Yonder Lies It

hoy me corrí­ 11,6

Aquí­ la naturaleza construye su realidad capa tras capa 4×4.

Así­ que hollar los charcos llenos de espinas de pino y demás escombros arboris mientras el agua negra de la naturaleza salpicaba mis zancas esta mañana del inicio del otoño 07 impactó mis pobres huesos.

Es curioso como el gélido color de estos cielos color pastel azul, somewhat morado invita a la ambivalencia. Las flores brotan, confundidas por la calor elusiva, florean ante el asombro de uno. We understand time not.

Corrí­ hoy. Los bosques suecos se prestan para este tipo de calor deportista, hay tantos obstáculos. Lo curioso no es llevar acabo la empresa de lograr el objetivo sino de confrontar la mente. Creo que correr es lo de menos. Sobrevivir la mentalidad para llevar acabo la empresa es lo importante. Amén de los prejuicios que los mismos suecos tienen sobre uno. Este dí­a, por ejemplo, se vio lleno de incredulidad ante la faena mayor: correr 11,6 km. Caminé, corrí­ y corrí­ al despacio.

El camino estuvo interesante. En medio del bosque. Habí­a que recorrer caminos llenos de lodo, charcos, y pisar piedras resbalosas que traicionaban al tobillo. El salpicadero no se hizo esperar. Los suecos que conozco no tardaban en aplaudir la labor de mis piernas flacas. Eran aplausos de buen animo. Pero dentro de mi creí­ mil veces mas en la burla detrás del loor.

A ser verdad nunca he sido bueno para las ovaciones por muy menores que sean. Quizá se deba a algo de mi infancia. Uno nunca sabe ya a estas alturas de mi edad.


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