiempo. Para una persona como yo, ese tipo de expresión me parece un tanto insensible.
¿qué es lo irresistible?
Esa idea de que todo caduca. Aceptación ante ello. Esa inclinación de rodillas ante lo inminente.
Creo que los Luteranos se ríen de la idea de que hay una vida más allá de la que los católicos creen, en un aquí incomprensible para un católico enfrascado en un ayer y sus rituales, letanías y quimeras.
Sea de lo de cada quien es impresionante, siempre. Ver la reacción de un buen luterano ante la muerte, ese proceso de aceptación de que todo tiene un propósito y un fin inevitable de que todo uso caduca, es inquietante por la cruda verdad y realidad que presenta en su interpretación de hechos.
Así pues las relaciones entre los familiares nórdicos. El tiempo lleva su curso y el curso su tiempo.