Praeiudicium

El prejuicio es la acción y efecto de prejuzgar (juzgar las cosas sin tener cabal conocimiento o antes del tiempo oportuno). Un prejuicio, por lo tanto, es una opinión previa acerca de algo que se conoce poco o mal.

No me creo prejuicioso, me siento lo suficientemente educado como para no caer en ese tipo de narrativa en mi mente pero últimamente no cabe duda que el prejuicio tiene vida propia. Me imagino que el prejuicio ha de ser una de esas cuestiones mentales innatas que te asaltan cuando menos lo espera uno, bueno, así­ me ha pasado a mí­ últimamente, sin duda alguna mi dipsomaní­a tendrá mano en ello ya que ocurre debido a ello, lo bueno es que solo ocurre bajo mucho alcohol o mucha cruda o descuidos del inconsciente. No actúo en ello.

Lo menciono porque de reciente para acá he observado mi mente actuar bien racista, prejuiciosa y lo que considero como paranoia. Van ejemplos:

  • Vi un árabe como de 35 por ahí­ caminando con lo que a mí­ me pareció una menor de edad. Iban agarrados de la las manos y me asaltó el prejuicio de que a lo mejor se trataba de una de esas parejas que llegaron de la diáspora siriana provocando crisis legales en el sistema sueco porque aquí­ en Suecia nadie se puede casar con una menor de edad y en las culturas musulmanas y cristianas de aquellos lares así­ como en muchas otras partes del mundo, sí­ se puede matrimoniar la gente con niñas menores de edad, ejemplos abundan de ello por las noticias, es una practica nefasta para la mayorí­a de nosotros los de Occidente. Me asaltó el prejuicio. Prejuzgué. Igual serí­an hermanos, qué sé yo. El caso es logré sacudir susodicho pensamiento de mi constitución pero no sin antes molestarme de cómo pudo haber logrado ese pensamiento dominar el flujo de mi consciente. [posible raí­z de la causa: las noticias que uno lee sobre esas cosas]
  • Vi a lo que me pareció un eritriano o somalí­ ir en bicicleta (baikiando en otras palabras) y lo primero que hice fue ver la bicicleta para ver si era robada, o sea, un africano no puede tener su propia bicicleta según el mugroso prejuicio que me embargo la conciencia en ese momento, me avergoncé de mi mismo ese instante, no sé cómo ni porque me asaltó el prejuicio. [posible raí­z de la problemática: los foros de facebook del pueblo en donde vivo]
  • Vi unos suecos anoche en un taller enfrente de mi casa probando carros para destrozarlos y  luego luego pensé que eran supremacistas nazis. No sé porqué logró ganar circulación esa especulación en mi consciente pero ahí­ me tení­a usted tomando fotos para ver si era cierto, me avergíüenzo de mi comportamiento, igual y era gente de lo más normal practicando sus hobbies. [posible raí­z de la causa: la situación de la extrema derecha en Suecia hoy en dí­a]
  • Afganos. El prejuicio ahí­ me ha ganado mucho igual, me asaltan pensamientos de que son ingratos, que solo vienen a Suecia para poder tener teléfonos móviles, jajaja, jode, pinche materia gris mí­a, si no fuese porque tengo una mente fuerte todo esto llenarí­a el basurero de mi conciencia al tope. [posible raí­z de la causa: la envidia, no es otra cosa que eso]

Hay otros ejemplos, y queda claro que no hay que bajar la guardia, aún más claro me queda que tan fácil puede ser uno manipulado a creer todo tipo de prejuicios hacia otros seres humanos. Aunque vaya, muchos aún logramos cuestionarnos a nosotros mismos. Esa es la defensa ante ese tipo de asaltos de la nada de nuestros oscuros interiores, cuestionar la narrativa propia. No dejarla propagarse aunque como diente de león, renazca de nuevo