ví­boras suecas

No, no estoy hablando de mis vecinos o seres cercanos. Para los que no lo creen, en Suecia sí­ hay ví­boras. Uno pensarí­a que no, ¿cómo es posible que existan en la gélida Suecia? Pues tengan ustedes que en mi estancia en Suecia dos veces me encontrado con ví­boras. Y justo hoy es la segunda vez. Iba caminado escuchando un libro sobre poemas de Ezra Pound muy tranquilo, lalala cuando de repente caigo en cuenta de algo raro y que para mi débil constitución, que me doy el susto del dí­a. Era una ví­bora negra que dormí­a plácidamente hasta que el miedo y la curiosidad de seguro de mi parte  la sacaron del sueño que traí­a por la digestión que traí­a encima pues para mí­ que justo se habí­a chingado un roedor de los de por acá. Tomé unas fotos pero por miedo a que me morderí­a y me encontraran en la banqueta por la que transitaba todo tieso por el veneno del invertebrado helado no me acercaba mucho, en mis locas fantasí­as pensaba que era una ví­bora que se le habí­a escapado a un sueco lelo de por ahí­ y que era un peligro para todo el rancho, habí­a que notificar a las debidas autoridades pensé. Negra y fea  la vil ví­bora, no dejaba para más pues y ya hasta me hací­a el héroe y me miraba en las portadas principales de todos los periódicos de Suecia, y me entredije, no, mejor tomale una foto y después ve en internet a ver sí­ no es de por aquí­. Y así­, le tomé unas fotos y en el camino rogabale a todos los dioses que alguien por ahí­ no fuera a caer victima de la amenaza escurridiza.  Resultó ser una ví­bora local del pueblo, para mi suspiro y alivio. He aquí­ las fotos y un video.

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