Me entusiasma la idea de que estaré en Sevilla en Julio. Creo que la pasaré muy bien, me veo caminando las calles de esa gran urbe tranquilamente no ya ebrio sino sobrio y con bríos de los buenos para disfrutar a bien lo que la ciudad brinda.
Supuestamente me tatuaré en la ciudad que toma como principio esa empresa llamada mestizaje. De ahí salieron los primeros europeos que después arribaron las costas mis tierras. Todo eso ya de antaño pero cuya historia alimentó gran parte de mi imaginario cultural durante gran parte de mi vida hasta estos días pues uno de los principales motivos mientras llevo planeando mi estancia de 14 noches en Sevilla ha sido ver los lugares desde donde partieron mis antecesores míticos que el estado mexicano me impartió como educación primaria y que la lengua castellana que uso para escribir relata con sus alegorías culturales de esto u aquello u lo otro de este tipo de personaje o de las explicaciones de los origines de uno. Salgo para Sevilla no para divertirme sino para ver y vivir el pasado. Un pasado, del cual por cierto, no sé si siquiera es mio. Sí, nací en México, Baja California, Tijuana; sé castellano y he aprendido mucho de él, llevo imprimido en mi código lingíüístico las historias que alimentan la cultura de la lengua en mi pero no sé ni sabré si soy quienes dicen que soy, pero por lo tanto, es un poco divertido ver el argíüende de la lengua. Iré a ver la tumba de Colón, y si hay chance, escupiré la tumba como escupí el edificio de la DRAE o por lo menos dentro de su atrio. Por otro lado, estaré también en Itálica, lugar de Adriano que ya he explicado con anterioridad por ahí en otro post.
Acá en Suecia, y ni siquiera en México, les entra Sevilla como una ciudad de importancia, pero lo debería de ser para todo buen mestizo. Claro que esa Sevilla ni rastros quedan de ella a juzgar por las noticias que uno lee de la crisis española pero por lo menos recorrer el pasado me hará sentir el presente que el futuro eso solo los sevillanos lo sabrán. Sevilla es muy grande y la realidad me la imagino un tanto distinta a Madrid, ciudad que siento que no me perdería si así fuese hoy mismo ahí. Sevilla es nueva.
Como he dicho, la pasaré muy tranquilo de seguro. Me veo más calmado y sin prisas de ver todo como muchas veces otras en que mi neurotismo me lleva las de ganar.
Dije que me tatuaré. Lo tengo pensado así que buscaré un lugar apropiado para llevar acabo esa pequeña empresa de mejorar mi tatuaje que llevo en la espalda.