Me parece una incredulidad que entre más pienso que ya no pienso en ti solo acabo pensado más en ti.
Creo que nunca sabrás como es que haz vuelto loco a un pobre mexicano sin esperanza de poder tenerte en sus/tus brazos.
Te quiero y nunca podré decírtelo en tu cara. ¿Cuántas cartas así no se habrán escrito ya en la humanidad?