Goteo

Llueve. Así­ es mayo por estos lares. La gente suele construirse fantasí­as y muchas, hartas expectativas sobre este mes en Suecia. Y es que los peores meses del invierno bien puede uno decir que ya quedaron atrás. Pero hoy llueve. Y está gris. El viento helado y como descubrí­ hace mucho, aquí­ no hace falta mucho para darte cuenta que lo de Suecia, es el frí­o, lo gélido.  Basta conque una nube malhecha cubra los rayos del sol y recordártelo. Los pocos que suelen sacarle partida al tiempo son las plantas, los arboles, el césped que reverdece bien chulo. Pocas veces logran los cerezos florear y lucir con esplendor sus bellas flores porque, como ayer, graniza o llueve. El regañadienteo no se hace esperar. La gente se exaspera, quiere sol, quiere calor. Las frases más comunes son ”qué tiempo”, ”el metéorologo mintió”, ”ya deberí­a de hacer sol” y mi favorita, ”¿porqué pasa esto?” En lo particular, desde hace mucho que le agarré sabor al mal llamado mal-tiempo. Me gusta, y es que sé que así­ están todos igual de miserables como yo. El sol me hace salirme de los rieles del tren de mis pensamientos. El protestantismo en mi me hace pensar que alguien en algún lado la esté pasando bien y chingado, con buen tiempo.

Así­ que mientras las gotas que no se deslizan del vidrio en la ventana forman gotitas de lluvia y el viento juega con agua del cielo y el goteo constante de las azoteas me hacen compañí­a, la compañí­a de la miseria nos une a todos en este paí­s que pocas razones tiene para reí­r o sonreí­r sin caer en la trampa de que algo anda mal con uno puesto que aquí­ no que dar fachada de alegrí­a alguna. Yo feliz.

Aquí­ nadie hace preguntas de cómo se siente uno; como todos están miserables, se les hace una impertinencia entrometerse en la misera de los demás. La gente no hace lecturas de las caras de las personas ni tampoco andan indagando si uno o si alguien se sintió por algo visto o dicho, muy a lo contrario, si se abre el tema, habrá que discutirlo y olvidarlo a las más pronta rapidez ya que si no desembucha uno el acontecer o el incidente, las peores de las tormentas mentales lo podrán acosar a uno interminablemente sin cesar por dí­as enteros. Aquí­ la gente anda con fantasmas dentro de sus cuerpos o mentes más bien dicho. Por eso no es raro que la gente prefiera quedarse en casa o abandonar todo y largarse al campo lo más lejos de la humanidad posible. No todos son así­, solo hablo de los que se ven en mi entorno, lo cual es el campo en toda el sentido de la palabra. Y es que esta gente requiere de la soledad, el grisáceo, lo abrumador del diario acontecer. Y hay gente que se las ve aún más negras, el clima no deja para otra, uno preserva la nitidez mental no porque uno es más fuerte sino porque hay algo que hacer al dí­a siguiente. Las personas que no tienen labor no logran salir del empantamiento que hunde la existencia en una laguna mental sin fondo alguno.

Así­ les pasa a muchos jubilados, pierden la noción del tiempo y pierden, todo, toditito lo que significa vida social si es que la vida social se le puede llamar al trabajo, donde acontecen la mayorí­a de los intercambios sociales, algo que rechazo categóricamente con todas las fuerzas de mi ser. Se me hace muy hipócrita que la gente solo quiera saber de uno por el trabajo y ya fuera de él nada. La vida privada y la vida laboral, por mucho que uno comparta risas y experiencias, jode, son dos mundos paralelos que nunca deben de cruzar camino. Querido lector, no quiero que vayas a pensar que lo que describo es algo tajantemente mal, muy al contrario, quiero que sepas que todo esto es aceptado y es una norma de la cual muchos no pueden deslindarse de ninguna manera y la cual debe de aceptarse estoicamente, de manera calmada y sin pensar que alguien te quiere mal, como el tiempo, es más seguro que sean más dí­as de nubes, vientos, lluvia y abrumadores, que dí­as soleados y alegres, y como la tortura china, te van matando a cuentagotas la realidad. Eso de sentir cada golpe de cada gota explotar en la piel de la caballera no es para todos.

Aunque esta tortura tiene sus ventajas las cuales son innumerables y remuneradas por un así­ decir. Después del todo hay salud, hay dinero y lo mejor, vicio para reclamarle a la vida lo injusta que es. Aunque la miseria de mayo es bastante local, es decir, la calor no siente aún por muchos otros paises, así­ que las alegrí­as del resto del mundo no se han hecho sentir aún. Eso es en Junio.

En Junio, la miseria continua en Suecia, a pesar de las promesas que uno guarda sobre las expectativas que todo el mundo en esta parte del globo tiene sobre el mes de Junio, o sea, que el verano está en puerta. El Estí­o lleno de esperanzas trás las brutal decepción de Mayo. El verano lleva nombre de pila: svensksommar. O sea, verano sueco. Y es que más de las veces, el verano conlleva más lluvia y cielos despejados, ambos al mismo tiempo; el sol no alcanza a calentar demasiado y si por suerte logra hacer a alguien sudar por eso del sol, pues las quejas del calentamiento global no están muy lejos de la boca de todos. Es un poco esquizofrénico, la verdad sea dicha puesto que en Mayo y Junio las lamentaciones de falta de sol son insoportables a la misma vez que asusta si es el pinta como dios manda cerca de las limitaciones del circulo equatoriano. La mera realidad de que el sol puede hacer subir las temperaturas en esta parte del terráqueo hace hasta al más sensato tener pesadillas del fin del mundo como lo conocemos.  En los labios de todos están los estudios y las noticias amarillas de que algo anda mal en el planeta, que es cierto eso de que el calentamiento global esta en marcha, etcétera. Lo otro es ver fotos de medio mundo en bikini disfrutando de las playas. Eso de mostrar la piel bronceada para todos es una cosa que alienta las envidias a diestra y siniestra puesto que como Bill Wilson de A.A, tal parece que una bronceadita es sinónimo de estatus social de altas clases. No todos tienen para presumir que han estado en un paí­s con mucho sol, como España, por ejemplo. Así­ como por igual no faltan las fotos que muestran un poco de piel o  mejor dicho, que uno tiene para el ocio. El ocio, y viajes a paises soleados, eso es la marca de envidias y celos. El sueño de todo sueco común.

Junio es en realidad todaví­a un mes del cual todos estamos un poco miserables aunque aquí­ la diferencia yace en que la idea de la injusticia varia. La injusticia o lo injusto es que uno no tiene las mismas igualdades que los demás y que la aldea global goza de sol mientras acá se celebra el solsticio con cobijas en las piernas y ver caer gotitas del cielo de vez cuando, porque no que confiarse, eso si, hay mucha luz, y bastante.

 

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