lector

Curiosamente, por estos dí­as me encuentro leyendo de otra manera.

La lectura es una actividad que causa movimientos tectónicos en las imágenes que un texto produce, yo como lector, por ejemplo, de reciente para acá veo mucho como ciertos valores sociales, humanos, valores como ’el catolicismo es la verdadera religión’ que tienden a minimizar o ridiculizar otras religiones como el Bhudismo, el Protentantismo étcera étcera en ciertas lecturas forman largas partes del discurso y los que son más propagados.

Como yo vengo de una clase social que ha nada mucho entre la media clase y la pobreza, siempre sentí­ mucho por el underdog ya que la primera victima de la media clase son los valores que la clase baja tiene pues se encuentran en contradicción con los de la clase media.

Los valores de la clase baja resultan mucho que ver con su propia existencia, de hecho el pobre es una afrenta a la clase media, por eso, en una sociedad como la Tijuanense se vive una especia de esquizofrenia mental porque la clase media siempre ha vivido aparte de la clase mayoritaria y pobre, aunque en Tijuana la clase media va en mayor aumento que en la mayorí­a de la paí­s, tendemos a ser afectados por los valores de los San Dieguinos y hay veces que se vive de igual a igual, los valores de la clase media son los que rigen y predominan aspectos vitales de desarrollo para la sociedad que quijotescamente buscamos nosotros en Tijuana. Lo digo así­ aunque no viva ahí­ porque conozco mi tierra, porque inconscientemente quisiéramos ser como en San Diego, el ideal Tijuanense que en ciertos rincones de Tijuana se vive.

Algo similar me pasa cuando leo un texto, me fijo, sin querer queriendo, qué valor es el predominante y cual es el ridiculizado.

Aunque admito rápidamente también que como dirí­a mi profesor de fenomenologí­a aquí­ en la Universidad de Estocolmo, Harald Fawkner, cada texto es como una celda que contiene a un pájaro y esta en espera de que alguien, un lector, le libere. Es ese pájaro, ya liberado, el verdadero mensaje, dice, y no su posible interpretación.

Es muy bonita la metáfora esa oiga, pero no resuelve las cuestiones humanas le contesto, porque el pájaro bien puede ser un buitre, un ave rapaz, si, me dice, pero tómalo como espí­ritu, y no como un pájaro entonces, me dice, (en mi mente, lo estoy inventando) y yo le contesto desde el profundo hueco de mi ignorancia, que a lo mejor es un mal espí­ritu.

En pocas palabras, por estos dí­as cuando leo veo mucha opresión, propaganda.

Y la clara pregunta es: ¿Qué hace esto para mi? Me pongo a denunciar, escribo lo que veo cuando leo, y pongo contra la pared al opressor, deshago el mito de la las buenas intenciones y desahogo un poco mi frustración que la embestida de la mayorí­a que rigen las letras aplana.

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