Ha de ser una de esas ironías que saltan de la nada a la escena del teatro de la vida. En Suecia les da por la equidad, todo tiene que ser equitativo y todos se esmeran porque todo tenga balance. Es una de esas obsesiones que observé desde que llegué a Suecia. Todos andan en par, y todos encuentran su pareja.
Pues desde que la extrema derecha llegó al poder en Suecia no se han hecho esperar una serie de novedades insuscitables antes de las elecciones del 19 de Septiembre del 2010.
1.- Mis camaradas de trabajo ahora son un poco más amables y distantes, a la misma vez. Siguen igual de huraños, pero así son los suecos por naturaleza. De hecho, me sorprendió recibir una reacción el día después de las elecciones: los suecos me recibían con albricias de que justos ellos no tenían nada qué ver con la elección de elementos de extrema derecha en Suecia con un lenguaje de cuerpo que antes no les había notado, por lo general los suecos no usan lenguaje corporal. Yo amanecí viendo un sueco de extrema derecha por cada sueco con que me topaba y aún así lo sigo haciendo hasta la fecha, pero en menor grado. Sin embargo, a pesar de que estimo mucho a mis camaradas de trabajo, eso no les quita la fea costumbre de seguir con sus viejos hábitos de sentarse entre solos suecos y constituir un día lleno de lo mismo todos los días con las mismas personas y tampoco les quita la vieja maña de considerar el trabajo un lugar para socializar. Muy raro dejan entrar a los inmigrantes en sus círculos personales, habrá que rellenar muchos y bastantes criterios para poder ser parte de ’ellos’. Y sí, no basta con saber el idioma para poder conversar con ellos plenamente, se burlan a cada rato de las pronunciaciones del sueco que uno produce y les molesta hasta el cansancio que uno no produzca un sueco como el de ellos. Por ende, uno termina más solo que acompañado, pues uno prefiere mejor andar solo que exponerse a la burla incesante de los suecos que no tienen una imaginación sociológica ni tampoco han sabido adquirir una manera respetuosa de aceptar diferentes variantes de pronunciación del sueco siempre y al cabo que el sueco es un idioma tonal.
2.- Y es esto justo lo que los suecos de extrema derecha sufren, no lo del sueco, sino que ahora ellos mismos son el mismo blanco del trato que los demás suecos nos han venido otorgando a nosotros los inmigrantes desde que pisamos el suelo sueco: dejarnos afuera de su circulo de admisión. Los de extrema derecha tendrán el poder pero están siendo excluidos de los grandes partidos de Suecia, según. Aunque habrá que diferenciar como los blancos se diferencian entre sí: un white trash vale más que un moreno de México. Se ve: la extrema derecha tiene un presupuesto mucho más mayor que los inmigrantes que han hecho de Suecia lo que es pero tampoco es que los inmigrantes tengan un partido político en Suecia, de hecho, no me viene a memoria un país que tenga inmigrantes con plataformas inmigrantes para defender los derechos de los inmigrantes.
3.- Desde que llegó la extrema derecha los rednecks de Suecia se han sentido realizados y ahora deambulan por las calles con sus gestos de machismo caducado en una sociedad que claramente ha perdido el compás cuyo indicador a sido impregnado por un imán de la extrema derecha. Los jóvenes suecos que son parte de la organización de la juventud de la extrema derecha salen con sus bravuconadas a la calle y se dejan oír y sentir por las calles del pueblo. Sus botas nazis y sus banderas de los estados confederados de los EEUU, que no está prohibido ondear en Suecia, lucen a todo lo que da. Y así, el descomfort se deja sentir.