Yonder Lies It

Deus absconditus

No sé si podré verte algún día. No lo creo. Lo único que sé es que un día mis labios y mi cerebro cesaran de pensar en ti tal y cuál como lo vivo yo este día, en que te escribo estas palabras humildes y con temor. A ti, hay que tenerte temor os has dicho.

No te pediré ayuda ni consejos ni te pediré perdón por no pensar en ti o sentir culpabilidad por las eternas veces en que dudé de ti y te blasfemé mil y una vez, te renuncié y te odié amén de darte la espalda.

Según yo me quedé con lo único que he podido salvaguardar de ti y las creencias inculcadas en mi por mi comunidad, familia y país. No por eso he dejado de alabar todas las formas que pasé para poder llegar a hasta aquí, un dios sin nombre y un templo que está en mi mente y cuerpo. Un dios sin género y un dios que existe tanto terrenal como espiritual. Hasta aquí he llegado.

Llegará el día en que mi cuerpo ceda paso a lo más natural de este mundo y nuestra relación se termine. Ni tú ni yo habremos de proseguir con lo que somos. Tú, una deidad hecha a modo con el paso de los años y yo un ente temeroso de lo que pueda pasar al ceder paso al infinitísimo vacio que nos aguarda a ambos.

Creo que echaré de menos con quién entablar palabras si es que eso se puede hacer después de esta vida. Al pensarlo con mi mente terrenal me da una pizca de tristeza pensar que un día no pueda hacerlo. Me he acostumbrado a nombrarte, alabarte, pedirte guianza por las mañanas al encaminar mi cuerpo a donde me lleves.

Gracias por estos años y hacerme consciente de tu presencia ante todo.


Posted

in

by

Tags: