El sinograma para decir cerebro en mandarín es un signo logográfico compuesto del carácter han para la luna (月) yuè, el carácter han para literatura (文) wén y por último el carácter han para hueco (凵) kǎn. Para mi, mejor debería de ser 电 脑 que está compuesto por los caracteres han de electricidad y cerebro pero no soy una autoridad para decirles a los chinos cómo se debería de decirle a las cosas que ellos usan y que está muy dentro de sus dominios culturales. Lo menciono porque me hace reír la idea de que para los chinos las computadoras son un cerebro electrónico, se me hace gracioso y porque quiero escribir un poquitín sobre mi cerebro que se ha puesto pesado estos días. A qué se debe no sé. aunque seamos honestos, no es el hardware quién debe de ser la culpable de lo que transcurre en mi cerebrito, es solo la maquinaria si le hemos de creer al buen Micheal Graziano y sus ideas de cómo funciona la idea del pensamiento narrativo que se produce al pensar sobre uno mismo y sus mecanismos que lo ayudan a lograr ese concepto que el latin denomina como ēns.
Creo que a estas alturas no es del nada inusual que se hable de pensamientos negativos o emociones negativas, creo, a mi entender, que todos poseemos esa capacidad de pensar negativamente y por ahí leí que el cerebro (si es que es el cerebro quien produce ese tipo de pensamiento) tiene una predisposición a hacerlo como cosa natural. Tiene que ver con eso de la sobrevivencia si le hemos de creer a las investigaciones que otras personas más afines a ello han logrado concluir con sus investigaciones. La cosa es que batallo mucho con ese tipo de negativismo en mis narrativas personales o diario devenir. Es como si un mosquero infernal me persiguiese todo el día 365. No debería estar cantando glorias al respecto pero últimamente le he ganado a ese tipo de pensamiento subrepticioso. No todos los días se puede decir eso. Hay que estar en guardia permanente porque esos pensamientos son insidiosos y de repente anda hay uno produciendo todo tipo de narraciones que ni al caso van y solo producen un malestar emocional amén de que agite y aturde la misma esencia y flow del día. Que se le va a hacer más que ignorar, no hay de otra. Aquí no estoy diciendo reprimir, porque andar reprimiendo emociones es otro rollo, aquí me refiero a los pensamientos negativos que producen emociones molestas. Si no se cuida uno y las detiene uno en su trayecto antes de que arranquen a quién sabe qué destino pues hieden las jijas de su rechinche. Hay que aprender a hacer caso omiso de lo que causa que ese tipo de pensamiento se manifieste y empiece agarrar circulación en la maquinaria de la imaginación y creatividad, porque son rebuenos para adentrarse al ethos y andar queriendo hasta revivir emociones pasadas o aconteceres de muchos ayeres, que suele pasar con bastante frecuencia en mi caso; ese tipo de acontecer negativo que son como las puntas de miles de agujas y se entierran como filero de cirujano hasta las profundidades del alma misma. Ah, pero no fueran buenas y bonitas las memorias las que produjese porque esas brillan por su ausencia y ni se aproximan a producir esa sensación viviente de andar todo juzgado y mal sentenciado por los entes supremos dedicados a llevarnos a toda prisa para juzgar las acciones de los humanos que hasta las llamaradas del mismísimo Gehena le andan tatemando a uno el futuro y el aire que uno respira tranquilamente en el matrix que irradia las niñas de los ojos. Uno se preguntaría cuál sería la sensación equivalente a lo que uno sufre con las memorias negativas pero con memorias sanas y buenas de esas que uno tiene de alguna buena emoción u obra en servicio de otro ser humano, pero no, el cerebro conduce al ritmo de la luz en el autobahn de la miseria y el castigo a Gehena cuando los aconteceres del pasado se afocan para castigar los minutos del presente mismo. El ahora hay que domarlo cada segundo del día porque se deja llevar fácilmente por doquier.