47 años. Parecen como si nada. La tendencia es mirar hacia atrás, pero estoy cansado de vivir en el error. Llevo años torturándome por actos cometidos en manijas de reloj de un ayer que hoy solo está grabado en mi cabeza, mi memoria y su tenaz locura de hacerme revivir los errores que me causan estragos mentales y psíquicos emocionales. Se la pasa uno quieriendo corregir los errores siendo que no se puede hacer nada, es un desgaste emocional y mental que le chupan la vida al presente. Y el futuro. Es fácil caer en esas conjeturas endemoniadas de echar todo a la chingada y apostar al fracaso y la futilidad de la impotencia que le embargan a uno su existencia. Pero me mantengo en mis 5.
Es una ardua lucha poder mantener la cordura. Se escatima el hecho de luchar por mantenerse mentalmente sano. Es un trabajo poco apreciado, ni uno que esta al frente de sus demonios que insisten en derrotar la existencia y que nutre y da valor a la existencia, sabe apreciarlo. No es que sea falso reír o sonreír en público, ni bañarse, ni aparentar una vanidad a medias sino poder lograr llevar acabo los deberes que le dan sustento al día. Platicar, elaborar, salir, tener hora y lugar, cambiar de sitio, aprender, errar, eso.
Que fácil es decir que uno puede cambiar de perspectiva mental, salir adelante y hacer todo lo contrario que pueda dañar el intento de salir adelante y sacarle al día todo lo que se les debe de sacar. Dejar el pasado y que este no interfiera con el presente cuesta mucho labor y esfuerzo, y a eso me dedico estos días de mi vida, sentirme bien, para el bien de todos los mios. La locura no puede dictar mi todo yo y esa victoria no me la quita nadie, ni siquiera el sentirme mal por lo que debí haber hecho, lo que no se hizo no se hizo y ya.