He llegado a la triste conclusión de que te uso para mis propios usos. No sabría ni cómo pedirte perdón por mi intrusión. Quizá ni me hayas notado. Yo te noto. Pero si algo sé de la humanidad es que nos afectamos los unos a los otros. Las vibras nos delatan. Yo sé que tú estás ahí donde estarás. Y tú sabes que yo estaré ahí donde yo estaré. No es un juego, sino una danza de destinos. Y es por eso que ahora llego a está conclusión.
Lo menciono porque a estas alturas la quimera del destino y los flujos de las voluntades aún no logran crear una reacción química cuyo logro sea nosotros.
Estamos cerca. De eso no hay duda. Uno esta siempre a punto de creer que lo que no será está por suceder. Seremos. El estado que irrumpe un hoy para dirigir un ayer o un mañana nunca un hoy.
En la hispanidad hay un habla de acercarse a un roble.
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