Me sorprende mucho cuando los suecos se dirigen hacia mi, y en sueco.
Cuando recién llegue a Suecia miraban en mi algo que les decía que yo no pertenecía a Suecia. Por lo usual les latía que yo no sabía sueco. Casi lo olfateaban de seguro, algo en mi manera de comportarme les gritaba lo foráneo en mi. Ya no. Me detienen por ahí a veces y me hablan en sueco. No sé que me miran ahora que les indica que soy parte del inmobiliario ya. Casi me viene disgustando eso a no ser que ya me acostumbre. Mas la verdad es que si extraño que no me hablen en inglés o español, como que por ahí perdí la quemadita esa de sol que tanto me distinguía como mexicano. Quién sabe ’on quedo.
También me ocurrió una vez algo similar pero con el español que me cargo. Nunca nadie me había sacado que soy del Norte. Una vez, después de varios años sin toparme ni un nopal entre todo este congeladero que es Suecia me topé con uno por a’i. Me saco el acentito. Me dio orgullo pero a la misma vez nunca me había fijao en eso. Qué curioso eso del habla y lo digo porque ahora estudio acentos regionales de los EEUU, me tocó uno de Pennsylvania. Las diferencias y las influencias geográficas e históricas si dejan marcado la manera en que habla uno. Haber que día nos ponemos los mexicanos a trazar los acentos típicos de nuestro español y no es que no los haiga, se de seguro hay montonales de estudios al respecto cuya mi ignorancia no sabe, pero accesibles?
A ver qué día doy con ellos ….