Rusia y EI

Rusia

Para que vean que Suecia no es ajena al resto del mundo. O nadie es una isla. Como quieran, el caso es que hasta yo empiezo a ponerme un poco nervioso ya si por si acaso al Gran Oso Ruso le da por lanzarse a conquistar tierras de por estos lares. Suecia busca submarinos en sus aguas en el Mar Báltico, Finlandia llama a sus reservistas para informarles de sus obligaciones ante el servicio militar por si acaso, y a los pequeños paí­ses bálticos se les acaban las uñas del nerviosismo por lo que ven en Ucraina siendo que esos paises tienen a la igual que Ucraina, poblaciones grandes de ciudadanos de extracción Rusa. Y es que Suecia cuenta con una población Rusa también, no tan grande pero la existe. Qué será ser Ruso en Suecia, piensa uno. Ser Ruso no es popular, me imagino. Y la OTAN de por medio, todos quieren pertenecer a la OTAN así­ sea invalidar el contrato que la OTAN firmó con Rusia sobre no posicionar fuerzas en la esfera de influencia de Rusia. Por estos dí­as, no pasa un dí­a en que los medios informativos nos informen en sus rotativos de que Rusia está en el aire o el mar por no decir tierra ya que es redundancia decirlo siempre y cuando que las fronteras están tan cercas de todos. En mi trabajo, el nerviosismo se hace sentir en las bromas de que la Isla de Gotland será la primera en ser invadida por el Oso Ruso el dí­a que se le plazca, el sueco siempre le ha tenido distancia respetuosa al Ruso aunque no le tiembla la mano andar hostigando al Gran Oso mediante memes mediáticos. Llevamos varios años con el azoramiento o el acecho de la amenaza del Este y a piel de flor.

Aún así­, la extrema derecha quiere echar del paí­s a todos los extranjeros. Si hoy fuesen las elecciones generales, el partido Demócratas de Suecia  barrerí­a aún más que en las elecciones pasadas del 2014. De hecho, nada parece hacer disminuir la popularidad del partido así­ pase escándalo tras escándalo y trifulcas entre sus tribus que luchan por escaños o posiciones polí­ticas en el partido. Nada disminuye su popularidad, ni siquiera la amenaza del Gran Oso. Qué tiempos para andar con gilipolladas de extrema derecha en Suecia. ¿No serí­a mejor abrir las puertas a todos esos para usarlos como carne de cañón ante la necesidad de una invasión? Pero no, el sueco todaví­a vive fantasí­as de que todo marcha business as usual. Eso a pesar que no hace ni dos años atrás el comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de Suecia, Sverker Gí¶ransson, declaró sin más ni menos que Suecia en caso de invasión del enemigo (Léase: Rusa), no aguantarí­a ni la semana (2013/3/enero).

Estado Islámico

Y los que han dejado entrar al paí­s a pesar de la popularidad de los Demócratas de Suecia quizá me contradigan. Y es que acá la inmigración no es como en otros paises, acá primero se aceptan refugiados polí­ticos que al pasar de los años pueden adquirir ciudadaní­a como cualquier otro  inmigrante. De reciente, Suecia a acogido a mucha gente que lleva por fe el Islam. No que esto en sí­ sea un problema pero sí­ un problema cuando estos últimos no logran adaptarse a su nuevo paí­s e insisten en dejarse llevar por la propaganda que viene de esos dominios. Y por último, la propaganda de EI o Estado Islámico. No es noticia nueva que en muchos paises europeos se dé el fenómeno de jóvenes que deciden irse a combatir en las guerras de Irak y Siria. Los jóvenes se sienten obligados a combatir por los diferentes bandos que hay en esas guerras. Lo cual es sorprendente porque en primer lugar o son refugiados polí­ticos que abandonaron la guerra para irse a un paí­s en paz o son hijos de refugiados polí­ticos. ¿Para qué molestarse en venir a buscar la paz si es que quieren combatir? Es simple curiosidad, no sé los mecanismos del impulso de sentirse llamado a las armas. Aunque sí­ sé que se trata de una campaña propagandí­stica encargada de hacer llamar a estos jóvenes lo cual significa el gran éxito de la campaña. Alguien está haciendo su trabajo muy bien. Lo curioso es cómo es que el aparato de inteligencia sueca no se ha percatado de ello aunque Suecia no tiene un buen record, por así­ decirlo, de prevención social.

Y pues cada quien lo suyo, pues mientras Suecia discute quitarles el pasaporte a estos jóvenes que deciden abandonar el paí­s para ir a combatir en esos paises en guerra, también andan pensando en brindarles ayuda para restaurar la salud de los excombatientes. Algo que no ha cuadrado muy bien en ciertos segmentos de ciertas poblaciones de las comunidades de refugiados polí­ticos los cuales ahora tendrán que vivir en el azoro de saber que el vecino andaba matando a los suyos. Así­ que mientras los que deciden quedarse y disfrutar de los bonos de paz que Suecia ofrece, no es irrazonable que esos mismos grupos apoyen a la extrema derecha puesto que se alinean más a la polí­tica de estos últimos que los partidos que no se acogen a las ideas de extrema derecha. Lo hacen 10 años pues. Hace 6 años todos andaban burlándose de los burkinis, ahora todos toleran el niqab y EI destruye el pasado de la democracia.

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