Mañana cuando ya no esté aquí
y la acera vibre caliente
y exuda la calor del astro rey
los problemas que hoy habrá de solucionar
ya no importarán.
Ya que al caer la sombra
que dibuja
la figura de uno
y persigue sin fin
hasta hallar sombra que consuele
no tendrá a quién sacarle silueta
ya ni a quién darle refugio de las ondas cálidas