Sea la verdad dicha llevo muchos años queriendo aprender mandarín. Lo digo con la humildad que se merece. No es un idioma europeo y por más vueltas que le doy a las comparaciones nada más no cuajan. Pero empecemos por partes como dice el buen sastre.
Hay varias teorías a las que me sostengo en mi mente para aprender un idioma. La clásica es la de #Chomsky y su #windowofopportunity llamada Gramática Universal. La teoría básicamente dice que hay una oportunidad en la vida de un humano en que se puede aprender un idioma tal e igual como un nativo lo haría. Esa ventana se va cerrando paulatinamente al empezar los 12 años. Yo puedo reafirmar esa teoría porque el inglés lo considero como un idioma nativo porque era un menor de edad al entregarme totalmente al idioma. Simplemente lo absorbí sin pensarlo dos veces sin menor percances más allá de la intromisión de los adultos y sus malditas reglas e ideas. Todo ese cablerio del que Chomsky habla (hardwiring) hizo lo que tenía que hacer y zas! Here we are, bilingual speaker. Otra teoría de aprendizaje de idiomas cae en la área de adquisición de la mal llamada #lenguaextranjera. En lo particular he vivido mucho tiempo sufriendo el devastador impacto que la teoría de adquisición de una lengua extranjera implica a nivel escolar y dentro del mundo académico. Uno porque el personal docente sigue las pautas de tales marcos de teorías sin reparar en el daño que causan y dos porque las teorías antes mencionadas son ejemplos de categorización para hacerle simple la vida a un grupo homogéneo de monolingíües. Hay muchos factores que influyen en la adquisición de una lengua extranjera, y recordemos, la gente aprende. Una es que se adquiere la segunda lengua (SL) por necesidad, esto es muy común en en las comunidades de inmigrantes en todo el mundo, aquí y en China por un decir así, es una especie de inmersión lingíüística ya que uno se sumerge de lleno a otra cultura y otro idioma y así adquiere uno el idioma. Otro factor es el de estudios escolares donde la educación de muchos países introduce un segundo idioma o como en Suecia, un tercer idioma para meritos escolares. Igual se puede adquirir otro idioma como simple pasatiempo que es lo que hoy en día está ganando mucho terreno ya que la internet provee los mecanismos para ello sin mucho costo más allá de la disciplina, el interés y el tiempo que uno quiera disponer para ello. Teniendo esto como trasfondo, prosigamos.
Soy bilingíüe. El sueco, es mi tercer idioma. Me costó un chingo poder colocar las piezas en su lugar y llevo 23 años practicándolo en Suecia cosa que me ha ayudado sin lugar a dudas, bastante pero con muchos malestares, mientras considero que se me es fácil aprender otros idiomas, lo es porque hay muchas similitudes dentro del marco de referencia europea. El sueco lo adquirí, no era mio como diría yo el español y el inglés lo son. Lo aprendí por necesidad. Y aún falta mucho para seguir aprendiendo el sueco pero desde el 2012, cuando me propuse a aprender mandarín, estudio mi cuarto idioma pero esta vez lo hago por mero interés personal, no es por necesidad. Y para ser francos igual lo hago para poder comprender a los a estudiantes lo que sufren, por un ponerlo así, al aprender un idioma, si no lo es obvio, soy profesor de idiomas en una secundaria de Suecia. No quiero perder esa perspectiva del aprendiz novato si se puede decir eso.
Yo solo quiero aprender a leer los pictogramas, los sinogramas o caracteres han, (hí nzi). No me interesa la fonología y sus múltiples tonos así como tampoco me interesa escucharlo mucho. Mi meta siempre ha sido reconocer los sinogramas y ha sido un fracaso total porque no reconozco mucho a pesar de llevar 7 años con un entusiasmo pasivo y tibio. Tengo libros, apps y la computadora llena de eso y visualmente no me ayuda mucho a aprender pero insisto en ese método infructuoso porque es el que me ayuda a entretenerme cuando me tocan socavones espaciales en la tela del tiempo. Uno anda cargando siempre el móvil en la mano así que sí las redes sociales no me ganan le dedico tiempo a ello, es divertido. Y como decía, la nueva moda de aprendizaje de idiomas #extranjeros está en las redes sociales y aún así, en mi flujo social tengo cuentas que me aportan o refuerzan mis conocimientos. Reconozco algunos sinogramas sin duda y para mí es de mucha curiosidad porque algunos sinogramas sí se me han pegado pero otros me cuestan mucho recordar lo que son a pesar de haberlos visto por años una y otra vez. Aunque el misterio se va deshilando poco a poco, pero antes de proseguir con los sinogramas, ahondemos un poco de cómo le hago para cosechar lo que está a mis manos. El noruego o el italiano.
A pesar de que no me esmero mucho en ello, la comprensión del noruego se me es total en lo que concierne la lectura y la comprensión auditiva, las partes receptivas de los idiomas anteriormente mencionados pues. El noruego logro captar todo por el sueco y el italiano por el español. Esos idiomas son un regalo se podría decir porque los adquirí sin el menor esfuerzo, de hecho, al que le he puesto el mismo entusiasmo para poder comprender aún más es el italiano el cual sufre el mismo método que uso para el chino pero con mayor resultado por obvias razones. No hay oculto del porqué se se toma uno la más mínima molkestia para poder comprender, el acto de comprensión. Siempre y cuando sean idiomas del mismo índole por un así edcirle, solo basta asociar las palabras indoeuropeas las unas con otras y más de las veces son permutaciones del mismo entender pero deletreadas y enunciadas de otro modo pero en el fondo vienen de la misma raíz. Ese método del más mínimo esfuerzo me ha abierto un sinfin de lecturas tanto como en italiano como noruego, ahora, todo requiere un mínimo esfuerzo de trabajo e igual, como toda especie de lengua, una pizca de curiosidad, así se adquiere la mayoría del buen vocabulario. Aquí no puede enfatizar lo suficiente lo importante de tener en practica de detenerse o darle tiempo a las palabras y más aquellas que por naturaleza te llaman a que las espulgues un poco.
Este método lo he querido transferir al querer aprender Hí nzi. He querido aprender los sinogramas mediante asociaciones. Recuerdo muy bien que al principio me encantaba adentrarme al mundo Hí nzi mediante la etimología, esa parte de la lingíüística que espulga las palabras y su derivación desde antaño. Mucho en parte y sin duda a #Chineasy. Es un concepto de #ShaolanHsueh la quién asocia los sinogramas a sus orígenes. Hoy en día me sorprende aún recordar eso. Al entrenar mis estudios en sinogramas las memorias de las sinogramas resaltan de los reconditos de las 3 neuronas que aún me quedan de mis antiguos estudios para recordarme cómo los recuerdo. Es algo chistoso siempre y cuando las costumbres chinas aluyen siempre al pasado. En fin, decía, por alguna razón, las preguntas de respuestas múltiples me resultan faciles de responder pero fuera de ello no me encuentro. Quiza es inseguridad, como todo aquello que marca mi marcha, no es queja, es solo una observación.
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