He seguido con detenimiento la Marcha Contra la Inseguridad en Baja California. Y de los pronosticados 30 mil sólo 600 [ahora el Frontera dice que 1200] de ellos han llegado a la meta.
Supe desde el principio que la Marcha sería un fracaso total porque los organizadores son sólo medioclaseros.
Y es que el problema de inseguridad en Baja California ( sí tan sólo son tijuanenses) sólo habla de gente de bien, la mayoría radicada o en San Diego o en lujosas mansiones de Tijuana.
El periódico Frontera, que supuestamente debería de hablar de la población tijuanense en general, sólo abarca a cubrir problemas de los medioclaseros que usan Tijuana como su vaca de ordeña, o sea, ni siquiera el 10 por ciento de la población. De El Mexicano ni se hable, soló cubren problemas que un pobre jornalero ni siquiera tiene el gusto de darse el lujo de saber cómo es que la sociedad en que vive lo jode tiro por viaje.
La inseguridad es un problema de medioclaseros, no es de la población en general. La pobreza es cabrona pero no, ahí tienen a la policía actuando como mediador entre estas dos brechas sociales.
Lo peor de todo es que es la clase media la que deteriora a los cuerpos policíacos pues es la clase educada la que sostiene los riendas del poder en Tijuana, no los pobres.
Los corruptos son los jueces, los policías, los políticos, los burócratas que saben como corre el agua pero que no ponen el dedo nunca.
Los pobres son sólo chivos expiatorios y eso, a demostrar por lo de la Marcha, bien lo saben.
Esto también le servirá al PAN de lección, pues la pregunta más natural es que sí el PAN y el PRI son tan amigos ¿dónde pues quedó la bolita?
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